OPA y (geo) pol¨ªtica
?Es indiferente, bueno o malo que una empresa bajo control alem¨¢n como E.ON compre Endesa? Puede haber una contradicci¨®n entre la racionalidad empresarial y la geopol¨ªtica. Econ¨®micamente y para los accionistas, puede tener sentido. Pero en la operaci¨®n, Espa?a puede perder como pa¨ªs. Si estuvi¨¦semos en una Europa integrada y federal, con una pol¨ªtica energ¨¦tica com¨²n y una pol¨ªtica exterior ¨²nica, poco importar¨ªa, aunque mayor concentraci¨®n no implica mayor competencia. Pero, hoy por hoy, por desgracia, no estamos en esa Europa, sino en otra que al no ir hacia adelante, tras el par¨®n en la Constituci¨®n Europea, parece ir hacia atr¨¢s. Y no es que realmente vuelva el proteccionismo sino que se defienden algunos ¨²ltimos bastiones nacionales, los de los sectores m¨¢s estrat¨¦gicos. En esta Europa, Alemania gana peso, pero no es la campeona de las liberalizaciones, pues est¨¢ relativamente cerrada: En el ¨²ltimo ?ndice de Globalizaci¨®n FP/A.T.Kearney, Alemania ocupa el puesto 21, s¨®lo cinco por delante de Espa?a, y en recepci¨®n de Inversi¨®n Directa Extranjera en el 54, frente al 11 para este pa¨ªs.
Aunque lejos de los intereses de los ciudadanos, el sector energ¨¦tico es el m¨¢s estrat¨¦gico de nuestros d¨ªas. "Pol¨ªtica energ¨¦tica" equivale casi a "pol¨ªtica de seguridad". EE UU, Francia, Italia y otros as¨ª lo entienden. Rusia ha re-nacionalizado, con malos modos, su principal monocultivo: el gas y el petr¨®leo. Con Endesa estamos ante un caso de una empresa privada, pero de un sector regulado, tanto que los consumidores est¨¢n a¨²n, y seguir¨¢n, pagando ese curioso concepto liberal que son los Costes de Transici¨®n a la Competencia.
La llamada telef¨®nica de la canciller alemana, Angela Merkel, a Zapatero para interesarse por la OPA de E.ON unas horas antes de su anuncio indic¨® tres cosas: que este tema es pol¨ªtico para Alemania; que los inversores de E.ON conf¨ªan en Espa?a; pero tambi¨¦n que Berl¨ªn menosprecia al Gobierno espa?ol. Lo normal hubiera sido que la llamada de Merkel hubiese entrado, para consultar, mucho antes. En todo caso, la intervenci¨®n de la canciller de la Gran Coalici¨®n convierte el paso de E.ON en una OPA que se puede calificar de Estado. No habr¨ªa ocurrido entre Francia y Alemania. Y la b¨ªblica regla de oro vale tanto como la acci¨®n de oro en desaparici¨®n. En tales circunstancias a cualquier gobierno espa?ol le resultar¨ªa dif¨ªcil acceder de buena gana a la petici¨®n de Alemania, un pa¨ªs con sus campeones nacionales. Pues los tiene, como casi todos los que dicen que no hay que tenerlos. Probablemente para consagrar los campeones espa?oles, algunas empresas, como Endesa, necesiten cobrar ahora una dimensi¨®n europea e integrarse en entidades m¨¢s grandes, cediendo parte del control y la gesti¨®n, como recuerda Mauro Guill¨¦n en la versi¨®n espa?ola de su magn¨ªfico libro sobre El auge de la empresa multinacional espa?ola. Pero, ?as¨ª y manteniendo el aislamiento espa?ol en la red energ¨¦tica europea?
En Espa?a las empresas han pasado a ser ¨²tiles a la pol¨ªtica exterior, entendida no s¨®lo como acci¨®n de Gobierno, sino de pa¨ªs. Endesa, principalmente a trav¨¦s de Enersis, ha sido uno de los principales inversores espa?oles en Am¨¦rica Latina, especialmente en Mercosur, que es el coraz¨®n del continente. Adem¨¢s de las ventajas que comporten localmente, las inversiones en Am¨¦rica Latina han supuesto mucho para Espa?a, como pa¨ªs (y hay que defender la regla de oro de una simetr¨ªa para Am¨¦rica Latina). Muchas empresas espa?olas se han globalizado gracias a su presencia en Am¨¦rica Latina, pol¨ªtica apoyada desde el Estado. Gracias a ellas, Espa?a pesa m¨¢s, en Europa y en el mundo, no como Estado, sino como pa¨ªs; pa¨ªs intermedio, pero nada despreciable. Si estas empresas dejan de ser espa?olas, Espa?a perder¨ªa credibilidad e influencia en la zona, y de rebote en Europa y en el mundo. Un poco de ambici¨®n pol¨ªtica no viene mal. Tampoco otro poco, aunque en un sentido algo diferente, de lo que Villepin llama "patriotismo econ¨®mico", que Alemania no llama, pero practica. Es lo que est¨¢ faltando aqu¨ª, independientemente de que se hayan hecho mejor o peor las cosas. Y, en general, se han hecho peor. aortega@elpais.es
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