MIRADOR

DOS VISIONES. El Barcelona borda el f¨²tbol. Su entrenador, Rijkaard, un holand¨¦s moluque?o, dio una lecci¨®n de modales a Mourinho, su hom¨®logo del Chelsea. El Bar?a representa a Espa?a en la Champions como campe¨®n de la ¨²ltima liga. El Chelsea, en manos de un ruso multimillonario, es l¨ªder de la brit¨¢nica. Millones de espa?oles disfrutan cuando Messi, un argentino reci¨¦n salido de la adolescencia, hace enmudecer Stamford Bridge. Los mismos que aplauden a Ronaldinho, un brasile?o de las favelas, cuando pone en pie el Camp Nou. ?Qu¨¦ pretenden los j¨®venes nacionalistas que cuelgan pancartas diciendo nosotros no somos vosotros? ?Ganarse las simpat¨ªas pol¨ªticas de los seguidores del Bar?a que hay en todo Espa?a? Hay gestos que lo dicen todo. Tienen derecho a pensar lo que quieran sobre la identidad catalana, pero por sensatez debieran ahorrarse estas imp¨²dicas exhibiciones.

CACER?A. "Caza a un famoso con tu tel¨¦fono m¨®vil o con tu c¨¢mara" y podr¨¢s ganar 200 euros, propone a sus lectores el magazine que se reparte los s¨¢bados con el peri¨®dico La Raz¨®n. Los destinatarios naturales de la incitaci¨®n son adolescentes movil-dependientes o adultos infantiloides. "Convi¨¦rtete en un paparazzi", tienta la revista. Si hay alguien que quiere vender su intimidad, all¨¢ ¨¦l. Pero para el resto, algo deber¨ªa decir la justicia ante una incitaci¨®n de tan escasa nobleza, en la que no hay libertad alguna a proteger y s¨ª un derecho individual potencialmente en peligro.