Delatores sin recompensa
Al igual que numerosos esc¨¢ndalos, ¨¦ste comenz¨® con una informaci¨®n an¨®nima y un encuentro a altas horas de la noche. Garganta Profunda era un m¨¦dico surcoreano conocido como Sr. K. El verano pasado, envi¨® un correo electr¨®nico a un programa televisivo de investigaci¨®n quej¨¢ndose de que su ex jefe se hab¨ªa inventado los espectaculares resultados de la clonaci¨®n de un embri¨®n humano. Tras algunas negociaciones, organiz¨® una reuni¨®n con el productor del programa. El esc¨¢ndalo resultante ha tenido eco en todo el mundo y podr¨ªa convertirse en uno de los mayores enga?os cient¨ªficos de todos los tiempos.
El ex jefe del Sr. K, el aclamado cient¨ªfico Hwang Woo Suk, est¨¢ desacreditado y ha sido expulsado de la Universidad Nacional de Se¨²l. En Corea del Sur, la asesora presidencial de Ciencia ha dimitido, y se est¨¢ realizando una investigaci¨®n policial. Pero la vida no est¨¢ siendo agradable para quienes desvelaron el enga?o. En lugar de recibir aplausos, el Sr. K ha tenido que dimitir del hospital.
La cadena surcoreana MCB, que hizo p¨²blica la historia en el programa de investigaci¨®n PD Notebook, se vio acuciada por las protestas de espectadores y anunciantes indignados por la afrenta a un h¨¦roe nacional. El precio de las acciones de MCB se desplom¨®, y el programa fue cancelado durante dos semanas. "Era como si hubi¨¦ramos asesinado a una vaca sagrada de Corea del Sur, y la gente estaba realmente enfadada", afirma Choi Seung Ho, productor ejecutivo de MBC.
El modo en que el fraude de la clonaci¨®n sali¨® a la luz dice mucho sobre la actual Corea del Sur. Por el lado positivo, a los cient¨ªficos, m¨¦dicos y periodistas coreanos les import¨® lo suficiente la verdad como para resistir ante la clase dirigente. "Es un acontecimiento importante en la democratizaci¨®n de nuestra sociedad. No hace mucho, habr¨ªa sido inimaginable que un investigador subalterno desobedeciera as¨ª a sus superiores", explica Kim Chang Kyu, ginec¨®logo de Se¨²l y defensor de los derechos de los pacientes. Pero el alboroto en torno a Hwang tambi¨¦n puso de relieve una vena nacionalista. En Corea del Sur, el pa¨ªs m¨¢s conectado del mundo, se manifest¨® por Internet, donde ac¨¦rrimos partidarios de Hwang persiguieron a los chivatos y a los periodistas de investigaci¨®n con un fanatismo digno de una secta. Aunque se han presentado pruebas abrumadoras de que Hwang se invent¨® sus resultados m¨¢s aplaudidos, el cient¨ªfico sigue teniendo un n¨²cleo de incondicionales.
En Internet
Adem¨¢s del Sr. K, algunos investigadores ayudaron a desenmascarar a Hwang al colgar informaci¨®n crucial en una p¨¢gina web llamada Bric, la abreviatura en ingl¨¦s de Centro de Informaci¨®n sobre Investigaci¨®n Biol¨®gica. Todos permanecieron en el anonimato, y ni siquiera despu¨¦s de que se confirmaran las mentiras de Hwang se atrevieron a atribuirse el m¨¦rito de haberle descubierto.
La cadena MBC nunca ha identificado al Sr. K, que apareci¨® ante las c¨¢maras con el rostro y la voz distorsionados. Choi, el productor, afirma que se trata de un joven m¨¦dico idealista que "¨²nicamente se vio motivado por un sentido de la injusticia". Y a?ade: "Pens¨® que el enga?o de Hwang acabar¨ªa perjudicando a la investigaci¨®n con c¨¦lulas madre y a la sociedad coreana".
Despu¨¦s de que se filtraran informaciones sobre la identidad del Sr. K., el m¨¦dico se convirti¨® en blanco de las cr¨ªticas de su hospital y dimiti¨®. Las p¨¢ginas a favor de Hwang y ¨¦l mismo han identificado a uno de los chivatos como Ryu Young Joon, un m¨¦dico de 32 a?os casado con otra investigadora que trabajaba con Hwang. En diciembre, Ryu present¨® la dimisi¨®n de su residencia en el Centro Oncol¨®gico de Corea cuando el esc¨¢ndalo estaba alcanzando su apogeo. No se pudo localizar a Ryu para que hiciera declaraciones, y MBC se neg¨® a hacer ning¨²n comentario cuando se le pregunt¨® si ¨¦l era el Sr. K. Un fiscal que investiga a Hwang por fraude ha llamado a Ryu a declarar. Hwang le ha acusado a ¨¦l y a otros investigadores subalternos de ser responsables de urdir los falsos clones.
El m¨¦dico figuraba como segundo autor, despu¨¦s de Hwang, en un art¨ªculo de febrero de 2004 que pregonaba la creaci¨®n del primer clon humano. Pero Ryu suprimi¨® su nombre de un segundo art¨ªculo publicado en mayo de 2005, que inclu¨ªa la afirmaci¨®n incluso m¨¢s sensacional de que hab¨ªan creado c¨¦lulas madre a partir de clones de enfermos cr¨®nicos.
Ahora, sin embargo, MBC no puede, ni mucho menos, alardear con un "ya te lo dije". De los 12 anunciantes que patrocinaban habitualmente PD Notebook, s¨®lo quedan dos, se?ala Choi. Aunque el bando pro verdad, como dice Choi, est¨¢ empezando a rebasar al de los defensores de Hwang, la cadena todav¨ªa recibe unos 1.500 mensajes diarios de protesta por la cobertura.
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