Jardines y escenarios de cuento

Los reyes de Francia ven¨ªan aqu¨ª buscando una vida tranquila, se instalaban en este valle con sus amantes y constru¨ªan suntuosos pabellones de caza. Y los cortesanos segu¨ªan de cerca este movimiento para no perderse nada de los fastos reales. El valle del Loira era una especie de Saint-Tropez del Renacimiento. La visita a los castillos del Loira es sin duda uno de los circuitos tur¨ªsticos m¨¢s conocidos de Francia. En la ¨²ltima d¨¦cada, las oficinas de turismo locales se han esforzado por renovar y diversificar la oferta.

CASTILLOS Castillo de Chambord

Chambord es el castillo renacentista por excelencia, luminoso y alegre. Entre sus maravillas destaca la escalera de doble revoluci¨®n (dos escaleras enrolladas una en la otra), concebida, seg¨²n se dice, a partir de unos planos de Leonardo da Vinci

Construido por Francisco I, fue concebido para una de sus distracciones favoritas cuando no estaba en guerra: la caza. El castillo, residencia de temporada, s¨®lo se amueblaba cuando el rey y la corte se instalaban en ¨¦l. Ante el disgusto de los convoyes de turistas japoneses, sorprendidos de que les hicieran descender del coche para ver un castillo vac¨ªo, poco a poco se ha ido amueblando el conjunto. Chambord es el castillo renacentista por excelencia, luminoso y alegre. Entre sus maravillas destaca la escalera de doble revoluci¨®n (dos escaleras enrolladas una en otra), concebida, seg¨²n se dice, a partir de unos planos de Leonardo da Vinci. No hay que perderse el paseo por las terrazas, en medio del bosque de chimeneas, torrecillas y peque?os campanarios. Adem¨¢s, el parque es una reserva animal y se han instalado observatorios para ver ciervos y jabal¨ªes.

- www.chambord.org.

Castillo de Cheverny.

Lo conocen mejor de lo que creen, pero con el nombre de castillo de Moulinsart. En efecto, Herg¨¦ copi¨® este peque?o conjunto de proporciones perfectas para convertirlo en la residencia belga del irascible capit¨¢n Haddock en las aventuras de Tint¨ªn. Los mismos techos, las mismas chimeneas y ventanas. Se puede visitar una exposici¨®n sobre el tema: Los secretos de Moulinsart.

- www.chateau-cheverny.fr.

Castillo de Chenonceau.

Regalo de Enrique II a su favorita, la hermosa Diana de Poitiers, m¨¢s tarde confiscado por la esposa leg¨ªtima, Catalina de M¨¦dicis, muerta de celos... La historia de Chenonceau est¨¢ marcada por esas disputas de mujeres que se repiten indefinidamente en los motivos de los escudos, donde se mezclan las iniciales de Enrique y Diana, corregidas rabiosamente por la leg¨ªtima esposa por las de Enrique y Catalina cuando por fin consigui¨® expulsar a su rival de estos lugares. No hay que perderse la maravillosa galer¨ªa sobre el Cher, construida por Catalina. Durante la Segunda Guerra Mundial, cuando el r¨ªo trazaba la l¨ªnea de demarcaci¨®n entre la Francia ocupada por los alemanes y la zona libre, la galer¨ªa sirvi¨® de pasaje para permitir a los jud¨ªos o a los miembros de la Resistencia huir de las persecuciones.

- www.chenonceau.com.

Castillo de Uss¨¦.

?Les recuerdan algo sus esbeltas torres que se elevan en medio de los bosques? No es de extra?ar, ya que en el siglo XVII Charles Perrault se inspir¨® en Uss¨¦ para describir el castillo de La bella durmiente del bosque. M¨¢s tarde, Walt Disney se encarg¨® de popularizar la obra, y de paso, el edificio. Los personajes de el cuento esperan a los visitantes en el camino de ronda.

- www.loire-france.com/visites/chateaux/usse.

JARDINES Castillo de Chaumont-sur-Loire.

Se pueden visitar las caballerizas, o tambi¨¦n quedarse en el parque. Gracias a su incre¨ªble festival de jardines, Chaumont se convirti¨® en un aut¨¦ntico fen¨®meno. Cada a?o, paisajistas y aficionados son invitados a inventar un jard¨ªn en torno a un tema y con un presupuesto (12.000 euros). La edici¨®n de 2006 se denomina Jugar al jard¨ªn, con 30 propuestas seleccionadas de todo el mundo.

- www.chaumont-jardin.com.

Castillo de Villandry.

No entren, lo que se visita es el huerto. Aqu¨ª calabazas, all¨ª guisantes. En Villandry, el ¨²ltimo de los grandes castillos del Renacimiento construido a orillas del Loira, sus jardines en terrazas concebidos por el espa?ol Joaqu¨ªn Carvallo, atraen a bot¨¢nicos de todo el mundo, pero tambi¨¦n a los simples visitantes fascinados por la geometr¨ªa vegetal, con algunas citas especiales seg¨²n las estaciones: en primavera, la fiesta del tulip¨¢n con 30.000 bulbos; a principios de verano, la noche de los mil fuegos para una visita nocturna entre 2.000 velas, y en septiembre, las jornadas del huerto para comprar plantas y semillas.

- www.chateauvillandry.com.

EN FAMILIA Tras la pista del ni?o rey

. Para demostrar que visitar un castillo no es un castigo: 53 parajes, castillos, parques y lugares hist¨®ricos de la regi¨®n proponen recorridos destinados a ni?os entre siete y 12 a?os. Cartillas de juegos y animaciones pedag¨®gicas, para jugar a vender, rivalizar en invenciones con Leonardo da Vinci o transformarse en princesas y caballeros.

- www.tourism-touraine.com.

El laberinto de Beaugency.

Los juegos de pistas en los laberintos de ma¨ªz hacen furor en Francia desde hace algunos a?os. A partir del 1 de julio (cuando el ma¨ªz est¨¢ lo bastante alto), el laberinto de Beaugency ofrece durante todo el d¨ªa animaciones y recorridos de enigmas para peque?os y mayores. Hay que destacar dos visitas nocturnas para familias que se organizan los mi¨¦rcoles y viernes, excepto los d¨ªas de lluvia. Y el s¨¢bado por la tarde una versi¨®n terror¨ªfica, el laberinto encantado, para los amantes de las sensaciones fuertes.

- En Beaugency, entre Blois y Orleans.

- www.labyrinthe-beaugency.com.

Bosque fant¨¢stico.

Recorrido entre los ¨¢rboles, escalada, paintball, canoa, curso de orientaci¨®n, subterr¨¢neos, bicicleta todoterreno, trampol¨ªn, actividades para todos a partir de los tres a?os, etc¨¦tera. Hay de todo para desquitarse despu¨¦s de las visitas culturales. Tambi¨¦n ofrecen alojamiento en autocaravanas o casas rurales.

- Abierto a partir del 8 de abril.

- En Mosnes, entre Amboise y Chaumont-surLoire (www.fantasyforest.fr).