F¨²tbol y ladrillo
Fernando Mart¨ªn, presidente del Madrid, ha hecho una fortuna con la gesti¨®n de millones de metros de suelo en la capital espa?ola
El primer estadio por el que pele¨® Fernando Mart¨ªn ?lvarez no ten¨ªa gradas. El Chato, como llamaban al ahora presidente del Madrid en su pueblo, Trigueros del Valle (Valladolid, 328 habitantes), capitane¨® un grupo de chavales que se dirigi¨® al alcalde para pedir un campo de f¨²tbol municipal. Estaban hartos de que el due?o del prado donde jugaban les echara todas las tardes. Y logr¨® su objetivo. ?ste fue el primer proyecto de Mart¨ªn (58 a?os) y marcar¨ªa su futuro: f¨²tbol y ladrillo.
Desde peque?o, Mart¨ªn, miembro de una familia de seis hermanos, se gan¨® fama de perseverante. "No rehuye los problemas", dicen sus amigos. "Va de frente y no se refugia en sus ejecutivos", a?aden de Mart¨ªn, que ha hecho una fortuna gracias al negocio de la gesti¨®n de suelo en Madrid y es uno de los grandes propietarios de terrenos para viviendas del pa¨ªs.
Se licenci¨® en Qu¨ªmica, milit¨® en la UCD y ahora es uno de los mayores propietarios de terrenos
Martinsa gan¨® 145 millones el a?o pasado y tiene una participaci¨®n en el estadio Calder¨®n
Presidir el Madrid fue su ilusi¨®n escondida. "Tras el ¨¦xito en los negocios, ¨¦sta era quiz¨¢ su mayor ambici¨®n", comentan personas que han trabajado con ¨¦l. "S¨®lo as¨ª se explica que haya sido capaz de perder el anonimato que tanto le gustaba y meterse en una aventura tan arriesgada como ¨¦sta", dicen de Mart¨ªn, casado con Mar¨ªa Jes¨²s del Agua, a quien conoci¨® en la ¨¦poca universitaria. Tienen dos hijos, Fernando y Javier.
Mart¨ªn, hijo de la farmac¨¦utica del pueblo, se licenci¨® en Qu¨ªmica en Valladolid en 1970 y entr¨® a trabajar en una remolachera al poco de terminar la carrera. Con la llegada de la democracia, ingres¨® en la UCD, donde tambi¨¦n milit¨® Florentino P¨¦rez. Al poco tiempo, alcanz¨® el puesto de secretario general del partido en Valladolid, siempre en la corriente liberal, cerca de los Garrigues y los Camu?as.
Los cinco a?os que Mart¨ªn estuvo volcado en la pol¨ªtica, entre 1978 y 1982, le sirvieron para desarrollar una gran capacidad de convicci¨®n. "Cuando discute con un grupo de personas, casi siempre le acaban dando la raz¨®n porque transmite credibilidad", admiten sus competidores. "Ha sabido llevarse bien con ayuntamientos y gobiernos auton¨®micos tanto del PP como del PSOE", agregan.
Pero la UCD se deshizo en 1982 y un a?o despu¨¦s Mart¨ªn se traslad¨® a Madrid. Fueron momentos duros para ¨¦l, que tuvo que hacer las maletas cuando ya ten¨ªa un hijo. La decisi¨®n la tom¨® empujado por su mujer: "Es m¨¢s lista que yo". Se vali¨® de sus contactos pol¨ªticos para hallar trabajo y Jos¨¦ Antonio Camu?as, hermano del l¨ªder de la UCD, le llam¨® para ayudar a salvar una empresa. Ah¨ª empez¨® su verdadero m¨¢ster. En los nueve a?os siguientes aprendi¨® lo necesario para manejarse en el complejo mundo de la gesti¨®n del suelo.
Entre 1983 y 1991 conoci¨® a los principales personajes del sector. Como Luis del Rivero, ahora presidente de Sacyr Vallehermoso y vicepresidente del Madrid. Tambi¨¦n se top¨® con Juan Abell¨®, otro vicepresidente del club blanco. En 2002, Mart¨ªn entr¨® en el capital de la constructora Sacyr, de la que eran accionistas Abell¨® y Rivero; entre ellos hubo numerosas diferencias y en 2005 sali¨® de la empresa.
Pero su contacto m¨¢s importante siempre fue Florentino P¨¦rez, la persona que le aup¨® al puesto m¨¢s alto del universo blanco y a quien conoc¨ªa desde 1979. Aunque recibi¨® invitaciones para apoyar al Valladolid, Mart¨ªn, que era madridista desde ni?o, seguidor del f¨²tbol y el baloncesto, ten¨ªa sus ojos puestos en el club de Chamart¨ªn, del que se hizo socio en 1993.
En 1991 Mart¨ªn se convenci¨® de que pod¨ªa volar solo y el 20 de noviembre fund¨® Martinsa, su empresa. Ya conoc¨ªa todos los trucos para agilizar los proyectos urban¨ªsticos. La prueba es que fue capaz de comprar 800.000 metros cuadrados en dos meses por encargo de Inmobiliaria Colonial (La Caixa).
Mart¨ªn supo elegir un sitio clave para comprar suelo: la zona norte de Madrid. Con la primera gran operaci¨®n hizo ya una peque?a fortuna. "Todav¨ªa no ten¨ªa suficiente dinero para comprar el mejor suelo. Fui al banco, ped¨ª un cr¨¦dito millonario y me lo concedieron con la garant¨ªa del terreno", reconoce ¨¦l mismo. Mart¨ªn consigui¨® agrupar a una quincena de peque?os propietarios y formar una comunidad que present¨® un proyecto urban¨ªstico que aprob¨® el Ayuntamiento. A los pocos meses, recibi¨® una oferta en la que se le ofrec¨ªan 1.000 millones de pesetas m¨¢s de lo que hab¨ªa invertido: "Tuve dudas, pero pens¨¦ que, si vend¨ªa el terreno a la primera, pronto estar¨ªa sin nada y tendr¨ªa que volver a empezar". Apost¨® por mantenerse y logr¨® mucho m¨¢s dinero. ?sta ha sido su estrategia en un sector que vive desde 1998 un boom que ha disparado los precios de los pisos.
Mart¨ªn se confiesa cat¨®lico, pero poco practicante. Dicen que es astuto, tenaz, ambicioso, agresivo y trabajador. Su r¨¢pido ascenso le ha creado enemigos que dicen que es un poco arrogante y le echan en cara que siempre dijera que quer¨ªa el anonimato y proteger a su familia de los medios, cuando en el primer acto p¨²blico la ha presentado.
En 15 a?os, Martinsa, cuyo n¨²mero dos es Jos¨¦ Luis Echave, se ha convertido en una de las principales inmobiliarias, con un beneficio neto de 145 millones en 2005. Este resultado le coloca por encima de seis empresas del Ibex 35. Martinsa tiene siete millones de metros en Madrid, Galicia, Andaluc¨ªa, Valencia, Castilla y Le¨®n y Baleares. Quiz¨¢ la inversi¨®n m¨¢s llamativa es el 10% que posee, junto con Caja Madrid y otros socios, de la Divisi¨®n Inmobiliaria del Atl¨¦tico, es decir, el estadio Calder¨®n, terreno que previsiblemente ser¨¢ recalificado para viviendas. Adem¨¢s, tiene un 2,5% de Uni¨®n Fenosa e inversiones en el Santander, el BBVA y Telef¨®nica. En el f¨²tbol, Mart¨ªn no quiere "ni gal¨¢cticos ni millonarios", como dijo en su primer acto p¨²blico. Entre sus jugadores preferidos, y con los que m¨¢s amistad conserva, est¨¢n Zidane y Figo. Y, en su tiempo libre, le gusta viajar en familia, siempre a los hoteles m¨¢s lujosos, escuchar m¨²sica cl¨¢sica e ir a los toros.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
?Tienes una suscripci¨®n de empresa? Accede aqu¨ª para contratar m¨¢s cuentas.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.