Las bandas latinas buscan la paz
La asamblea suprema de los Latin Kings respald¨® el s¨¢bado el proceso de legalizaci¨®n que los convertir¨¢ en una asociaci¨®n
Las dos grandes bandas latinas m¨¢s importantes -Latin Kings y ?etas- han iniciado en Catalu?a un proceso de pacificaci¨®n que pasa por la legalizaci¨®n e incluye su reconciliaci¨®n. El Ayuntamiento de Barcelona, junto con otras instituciones c¨ªvicas y acad¨¦micas, impulsa y tutela este debate, que discurre de manera discreta y democr¨¢tica en el seno de las pandillas. Los expertos en cuestiones de seguridad y juventud calculan que la operaci¨®n, que afecta a unos 1.000 inmigrantes latinoamericanos de edades comprendidas entre 14 y 25 a?os, podr¨ªa culminar antes del verano. Los cuarteles generales de estas cuadrillas, en Ecuador, Puerto Rico e incluso Estados Unidos, observan con atenci¨®n la experiencia catalana.
La organizaci¨®n de los ?etas ha pedido tambi¨¦n convertirse en 'legales'
El Ayuntamiento de Barcelona tutela la reconversi¨®n de las pandillas de j¨®venes
El proceso de legalizaci¨®n fue ratificado de manera un¨¢nime el s¨¢bado pasado por la tarde por la asamblea suprema que los Latin Kings -en su terminolog¨ªa, bautizada con el nombre de Universal- celebraron en la semiclandestinidad en Barcelona, a la que asistieron m¨¢s de 200 delegados de los diferentes cap¨ªtulos de la ciudad y de su cintur¨®n industrial. A la reuni¨®n asistieron adem¨¢s un reducido grupo de invitados, as¨ª como representantes de varios colectivos de los Latin Kings de media docena de ciudades de Espa?a.
"Este proceso de legalizaci¨®n se inici¨® hace poco menos de un a?o, cuando tres representantes de los Latin Kings tomaron contacto oficial con el Ayuntamiento de Barcelona. Aqu¨¦lla fue una reuni¨®n dif¨ªcil y complicada, que dio paso a otras entrevistas, durante las cuales todos pusimos las cartas sobre la mesa; ellos su deseo de ser 'reconocidos', nosotros la necesidad de que respetaran las reglas b¨¢sicas de la convivencia, sobre todo la democracia, el fin de la violencia y la supresi¨®n de supuestos ritos de iniciaci¨®n", asegura Josep Maria Lahosa, de 53 a?os, director de los Servicios de Prevenci¨®n del Ayuntamiento de Barcelona, un observatorio y c¨¦lula de reflexi¨®n para cuestiones de seguridad creado en la d¨¦cada de los a?os ochenta en el seno del consistorio.
Los Latin Kings, una de las organizaciones juveniles con mayor implantaci¨®n internacional en Estados Unidos y Ecuador, creada como una hermandad de apoyo a los muchachos latinos, apareci¨® en Barcelona y en su cintur¨®n industrial, en diciembre de 2002. Al principio, sus huellas eran difusas: algunos enfrentamientos aislados en la puerta de una escuela y ciertas pintadas en las callejuelas de Ciutat Vella. Hijos de inmigrantes ecuatorianos, llegados recientemente a la ciudad gracias a los procedimientos de reagrupaci¨®n familiar, estaban implantando la organizaci¨®n siguiendo la estructura de clanes similares asentados en la ciudad ecuatoriana de Guayaquil y en los suburbios de Chicago y Nueva York.
Los Servicios de Prevenci¨®n del Ayuntamiento de Barcelona recabaron los servicios de Carles Feixa, de 44 a?os, un antrop¨®logo, profesor de la Universidad de Lleida, responsable de la Asociaci¨®n Internacional de Sociolog¨ªa, especialista de movimientos juveniles, que ha publicado diversos estudios -De j¨®venes, bandas y tribus en 1998, Pachucos, malandros y punketas en 2002-, para que estudiara los Latin Kings por dentro e investigara su implantaci¨®n en la ciudad. Este profesor, gracias a una acreditaci¨®n del cap¨ªtulo de los Latin Kings de Nueva York, pudo introducirse en la organizaci¨®n, ganarse su confianza y llevarlos al fin al Ayuntamiento.
"Los Latin Kings no son una plataforma delictiva. Es una organizaci¨®n de ayuda y solidaridad de los j¨®venes inmigrantes latinoamericanos a pesar de que algunos sectores policiales, especialmente de Madrid, insistan en asegurar lo contrario. Es cierto que su nombre se ha visto implicado en algunos tr¨¢gicos acontecimientos, pero son incidentes concretos, que no debieran suponer la criminalizaci¨®n de la banda. Claro est¨¢ que estoy hablando de Barcelona, en Madrid la situaci¨®n es otra", asegura Carles Feixa, uno de los promotores del proceso de tutela y reconducci¨®n de las bandas latinas en Catalu?a.
Un equipo de juristas y acad¨¦micos de la Universidad de Barcelona y de organizaciones de defensa de los derechos humanos han empezado a redactar los estatutos de los Latin Kings. El proceso es simple; los t¨¦cnicos redactan uno a uno los art¨ªculos, que los l¨ªderes de la organizaci¨®n tratan de adaptar a su Biblia. Al final, la asamblea de los Latin Kings en Barcelona deber¨¢ votar el documento.
La redacci¨®n de los estatutos ha entrado ya en la recta final, aseguran los responsables del equipo jur¨ªdico. Han sido acordados y aprobados una treintena de art¨ªculos, algunos especialmente delicados y complicados como el que hace referencia a las cuotas, al derecho de salir de la organizaci¨®n, que supone el fin de un antiguo principio autoritario por el que "el latin king ser¨¢ siempre un latin king salvo si abraza el sacerdocio o se hace monja". Quedan a¨²n sin embargo sobre la mesa algunos asuntos pol¨¦micos, entre ellos el del nombre de su organizaci¨®n; mientras que los latinos proponen el de Organizaci¨®n Cultural de la Sagrada Tribu de Atahualpa de Catalu?a, los asesores proponen lisa y llanamente Organitzaci¨® Cultural dels Llatins a Catalunya, en una maniobra destinada, entre otras cosas, a enraizarlos en la sociedad catalana y adem¨¢s conseguir m¨¢s f¨¢cilmente subvenciones de los organismos auton¨®micos.
La rama de los Latin Kings en Espa?a, implantada especialmente en Barcelona y Madrid, mantiene estrechos contactos con las organizaciones en el pa¨ªs de origen; Estados Unidos y Ecuador, hasta el punto de que cualquier incidente provocado por las bandas latinas en las calles espa?olas tiene inmediatas repercusiones en Guayaquil y Quito. El mimetismo es tan estrecho que el rumor del asesinato de un rey King en Madrid origina la amenaza de des¨®rdenes en las principales ciudades de Ecuador y obliga al Gobierno a cerrar por unos d¨ªas las escuelas por temor a disturbios.
En el otro lado del oc¨¦ano se observa y se sigue d¨ªa a d¨ªa el proceso catal¨¢n. La ciudad italiana de G¨¦nova, donde se encuentran tambi¨¦n fuertemente implantadas las bandas latinas, ha empezado a ensayar la f¨®rmula Barcelona. Pero todos los esfuerzos se centran en exportar la experiencia a Madrid, donde la din¨¢mica de las bandas latinas y la actitud del Ayuntamiento est¨¢n originando conflictos permanentes. Los l¨ªderes catalanes de los Latin Kings se han trasladado en varias ocasiones a la capital para tratar de convencer a sus hermanos de que se impliquen tambi¨¦n en un proceso de pacificaci¨®n. Responsables municipales de Barcelona tratan tambi¨¦n de convencer a los del Ayuntamiento de Madrid para que tengan en cuenta la experiencia catalana.
Los dirigentes de la rama catalana de los ?etas, la otra banda latina hegem¨®nica, originaria de Puerto Rico, han pedido tambi¨¦n recientemente la tutela del Ayuntamiento para iniciar un proceso de pacificaci¨®n id¨¦ntico al de la pandilla rival. La redacci¨®n de los estatutos avanza en esta organizaci¨®n con dificultades, ya que los acuerdos se adoptan por unanimidad.
"?Amor de rey!"
"?Amor de rey!", repite esa tarde sin cesar King Sleeper ('el m¨¢s dormil¨®n') como el resto de sus compa?eros de asamblea. El chico se llama Ariel, tiene 19 a?os y es oriundo de Quito, de donde lleg¨® hace poco menos de cinco a?os. Es el responsable del cap¨ªtulo de los Latin Kings de una localidad del cintur¨®n industrial de Barcelona, en el que participan adem¨¢s cerca de medio centenar de latinoamericanos.
"Llegu¨¦ a los Latin Kings por pura casualidad, hace poco menos de un a?o, y fui investido
king
al cabo de un mes", asegura el muchacho, al tiempo que afirma que la pertenencia a la organizaci¨®n le ha cambiado la vida, le ha permitido recobrar el sentido de la solidaridad y abandonar el camino y los h¨¢bitos que le llevaron tiempo atr¨¢s en dos ocasiones a la c¨¢rcel, donde cumpli¨® 10 meses de prisi¨®n.
Ariel, alias
King Sleeper,
se gana la vida como mozo de un almac¨¦n; as¨ª ayuda a su madre, que trabaja en la cadena de montaje de una empresa farmac¨¦utica. Son los ¨²nicos salarios que entran en esa media familia, compuesta por cuatro hermanos. El resto de los suyos, con el padre a la cabeza, viven a¨²n en Ecuador.
"Quiz¨¢ un d¨ªa pueda reanudar los estudios, que abandon¨¦ cuando entr¨¦ en la c¨¢rcel, y pueda as¨ª acabar convirti¨¦ndome en polic¨ªa, que es mi sue?o dorado", concluye Ariel, mientras desde el fondo de la sala sigue paso a paso las incidencias de una asamblea que durar¨¢ cerca de siete horas.
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