Josep Maria Espin¨¤s publica un nuevo viaje a pie, esta vez por el Somontano
La comarca del Somontano, en Arag¨®n, es el escenario del nuevo viaje a pie de Josep Maria Espin¨¤s, que hace 50 a?os, en 1956, public¨® el primer libro de este original g¨¦nero literario, A peu pel Pallars i la Vall d'Aran. Espin¨¤s, que pronto cumplir¨¢ 79 a?os, no se atreve a asegurar que ¨¦ste sea el ¨²ltimo libro de la serie, pero considera "muy probable" que sea as¨ª. "Me gustar¨ªa terminar con un viaje a pie por Catalu?a, pero cada vez me cuesta m¨¢s encontrar lugares por donde caminar", se?ala. "A m¨ª me interesa hacerlo por zonas no tur¨ªsticas, sin industrializaci¨®n, donde a¨²n se conserve la vida natural, donde todav¨ªa se pueda hablar con la gente..., y por desgracia ya no es f¨¢cil encontrar sitios as¨ª", a?ade.
En A peu per Arag¨®, Espin¨¤s recorre la comarca del Somontano empezando desde el pueblo de Laluenga, lugar de origen de su compa?ero de viaje, Sebasti¨¤ Alqu¨¦zar. La f¨®rmula, como ¨¦l dice, es conocida: se trata de caminar sin prisas, describir el paisaje y aprovechar cualquier oportunidad para hablar con las gentes del lugar. "La aventura es conocer a los dem¨¢s", comenta. "Esto es lo que en realidad me interesa. En los 18 libros que llevo, el molde puede ser el mismo, pero el contenido siempre es distinto. Camino para observar c¨®mo se manifiesta la vida, para ver c¨®mo pasa la vida. En mis libros de viajes a pie pasan cosas muy sencillas, pero creo en la importancia de la monoton¨ªa".
Lenguaje desnudo
El escritor opina que desde que en 1956 public¨® su primer libro de viajes a pie, todo ha cambiado mucho. "Yo entonces escrib¨ªa como un joven ilusionado", dice. "Era demasiado barroco y en mis escritos sobraban muchos adjetivos. Los ¨²ltimos libros son para m¨ª mucho mejores que los primeros: tienen una unidad, un lenguaje m¨¢s desnudo. Cuando ten¨ªa 25 a?os, no era yo. Lo empec¨¦ a ser a partir de los 40 o de los 45".
De su paseo por el Somontano, Espin¨¤s observa que es una comarca con dos caras: "Una muy rural, como lo era antes, y otra que es la sierra de Guara, que para la gente del campo era una molestia y para la gente de ciudad se ha convertido en un lugar para la aventura. Los barrancos, el gran enemigo del pay¨¦s, se han convertido en los grandes amigos de los barceloneses y de los franceses que acuden a hacer barranquismo. La monta?a la ha mitificado la gente de ciudad, pero para los payeses siempre fue algo al margen".
Espin¨¤s comenta en el pr¨®logo del libro que lo que busca en sus viajes es "construir un relato a partir de un espacio determinado", y que observa que en sus ¨²ltimos libros aplica "a la realidad, instintivamente, las t¨¦cnicas de la novel¨ªstica". "Me doy cuenta de que ahora incluyo en mis libros m¨¢s reflexiones que antes", comenta. "Las hago a partir del paisaje, porque el paisaje no habla, pero mis conversaciones con la gente las transcribo tal cual, sin reflexiones. Que cada uno saque sus conclusiones. Siempre he dicho que cambio un itinerario de cinco castillos por uno de cinco frases".
"Tengo la suerte de que los lectores no se cansan de seguirme", contin¨²a. "Han comprendido qu¨¦ es el g¨¦nero del viaje a pie. Despu¨¦s de leer el libro, me comentan: 'He hecho este viaje con usted', y me gusta que me lo digan. El libro es como una partitura, que puede ser interpretada de distintas maneras, y cada lector tiene derecho a interpretarla".
Partiendo de una de las frases de este ¨²ltimo libro, Espin¨¤s admite que es cierto que ¨¦l es "m¨¢s camino que casa". "Nunca he podido decir ¨¦ste es mi lugar, porque todos los sitios lo son", a?ade. "En casa, no tengo ni mi butaca. Me siento c¨®modo en sitios muy distintos; no tengo casa, lo que no quiere decir eso tan desgraciado de ser un cosmopolita. Uno tiene que ser de un lugar y yo me siento del m¨ªo, pero no tengo una casa".
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