El rock sensual de Babas¨®nicos desembarca en Espa?a
El grupo argentino presenta 'Anoche' en una gira por ocho ciudades
Existen dos posibilidades al entrar en una tienda de discos porte?a: o suena El regreso, de Calamaro, o se escucha Anoche, el octavo ¨¢lbum en estudio de Babas¨®nicos. Adorados como una banda de culto pero populares hasta el extremo de que su nuevo trabajo se vende en los quioscos de prensa, el sexteto que comanda Adri¨¢n D¨¢rgelos, de 36 a?os, no hab¨ªa intentado a¨²n el desembarco en Espa?a.
Tras 180 conciertos durante el pasado 2005, la nueva temporada arranca para los Babas¨®nicos con ocho fechas espa?olas: desde el d¨ªa 8 en Madrid al 18 en A Coru?a, con escalas en Granada, d¨ªa 9; Valencia, 10; Mallorca, 11; Barcelona, 14; Zaragoza, 16 y Bilbao, el 17.
"?Nuestra tarjeta de visita? Somos un combo de m¨²sicos apasionados por la b¨²squeda de la belleza", proclama D¨¢rgelos, despanzurrado en el sill¨®n de su casa bonaerense. Narcisista, verborreico, provocador, con un punto de insolencia rockera, Adri¨¢n divide a la prensa especializada argentina entre quienes le idolatran y los que no le soportan. "Un compositor popular debe ser pol¨¦mico y contradictorio", argumenta el m¨²sico. "El rock de nuestros d¨ªas se ha instalado en el sistema y ya no asusta; s¨®lo sirve como placebo. Yo prefiero tener un pensamiento equivocado, pero no hip¨®crita: yo prefiero ser un insumiso, jam¨¢s un asimilado".
Las canciones de Babas¨®nicos han hecho fortuna en Argentina, Uruguay, Chile o M¨¦xico por su exaltaci¨®n de la vida nocturna, los placeres de la carne y hasta las sustancias prohibidas ("Yo tan puesto, t¨² tan apuesta", se escucha en un tema de Anoche).
"La sensualidad es uno de los principales motivos para escribir rock", insiste. Y niega que el grupo sea insensible a las crisis econ¨®micas y sociales que ha atravesado su pa¨ªs, tras el corralito o la tragedia de la discoteca Croma?¨®n. "En canciones como As¨ª se habla o Ciegos por el diezmo existe un compromiso ideol¨®gico, aunque est¨¦ solapado bajo un manto de poes¨ªa. Eso s¨ª: me niego a hacer un espect¨¢culo a partir de los problemas imperantes. Cantar que hay hambre y miseria y conseguir dinero con ese discurso, ?es acaso cr¨ªtica social? No: es hacer negocio con la desgracia ajena".
Babas¨®nicos, en cambio, han preferido "seguir los dictados de la imaginaci¨®n". Su m¨²sica es contagiosa y a D¨¢rgelos se le nota orgulloso de los resultados. Y encantado de conocerse. "Mi obra es tan interesante que ninguno de los discos est¨¢ descatalogado. Me gusta subirme al escenario y sentirme casi inalcanzable, un h¨¦roe. Soy un chico que proviene de las clases trabajadoras y que ha conseguido generar fantas¨ªa con su discurso". ?Y los detractores? "El bien y la belleza no se defienden necesariamente con simpat¨ªa. ?O es que Freddie Mercury, los Clash, Van Morrison o Bunbury han ido por la vida de tipos simp¨¢ticos? Un m¨²sico simp¨¢tico es, pongamos por caso, Diego Torres [el autor de Color esperanza]. Por eso en sus entrevistas le sacan una foto grande y un texto chiquito. Justo lo contrario de lo que me sucede a m¨ª...", concluye.
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