Nostalgia de los sesenta
San Francisco mantiene el esp¨ªritu libre de la generaci¨®n 'beat'
Los predicadores advierten de la condenaci¨®n de las almas, pero aqu¨ª el alcalde legaliz¨® el matrimonio gay. Los republicanos arrasan en las elecciones, pero aqu¨ª casi ganan los verdes. Los americanos tienen canales de televisi¨®n con m¨²sica evang¨¦lica, pero aqu¨ª la tradici¨®n se llama Grateful Dead. Bienvenidos a San Francisco, la ciudad m¨¢s progre del pa¨ªs m¨¢s conservador de Occidente.
De hecho, San Francisco es quiz¨¢ la ¨²nica ciudad en el sentido europeo del t¨¦rmino. La mayor¨ªa de los n¨²cleos urbanos norteamericanos son s¨®lo casas diseminadas por la pradera y unidas por autopistas. Pero San Francisco est¨¢ enmarcada por monta?as y tiene cosas inesperadas como veredas, plazas y parques. La gente puede prescindir del autom¨®vil y cruzarse por la calle. Seg¨²n el escritor Dani Alarc¨®n, "este pa¨ªs est¨¢ dise?ado para que no puedas organizar manifestaciones pol¨ªticas. ?D¨®nde las har¨ªas? ?En el mall? ?Y qui¨¦n las convocar¨ªa? Las universidades norteamericanas est¨¢n fuera de las ciudades. Pero San Francisco no es as¨ª. Aqu¨ª hay centros de reuni¨®n social. Y est¨¢ Berkeley".
No por casualidad fue ¨¦ste el cuartel general del hippismo y, sobre todo, de la generaci¨®n beat, uno de los movimientos literarios m¨¢s importantes y, sin duda, el m¨¢s contestatario del siglo XX norteamericano.
Algo m¨¢s que librer¨ªas
Situada en el 261 de Columbus Avenue, la librer¨ªa y editorial City Lights est¨¢ en pleno coraz¨®n de North Beach. A su espalda se extiende el barrio chino. Al frente, en la calle de Kearney, se ubican los clubes de sexo en vivo, como el de Larry Flint; los cines X de 24 horas, como el Lust Lady Theatre (Hot-Hard-Horny), y los videoclubes porno, como el North Beach Movie (The nastiest videos in town). A un extremo de la calle se eleva el distrito financiero, un sector de edificios alt¨ªsimos, como si la ciudad tuviese una erecci¨®n ah¨ª donde se mueve el dinero.
En 1956, City Lights public¨® Howl (Aullido), de Allen Ginsberg, firmando la partida de nacimiento de su generaci¨®n po¨¦tica. A partir de entonces, la librer¨ªa se convirti¨® en n¨²cleo de agitaci¨®n para artistas como Jack Kerouac o Bob Kaufman, y a¨²n ahora es un intenso centro cultural, en el que dan charlas y recitales personajes como John Waters o Joan B¨¢ez.
Pero aqu¨ª, centro cultural significa tambi¨¦n centro pol¨ªtico. En el s¨®tano de la librer¨ªa est¨¢n los libros m¨¢s comprometidos. Las secciones tienen nombres como Lucha de Clases o Revoluci¨®n Sexual. En una de las paredes han pintado un mural en homenaje al Ej¨¦rcito Zapatista de Liberaci¨®n Nacional.
En pie de lucha
De hecho, la pintura mural, como forma de arte revolucionario y popular, sigue formando parte del paisaje urbano de San Francisco. En el barrio The Mission hay un callej¨®n llamado Clarion, decorado con pinturas sobre la "resistencia mapuche" o la "lucha femenina". A dos calles de ah¨ª, en el 18 de Lapidge, una construcci¨®n gigantesca cubierta con pinturas que representan a Rigoberta Mench¨², a guerreros mayas y a mujeres liberadas aloja el Women's Building, la casa de protecci¨®n de la mujer.
The Mission es el barrio m¨¢s multicultural y combativo de la ciudad. Los rostros aqu¨ª son m¨¢s cobrizos que blancos, y los acentos son m¨¢s latinos que sajones. En la calle de Valencia, 973, hay hasta una librer¨ªa en espa?ol, La Casa del Libro. En los bares puedes encontrarte con americanos que te aseguran que Sendero Luminoso era un movimiento heroico de liberaci¨®n de las masas, pero que t¨² no lo entiendes porque eres blanco y formas parte de las clases privilegiadas. No importa lo que les digas, ellos ya saben qu¨¦ pensar de ti, de Sendero, del mundo.
M¨¢s amable -pero no menos animado- es Castro, el barrio gay. Se reconoce porque est¨¢ enteramente demarcado por banderas del arco iris, y su centro neur¨¢lgico es el cruce de las avenidas Castro y Market. A pocos metros de ah¨ª, sobre Castro, est¨¢ el cine del mismo nombre. Hoy ponen un documental, Three of hearts, sobre una pareja de homosexuales que se llevan a una chica a vivir con ellos. Completan el programa una comedia gay taiwanesa llamada F¨®rmula 17 y una funci¨®n participativa de Sonrisas y l¨¢grimas. Puedes silbar cuando aparezcan los nazis y cantar con Julie Andrews.
Siguiendo por la misma calle hasta el 489 encontramos la librer¨ªa A Different Light, una de las mejor provistas del g¨¦nero. Entre los m¨¢s vendidos de este mes figuran los t¨ªtulos Contacto cercano, Utop¨ªa gay y Alguien ha matado a su chico: un verano de sexo, sol y muerte en Provincetown. Unos metros m¨¢s all¨¢, en el 525, est¨¢ el videoclub Castro. Alrededor de ellos, suficientes locales para no morir ni de hambre ni de sed ni de ganas de bailar.
La ciudad 'retro'
En EE UU, hasta lo progre es retro. La gente de San Francisco no quiere que la sociedad avance, sino que regrese a su ¨¦poca dorada, los sesenta. Y su meca definitiva es Haight Ashbury, el para¨ªso del consumo progresista, el palacio real de la Disneylandia de izquierda. En la calle de Haight, entre casas victorianas pintadas de colores, puedes encontrar el equipo completo para convertirte en un genuino hippy en las variantes psicod¨¦lico, glam o luchador social.
En Land of the Sun (1715) hay pipas, ceniceros, incensarios con motivos de Hendrix y Lennon. En DalJeets (1773) hay calzones de cuero, botas de tac¨®n y cadenas. Puedes conseguir un almuerzo africano que se come con las manos en el Massawa (1538), o comprarte un disfraz de Che Guevara en el Cal Surplus, cintur¨®n de balas incluido (el uniforme de la US Navy es m¨¢s bonito, aunque cuesta 200 d¨®lares). Pero no te detengas, sigue subiendo. Todos los caminos de tu nostalgia llevan a Haight. Puedes conseguir un atuendo a lo Starsky
& Hutch en Buffalo Exchange. O, en Wasteland, valiosas camisetas incunables de Michael Jackson y Deff Lepard. Si buscas bien, hay hasta de Twisted Sister. Y si eres tan retro que ni siquiera te has comprado un CD, as¨®mate a Amoeba Music (1855), un gran galp¨®n lleno de vinilos que se deben haber conservado en resina fosilizada durante el ¨²ltimo siglo.
A estas alturas, ya debes estar vestido y equipado para el ¨²ltimo paso. Sigue hasta el final de la calle, hasta el Golden Gate Park. Eso es, ahora int¨¦rnate un poco. ?Los ves? All¨¢ al fondo, justo debajo de la nube de humo, un grupo de barbudos tocan percusiones y guitarras. Ahora s¨ª. Rel¨¢jate. D¨¦jate llevar. Acu¨¦state. Aspira hondo. Has llegado a la colina hippy, ¨²ltima estaci¨®n de la m¨¢quina del tiempo.
Santiago Roncagliolo (Lima, 1975) gan¨® esta semana el IX Premio Alfaguara de Novela con Abril rojo.
GU?A PR?CTICA
Prefijo telef¨®nico- Estados Unidos: 001.- San Francisco: 415.C¨®mo llegar- US Airways (www.usairways.com) vuela desde Madrid, con una escala, a partir de 516 euros, tasas incluidas.- Iberia (www.iberia.es) vuela a San Francisco desde Madrid y Barcelona, v¨ªa Nueva York, por 550, todo incluido.- KLM (www.klm.es) tiene vuelos de ida y vuelta desde Barcelona, con una escala, desde 533 euros precio final.- Delta Airlines (www.delta.com) tiene vuelos de ida y vuelta desde Madrid, v¨ªa Atlanta, 578 todo incluido.Viajes- Lastminute (www.lastminute.es) oferta viajes de nueve d¨ªas en Semana Santa. Salidas desde Madrid y estancia en hoteles de tres estrellas a partir de 1.164 euros.Compras- Librer¨ªa City Lights (362 81 93; www.citylights.com). Columbus Avenue, 261.- Librer¨ªa A Different Light (431 08 91; www.adlbooks.com). Castro Street, 489.Informaci¨®n- Oficina de turismo de San Francisco (www.onlysf.sfvisitor.org; 391 20 00). La p¨¢gina web incluye un buscador de hoteles y bed and breakfast.- www.ci.sf.ca.us.- www.san-francisco.cc.
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