El Betis cumple su gui¨®n

El Betis consigui¨® lo que buscaba. Aunque tambi¨¦n se puede decir que dej¨® escapar una oportunidad de darse un alegr¨®n a costa de un hist¨®rico, un ex campe¨®n de Europa, que qued¨® claro que es menos equipo que el sevillano. Con la cabeza puesta en la Liga, en el enfrentamiento del fin de semana contra el M¨¢laga, Lloren? Serra Ferrer pidi¨® a los suyos un empate y plante¨® un equipo y un sistema de juego para tal fin. Y lo logr¨® con un juego pel¨ªn superior que fue insuficiente para lograr una victoria que s¨ª que habr¨ªa supuesto un arre¨®n de ¨¢nimo y con la que pr¨¢cticamente se habr¨ªa asegurado un puesto en los cuartos de final de la Copa de la UEFA.

La salida de los rumanos tuvo la intenci¨®n de intimidar. Pero el Betis ni se inmut¨®. En el primer minuto, el delantero rumano Iacob, seg¨²n asegura la prensa local seguido con atenci¨®n por los ojeadores del Arsenal, se hizo notar en un intento de llegar a la porter¨ªa de Doblas a la brava, tirando con efectividad de anatom¨ªa y regular con la pelota, que sali¨® por encima del larguero. Inmediatamente, los verdiblancos colocaron el bal¨®n en el ¨¢rea contraria y le cay¨® a Robert, que dispar¨® fuera por muy poco. Pareci¨® que el encuentro iba a ser r¨¢pido y din¨¢mico, pero a los de casa les pes¨® la responsabilidad y les falt¨® juego mientras que a los jugadores del conjunto andaluz les falt¨® f¨²tbol. Porque les sobr¨® pelota. Rivera y Capi no fueron capaces de tomar el mando de la zona central del campo y el equipo no supo ser fluido en sus movimientos y, sobre todo, en sus pases.

El Steaua manten¨ªa un orden estimable sobre el terreno de juego, pero sus jugadores carec¨ªan de la calidad necesaria para hacer da?o. Mientras casi todos los ojos verdiblancos estaban atentos a la espigada figura de Iacob, era Dica el que intentaba hacer m¨¢s f¨²tbol. El media punta tuvo el buen sentido para los intereses de su equipo de buscar las bandas. Fruto de ello llegaron algunos pases diagonales al ¨¢rea de Doblas, nervios¨ªsimo e impreciso en su regreso a la titularidad. Nicolita envi¨® un pelotazo al cielo cuando lo ten¨ªa todo a favor para, por lo menos, poner en un serio aprieto al guardameta sevillano. La mejor oportunidad de gol de toda la primera mitad la tuvo el Steaua en el minuto 35. Melli y Rivera se hicieron un verdadero l¨ªo a la altura de su esquina derecha y el bal¨®n le rebot¨® manso al lateral Nesu, que la puso en el ¨¢rea para que Dica la cabeceara. Bien, pero un pelo alta.

El Betis segu¨ªa con un estilo de juego que hasta podr¨ªa pecar de un punto de soberbia. Conduc¨ªa el bal¨®n hasta perderla, equivocando as¨ª la mejor receta para acabar con los equipos briosos y ordenados, que no es otra que hacer que el bal¨®n corra -que lo hace m¨¢s que el jugador, como sostienen los m¨¢s grandes y hasta la l¨®gica m¨¢s simple- y rompa sus l¨ªneas. Pues... no. Con un centro del campo espeso, especialmente Capi y Varela, y Joaqu¨ªn escorado a la izquierda, cada jugador del Betis que cog¨ªa la pelota se empe?aba en seguir con ella. Adem¨¢s, al trote y en ocasiones hasta hacia atr¨¢s.

Los rumanos, que no son nada, pero nada, del otro mundo, tuvieron otro par de ocasiones claras por su banda derecha, pero, por suerte para el Betis, ambas las protagoniz¨® Nicolita. A 20 minutos del final, Radoi enchuf¨® un pelotazo desde la frontal del ¨¢rea que no entr¨® en la porter¨ªa b¨¦tica porque Doblas hizo el parad¨®n de la noche. El partido acab¨® como casi todos los de marcador apretado, con voleones y ataques a un lado y otro con m¨¢s ganas que criterio. Resultado ¨®ptimo y objetivo cumplido para el Betis, pero oportunidad dejada pasar.