Los municipios tratan de preservar Collserola mediante acuerdos con los constructores
Los promotores tienen en marcha una docena de proyectos inmobiliarios en la zona
Los nueve ayuntamientos que rodean la sierra de Collserola tratan de preservarla del acoso urban¨ªstico mediante intercambios de suelo con los constructores que tienen terrenos en el entorno y pretenden edificar al amparo del plan metropolitano de 1976, que usa manga ancha con los promotores inmobiliarios. El hambre urban¨ªstica queda patente en una zona donde existe una docena de proyectos de construcci¨®n de equipamientos y viviendas amparados en la normativa. El sector sur de la sierra que linda con Barcelona es donde este pulm¨®n verde recibe m¨¢s dentelladas.
Las constructoras tratan de aprovechar las zonas v¨ªrgenes entre las ¨¢eras urbana y forestal
Los ayuntamientos intentan que los promotores no edifiquen en los l¨ªmites de la sierra
Dice el refr¨¢n que a grandes males, grandes remedios. La sierra de Collserola padece graves trastornos: la herencia de un crecimiento desordenado y la especulaci¨®n urban¨ªstica, que a¨²n hoy asedia los l¨ªmites del parque forestal. Pero los remedios son m¨¢s bien escasos. Los nueve municipios que comparten este pulm¨®n verde de m¨¢s de 8.000 hect¨¢reas lamentan que pueden hacer poco frente a las pretensiones del sector del ladrillo, que tiene a su favor la biblia urban¨ªstica de la conurbaci¨®n de Barcelona: el Plan General Metropolitano (PGM). Este documento, aprobado en 1976, regula los usos del suelo y emplea manga ancha con los promotores inmobiliarios.
Los mordiscos urban¨ªsticos al parque no cesan. Actualmente, hay una docena de proyectos en marcha entre promociones de viviendas, equipamientos y ¨¢reas residenciales. Barcelona, en el flanco sur, es la que propina las dentelladas m¨¢s hirientes a este pulm¨®n verde. A medida que el suelo de la ciudad se agota, las constructoras se afanan en aprovechar al m¨¢ximo los terrenos a¨²n libres entre la zona urbana y el ¨¢rea forestal. Uno de estos huecos es Torre Vilana, situada encima de la Ronda de Dalt, cerca del cementerio de Sant Gervasi. All¨ª, la empresa N¨²?ez y Navarro ha construido 21 casas unifamiliares de ensue?o. Cada una tiene cuatro o cinco ba?os, jard¨ªn privado y hasta una bodega. No son las ¨²nicas viviendas. La empresa ultima ahora una nueva promoci¨®n, de 130 pisos de lujo, a los pies de la torre de Collserola y del observatorio Fabra.
El Ayuntamiento de Barcelona cita Torre Vilana como ejemplo de lo maniatados que se sienten los municipios para evitar operaciones especulativas. A principios de los ochenta, una sentencia del Tribunal Supremo reconoc¨ªa el derecho de los antiguos propietarios a edificar en estos terrenos. El proyecto inicial era m¨¢s ambicioso: preve¨ªa la construcci¨®n de 300 viviendas unifamiliares. "Una aut¨¦ntica barbaridad", asegura Ricard Fayos, director t¨¦cnico de Urbanismo de Barcelona. Tras a?os de duras negociaciones, el Ayuntamiento y N¨²?ez y Navarro pactaron que se edificasen 150 viviendas, la mitad de lo previsto. El resto ser¨¢n equipamientos -el Instituto Oftalmol¨®gico, entre ellos- y terreno no edificable que ha quedado en manos municipales.
Pero nada sale gratis. A cambio de liberar parte de Torre Vilana, el consistorio ofreci¨® una permuta de terrenos cerca de la Ronda de Dalt, en un ¨¢rea que ya no resultaba da?ina para el parque de Collserola. Otro intento de asalto se produjo detr¨¢s del parque del Castell de l'Oreneta, en Sarri¨¤. All¨ª se plane¨® construir la nueva sede de la cl¨ªnica Quir¨®n. A cambio de preservar una zona que, seg¨²n los expertos, tiene un alto inter¨¦s medioambiental, el Ayuntamiento ofreci¨® a los propietarios la posibilidad de instalarse en unos terrenos de propiedad municipal en la plaza de Alfons Com¨ªn, cosa que finalmente aceptaron.
Este tipo de intercambios son una de las pocas soluciones que tienen los ayuntamientos para salvaguardar, aunque s¨®lo sea parcialmente, los terrenos a¨²n v¨ªrgenes que rodean Collserola. Unos espacios que, seg¨²n los expertos en ecolog¨ªa, son muy valiosos porque facilitan la conexi¨®n de la sierra con otros sistemas naturales, como las sierras de Marina, el Ordal y Sant Lloren? del Munt. Gracias a estas negociaciones, el Ayuntamiento de Barcelona ha conseguido recalificar 57.000 metros cuadrados de zona urbanizable como zona forestal en los ¨²ltimos a?os.
Algo similar, aunque en menor proporci¨®n, ha ocurrido en Sant Just Desvern. Para salvar el valle de Sant Just, urbanizable seg¨²n el PGM, el Ayuntamiento ha cedido a los promotores terreno en el n¨²cleo urbano. Con esta permuta se han salvado unos espacios que seg¨²n el alcalde de Sant Just, el socialista Josep Perpiny¨¤, "se ubican dentro del parque forestal, en un ¨¢rea calificada de inter¨¦s natural". El municipio no est¨¢ libre del hambre urban¨ªstica: ahora se ultima el nuevo barrio de Mas Llu¨ª, que significar¨¢ entre 1.048 y 1.400 viviendas en una zona pr¨®xima a la masa forestal de Collserola.
Sant Cugat tambi¨¦n opta por el pactismo para proteger las zonas lindantes con el parque. "La soluci¨®n que normalmente proponemos es que se urbanice el 20% del suelo y que el resto pase a ser forestal, de propiedad p¨²blica", explica la teniente de alcalde de Territorio, Merc¨¨ Conesa. Pero ¨¦sta es una soluci¨®n que no contenta a todos. Por ejemplo, la construcci¨®n de unas 60 casas unifamiliares en Can Busquets, en La Floresta, est¨¢ paralizada. El proyecto est¨¢ pendiente de un informe de impacto ambiental que el Departamento de Medio Ambiente a¨²n no ha elaborado. En el caso de Can Montmany, en la frontera entre Valldoreix y Collserola, el Ayuntamiento ha logrado la propiedad de esta finca a cambio de unos terrenos edificables.
En el peque?o municipio de El Papiol ha ocurrido tres cuartos de lo mismo. "En la zona l¨ªmite del parque hab¨ªa tres lotes de suelo urbanizable programado", dice el concejal de Urbanismo, Joan Borr¨¤s. Uno de ellos, formado por campos y vi?as, se ha conseguido trasladar unos 500 metros hacia la poblaci¨®n, mediante una permuta de terrenos. En otro de estos lotes, nada impedir¨¢ que los leg¨ªtimos propietarios construyan.
Pero no todas las historias tienen un final m¨¢s o menos feliz, en el que el maridaje entre Administraci¨®n y el sector privado satisface a ambas partes. Otros episodios acaban en los tribunales. Esto ocurre cuando los municipios tratan de alterar los usos del suelo previstos por el Plan General Metropolitano; es decir, cuando pretenden que un terreno catalogado como urbanizable pase a ser considerado no urbanizable.Recalificar terrenos es arriesgado, ya que choca con los derechos adquiridos por los propietarios. Los ayuntamientos pueden evitar riesgos a golpe de talonario: indemnizar con cantidades astron¨®micas a los due?os. Pero esta pr¨¢ctica har¨ªa tambalear las arcas de todos los municipios, hasta de los m¨¢s fuertes. "Es mejor tratar de negociar que indemnizar", declara el director t¨¦cnico de urbanismo del Ayuntamiento de Barcelona, Ricard Fayos.
A los tribunales ha llegado el caso de Torre Negra, una zona entre el casco urbano y el parque, formada por bosques y terrenos agr¨ªcolas, bandera de reivindicaciones ecologistas. Hace una d¨¦cada, el Ayuntamiento de Sant Cugat del Vall¨¨s recalific¨® los terrenos, que dejaron de ser urbanizables. Los due?os, entre ellos N¨²?ez y Navarro, llevaron al consistorio a juicio y el asunto no se ha resuelto.
En Molins de Rei ha ocurrido un caso similar en El Terral y en las inmediaciones de la riera de Vallvidrera, dos zonas calificadas con suelo "urbanizable no programado" e "industrial".En otros casos, los municipios consideran que una operaci¨®n cerca de la sierra es beneficiosa y, por tanto, no se oponen a ella. Es el caso de Esplugues de Llobregat, donde la pol¨¦mica lleg¨® de la mano del plan Caufec. El grupo Sacresa construir¨¢, en el barrio de Finestrelles, 709 viviendas y 2 torres de oficinas. M¨¢s abajo, en el sector de Sant Lloren?, el plan prev¨¦ levantar un hotel y un ¨¢rea comercial y de ocio. Los grupos ecologistas creen que el proyecto es da?ino para la sierra y han llevado el caso a los tribunales.
Empleos y zona verde
Todo lo contrario opina la primera teniente de alcalde del Ayuntamiento de Esplugues, Pilar D¨ªaz. "El plan supondr¨¢ crear puestos de trabajo y 125 viviendas de promoci¨®n p¨²blica; adem¨¢s, 20 de las 40 hect¨¢reas ser¨¢n ¨¢rea verde", justifica D¨ªaz.En Cerdanyola del Vall¨¨s se ubicar¨¢ un nuevo ensanche, el llamado Centro Direccional. Acoger¨¢ la ampliaci¨®n del Parque Tecnol¨®gico del Vall¨¨s (con el moderno sincrotr¨®n) y un nuevo barrio con 3.300 viviendas, de las que 1.200 ser¨¢n protegidas. El equipo de gobierno municipal (encabezado por Iniciativa Verds) ha reducido m¨¢s del 30% el proyecto inicial, que preve¨ªa la creaci¨®n de m¨¢s de 5.000 viviendas, que ahogaba la salida de la fauna y la flora y que, a la postre, acab¨® costando la alcald¨ªa al Partit dels Socialistes. "Pr¨¢cticamente, constitu¨ªa un continuo urbano con Sant Cugat", se lamenta el concejal de Urbanismo de Cerdanyola, Rafael Bellido. El proyecto definitivo, por el contrario, prev¨¦ reservar un corredor biol¨®gico de un kil¨®metro de ancho. "La idea es disponer de un espacio natural suficiente", asegura Bellido.
La Generalitat trabaja en la redacci¨®n de un nuevo plan metropolitano que jubilar¨¢ el vigente. "Definir¨¢ las ¨¢reas que son urbanizables, las que no, y las que requieren protecci¨®n especial", explica el secretario de planificaci¨®n territorial, Oriol Nel.lo. El objetivo es hacer compatible la protecci¨®n de Collserola con el crecimiento urban¨ªstico en el ¨¢rea metropolitana. Eso s¨ª, el Plan Territorial desechar¨¢ el modelo de la caseta i l'hortet (o, si se prefiere, de la casa unifamiliar con jard¨ªn y piscina) por otro m¨¢s compacto: bloques de pisos y m¨¢s terreno libre.
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