Guillermo Arriaga filmar¨¢ un relato de muerte

Guillermo Arriaga ha transitado por casi todos los caminos de la cinematograf¨ªa y ha triunfado como guionista de Amores perros, 21 gramos y Los tres entierros de Melquiades Estrada (premiada en Cannes). Ahora produce B¨²falo de la noche, al tiempo que afina sus mejores armas para su debut como director. Su proyecto es filmar una historia en la frontera norte de M¨¦xico con el t¨ªtulo de El sol de los venados, y en la que aborda la pena de muerte, vigente en amplias zonas de Estados Unidos y que en muchas ocasiones se cobra vidas de mexicanos. Tambi¨¦n el actor Gael Garc¨ªa Bernal se propone situarse en breve detr¨¢s de la c¨¢mara para dirigir su primera pel¨ªcula, al tiempo que, junto a Diego Luna, acaba de crear la productora Canana.

Los cines mexicanos proyectan a¨²n el ¨²ltimo de sus trabajos, la historia de Melquiades Estrada que dirigi¨® el actor estadounidense Tommy Lee Jones, mientras Arriaga trabaja a todo gas en B¨²falo de la noche, en la cual debuta como director el venezolano Jorge Hern¨¢ndez. Ambas cintas tienen que ver con la ruta cr¨ªtica del novelista, guionista y productor hacia la direcci¨®n, un camino que, confiesa, "est¨¢ marcada, porque siempre he querido dirigir". "He dirigido muchos comerciales, documentales, cortometrajes y teatro. De chavo (jovencito) dirig¨ª muchas obras", afirma. Aunque no quiere hablar de m¨¢s sobre ese paso futuro, considera que ser¨¢ natural, porque dirigir es una de las cosas por las que, afirma, "siempre quise entrar al cine. Es algo que me interesa mucho".

Afirma que El sol de los venados formar¨¢ parte de su historial, cuya esencia se encuentra en las vivencias propias y prestadas, muchas de ellas de la frontera norte de M¨¦xico, en la cual el autor convive con las personas que forman parte de sus libros cinematogr¨¢ficos, de sus filmes. Es un gui¨®n de vida fronteriza, transcurre b¨¢sicamente de la mano con la pena de muerte, de la relaci¨®n que se da entre "el sol de los venados, que a las seis de la tarde salen (de sus escondrijos diurnos), a la misma hora en la que en Huntsville se ejecuta a los reos".

Sobre Los tres entierros de Melquiades Estrada dice que ha tenido buena acogida en M¨¦xico, donde las historias de la frontera son parte de la vida misma. "La frontera siempre me ha llamado la atenci¨®n, desde el paisaje que a m¨ª s¨ª me vincula, me dice cosas", hasta las vivencias de quienes viven en la zona, a ambos lados de los m¨¢s de 3.000 kil¨®metros de l¨ªnea divisoria, as¨ª como de aquellos que la cruzan como emigrantes.

Es una atracci¨®n por "toda la frontera en su conjunto, la migraci¨®n me afecta. Tengo muchos amigos campesinos, ejidatarios (comuneros), porque la cacer¨ªa me ha llevado a lugares muy escondidos y he convivido con ellos. Y como no soy un hombre rico no pago derechos, pago mi licencia y pido permiso". En esas andanzas conoci¨® a los originales Estrada, y Los tres entierros de Melquiades Estrada es "un homenaje a mis amigos, a Lucio y Pedro, ejidatarios tamaulipecos".

Vivencias universales

Para el escritor, las vivencias de frontera son universales. En las fronteras del mundo pasa algo parecido, y Los tres entierros... "retrata lo que est¨¢ sucediendo en la frontera entre Marruecos y Espa?a, pues los pa¨ªses del Primer Mundo que empujaron por la globalizaci¨®n de la econom¨ªa creyeron que s¨®lo significaba el intercambio de productos y tambi¨¦n lo es de seres humanos".

La frontera es un mar de historias, que Arriaga cuenta porque le parece que son cosas de un "lugar profundamente seductor, al menos la frontera norte (mexicana con Estados Unidos), por las contradicciones, la din¨¢mica, la complejidad, por lo menos a m¨ª me llama sobremanera, es un sitio donde el intercambio es mucho m¨¢s intenso de lo que creemos".

La atracci¨®n por este tipo de situaciones es manifiesta en sus trabajos, por ello afirm¨® que en todas sus obras, entre ellas Amores perros, Babel, 21 gramos, Los tres entierros de Melquiades Estrada, le interesa "crear una vinculaci¨®n muy intensa con la vida misma".

Guillermo Arriaga sigue aprendiendo, como lo hizo cuando comparti¨® las dificultades para filmar Los tres entierros de Melquiades, la segunda cinta de Tommy Lee Jones, de quien afirma que es un hombre que entiende el lenguaje cinematogr¨¢fico en profundidad, entiende las historias y a los actores.

Sin dudarlo, pone de relieve que "Tommy Lee Jones es uno de los mejores del mundo, por el rango y la malicia que tiene, son elementos muy dif¨ªciles de encontrar. Aprend¨ª mucho de un tipo del que se aprende de todo".

Pero al reflexionar sobre las influencias en su vida cinematogr¨¢fica, cuenta con sencillez: "Mi mayor influencia es la vida misma, siempre he querido hacer referencias a situaciones humanas, ¨¦sa es quiz¨¢s mi influencia, lo que he vivido, lo que he observado...". Y esto tiene que ver con un deseo profundo del cineasta: "Que cuando la gente lea o vea mi trabajo sienta que hay all¨ª un sentido de autenticidad y honestidad con la vida".

No dud¨® cuando dijo que no hay nada de una supuesta influencia de Quentin Tarantino en su trabajo. "De Tarantino, realmente no tengo influencia... Vi sus pel¨ªculas cuando me dijeron que mis trabajos se parec¨ªan a Tarantino, quien deriva su obra de otras obras".

A diario, Guillermo Arriaga sigue el rodaje del gui¨®n basado en una de sus novelas, El b¨²falo de la noche. Es un trabajo de alto riesgo, pues se ha asignado el rol protag¨®nico de productor y dej¨® la direcci¨®n en las manos del venezolano-mexicano Jorge Hern¨¢ndez, un debutante en el duro mundo de la direcci¨®n cinematogr¨¢fica.

La aventura rueda y se trata, cuenta Arriaga, de un muchacho esquizofr¨¦nico que tiene dos amores: su novia y su mejor amigo, en los que m¨¢s conf¨ªa, en una salida de la cl¨ªnica psiqui¨¢trica descubre que "su amigo le baja la novia, sufre un gran dolor, y cuando parece ser que ya se reconcilian, ¨¦l se suicida, a partir de all¨ª comienza la historia...".

Hern¨¢ndez, graduado de la Academia de Cine de Lodz, Polonia, debuta con un proyecto ambicioso de Guillermo Arriaga, en una cinta que re¨²ne en la filmaci¨®n al mexicano Diego Luna y al espa?ol Celso Bugallo. Es un trabajo que se realiza con cierto sigilo. Guillermo Arriaga, un artista abierto que suele hablar sin cortapisas de proyectos, esta vez s¨®lo adelanta un poco de la historia, los nombres de Luna y Bugallo, porque "todo lo dem¨¢s es una sorpresa".