Un ¨²ltimo servicio al nacionalismo victimista
La carrera pol¨ªtica de Milosevic es un camino sembrado de decenas de miles de cad¨¢veres en cuatro guerras balc¨¢nicas
Con su muerte a los 64 a?os sin haber sido condenado por el Tribunal Penal Internacional para la Antigua Yugoslavia (TPI-Y), Slobodan Milosevic ha rendido un ¨²ltimo servicio al nacionalismo serbio que durante la ¨²ltima d¨¦cada del siglo XX constituy¨® el pilar de su r¨¦gimen. Las cr¨®nicas que llegaban ayer de Belgrado, con testimonios recogidos en las calles y entre los pol¨ªticos, ponen de manifiesto que su muerte alimenta el victimismo serbio, la idea de ser un pueblo perseguido, incomprendido y maltratado por Occidente.
La carrera de Milosevic desde su ascenso al poder en Serbia hasta su muerte en La Haya es un camino sembrado de decenas de miles de cad¨¢veres en cuatro guerras balc¨¢nicas. La m¨¢s breve fue la de Eslovenia, que logr¨® la independencia en 1991 al precio de unas docenas de muertos. La de Croacia, que dur¨® de 1991 a 1995, caus¨® decenas de miles de muertos y concluy¨® con la deportaci¨®n de 200.000 serbios que desde hac¨ªa 300 a?os viv¨ªan en la Krajina. La de Bosnia-Herzegovina origin¨® el asedio durante 43 meses de Sarajevo y provoc¨® matanzas in¨¦ditas en Europa desde los tiempos del nazismo y el estalinismo, como la de Srebrenica.
"?No te entregues, suic¨ªdate!", le dijo su hija Marija cuando se lo llevaban al TPI-Y
En Kosovo cometi¨® un error de c¨¢lculo que le cost¨® el poder y acabar en La Haya
La guerra bosnia finaliz¨® con los acuerdos de Dayton. Milosevic pudo sentarse junto a los otros dos responsables de la explosi¨®n del nacionalismo balc¨¢nico, el croata Franjo Tudjman y el bosnio musulm¨¢n Alija Izetbegovic, que le precedieron en el camino hacia el m¨¢s all¨¢, pero que se vieron libres del oprobio de sentarse en el banquillo de los acusados. En Dayton, Milosevic se sinti¨® cortejado por los grandes l¨ªderes del mundo para firmar el parto de un Estado casi imposible en el coraz¨®n de Europa. Esa Bosnia con dos entidades nacionales y sus tres etnias est¨¢ lejos de alcanzar las bases m¨ªnimas de una naci¨®n una d¨¦cada despu¨¦s de aquella firma: el deseo de vivir juntos en un proyecto com¨²n.
Codearse con los grandes tal vez deslumbr¨® al siempre astuto Milosevic. Quiz¨¢ crey¨® que aquello le daba carta blanca para salvar lo que quedaba del proyecto de la Gran Serbia, que de la Yugoslavia del dictador Yosef Broz Tito hab¨ªa quedado reducida a Serbia, Montenegro y Kosovo, provincia serbia del tama?o de Asturias.
La carrera de Milosevic va unida de forma inexorable y casi tr¨¢gica a Kosovo. All¨ª empez¨® su proyecci¨®n y transformaci¨®n de funcionario comunista en nacionalista serbio. Estas dos componentes, nacionalismo y comunismo, a las que se pod¨ªa a?adir el gansterismo, fueron los pilares sobre los que se sustent¨® su r¨¦gimen hasta su apote¨®sica ca¨ªda. En un famoso discurso, pronunciado el 28 de junio de 1989, con ocasi¨®n del 600? aniversario de la batalla de Kosovo Polje, en la que los turcos derrotaron a los serbios, hab¨ªa fructificado la semilla sembrada en 1986 por el Memorando de la Academia Serbia de las Ciencias y de las Artes que constituy¨® el soporte ideol¨®gico del nacionalismo serbio que impulsar¨ªa las cuatro guerras. En su mitin del campo de la batalla de Kosovo se trasluc¨ªa este tufo chovinista en Milosevic: "La desuni¨®n entre los pol¨ªticos serbios, unida a la mentalidad de vasallos, llev¨® a la humillaci¨®n de Serbia y hacernos parecer inferiores. As¨ª fue durante a?os y d¨¦cadas. Hoy estamos aqu¨ª reunidos en el Campo de los Mirlos para anunciar que ese tiempo ha pasado". Sigui¨® Milosevic en lo que parec¨ªa una premonici¨®n de las guerras que se avecinaban: "Seis siglos despu¨¦s nos encontramos de nuevo en medio de luchas y confrontados con nuevas batallas. No son luchas armadas, aunque no se pueden excluir". Dos a?os despu¨¦s, esas luchas se convirtieron en realidad.
Tras las derrotas y la independencia de Eslovenia, Croacia, Bosnia-Herzegovina, m¨¢s la incruenta de Macedonia, Milosevic se orient¨® hacia Kosovo, mientras en el interior de Serbia instalaba un r¨¦gimen de corrupci¨®n y cr¨ªmenes del m¨¢s puro estilo mafioso. Murieron asesinados periodistas cr¨ªticos del r¨¦gimen, contrincantes empresariales que perjudicaban a las empresas de Milosevic y su clan y desapareci¨®, luego se descubri¨® que asesinado, el dirigente comunista Ivan Stambolic, el mismo que le hab¨ªa apadrinado. En ocasiones los asesinatos alcanzaban a personas m¨¢s o menos vinculadas al r¨¦gimen como Zeljko Raznatoviv, m¨¢s conocido como Arkan, que de jefe de una banda de asesinos se hab¨ªa reconvertido en hombre de negocios.
En Kosovo cometi¨® Milosevic un error de c¨¢lculo que le cost¨® el poder y acabar en La Haya. Pens¨® Milosevic que las amenazas de Occidente eran vanas y que jam¨¢s cumplir¨ªa las amenazas de iniciar una guerra en defensa de 1,8 millones de albanokosovares. Se equivoc¨®. Tras la verg¨¹enza de Srebrenica, donde 8.000 musulmanes bosnios murieron asesinados ante los ojos de los soldados de la ONU, Occidente no pod¨ªa cruzar los brazos ante la limpieza ¨¦tnica puesta en marcha en Kosovo.
El 24 de marzo de 1999 la OTAN inici¨® el bombardeo de Yugoslavia, que dur¨® 77 d¨ªas, hasta la firma del acuerdo de paz de Kumanovo en Macedonia. La provincia serbia de Kosovo qued¨® organizada como un protectorado gobernado por la ONU y ocupado por las fuerzas de la OTAN. Serbia, que no hab¨ªa vivido las guerras anteriores en propia carne, vio con impotencia c¨®mo los aviones de la OTAN bombardeaban a placer su territorio. Al final de la guerra, Serbia se hab¨ªa convertido en un pa¨ªs arruinado y en un paria internacional.
La estrella del d¨¦spota comenz¨® a declinar, al mismo tiempo que crec¨ªa el descontento en la poblaci¨®n. Milosevic parec¨ªa haber perdido su olfato pol¨ªtico y convoc¨® una elecci¨®n presidencial para el 20 de septiembre de 2000 que concluy¨® con una derrota frente a la oposici¨®n, que por una vez hab¨ªa conseguido unirse bajo la candidatura del nacionalista serbio, pero democr¨¢tico, Vojislav Kostunica. Tard¨® Milosevic en entregar el poder. El pueblo se lo arrebat¨® en las calles de Belgrado tras el asalto al Parlamento y la televisi¨®n el 5 de octubre. Abandonado incluso por su polic¨ªa pol¨ªtica y el Ej¨¦rcito yugoslavo, Milosevic renunci¨® al d¨ªa siguiente.
En menos de medio a?o, el 1 de abril de 2001, la polic¨ªa asalt¨® la casa de Milosevic en un barrio residencial de Belgrado y lo llev¨® a la c¨¢rcel, mientras su hija Marija le gritaba: "?No te entregues, suic¨ªdate!". Despu¨¦s, Marija dispar¨® su pistola contra los polic¨ªas que llevaban a su padre a la c¨¢rcel, acusado de abuso de poder y malversaci¨®n de fondos. El 28 de junio de 2001, de nuevo el aniversario de la batalla de Kosovo, 12 a?os despu¨¦s del famoso discurso que dio impulso a su ascensi¨®n, el Gobierno de Serbia que presid¨ªa Zoran Djindjic entreg¨® a Milosevic a La Haya, donde ahora muri¨®. Djindjic lo pag¨® tal vez con su vida y el 12 de marzo de 2003 cay¨® abatido a balazos en la calle en Belgrado. La maldici¨®n del r¨¦gimen de Milosevic pesaba todav¨ªa sobre Serbia y su muerte en La Haya podr¨ªa prologarla.
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