La mayor charca de anfibios de Europa
El Pin¨®s alberga un centro pionero para la conservaci¨®n de batracios, bioindicadores del equilibrio ambiental muy amenazados
Los carteles de alerta sobre animales sueltos en el municipio de El Pin¨®s (Vinalop¨® Mitj¨¤) no aluden a los mam¨ªferos superiores, sino a ranas y sapos. El municipio se ha convertido en el referente del estudio de estos vertebrados, merced a su reserva de anfibios, la m¨¢s grande de Espa?a y de Europa.
Lo que comenz¨® en 1999 como una peque?a zona acotada para garantizar un h¨¢bitat para los batracios, es hoy un centro pionero en Europa para la conservaci¨®n y preservaci¨®n de unas especies gravemente amenazadas en el litoral Mediterr¨¢neo a causa de la sequ¨ªa, el desarrollo urban¨ªstico y la contaminaci¨®n.
Los batracios son claves para el equilibrio biol¨®gico y un infalible term¨®metro para pulsar la salud medioambiental de un ¨¢rea geogr¨¢fica.
La animadversi¨®n humana hacia esta especie ha postergado el esencial papel de los anfibios en el equilibrio del ecosistema. As¨ª, los estudios preliminares en la ejecuci¨®n de obras obvian las posibles repercusiones en estos animales a diferencia de lo que ocurre con otras especies como las aves o los mam¨ªferos, explica el bi¨®logo Jos¨¦ Carlos Monz¨®.
Est¨¢n desapareciendo "a pasos agigantados en todo el mundo", pero el litoral Mediterr¨¢neo es especialmente vulnerable a este proceso de extinci¨®n de anfibios, a?ade, a causa de la pertinaz sequ¨ªa [los batracios se reproducen y habitan en charcas] y del urbanismo depredador
[actualmente el agua se embalsa o se entuba].
El Pin¨®s es el primer municipio espa?ol que ha apostado por la conservaci¨®n y defensa de los h¨¢bitats de anfibios, preferentemente sapos y ranas. El entorno que hoy ocupa esta reserva se proyect¨® inicialmente como refugio de aves con abrevaderos. Cay¨® en desuso y fue cuando los expertos observaron que estas balsas eran utilizadas por los anfibios para desove.
A partir de 1999, el bi¨®logo Jos¨¦ Carlos Monz¨®, a la saz¨®n t¨¦cnico municipal, apost¨® por la recuperaci¨®n de estos bebederos para destinarlos a los anfibios que, concretamente en esta zona, presentan una biodiversidad incomparable con el resto de los grupos faun¨ªsticos de la zona, entre ellos un buen n¨²mero de endemismos ib¨¦ricos. Se limpiaron y, poco a poco, fue extendi¨¦ndose la zona acotada a otros terrenos del municipio.
Estas balsas est¨¢n construidas para aprovechar el agua de la lluvia y, ocasionalmente, se rellenan de manera artificial. Su cometido es la de asegurar unas condiciones id¨®neas para el desove de anfibios y la supervivencia de las larvas. El Ayuntamiento ha instalado se?ales de tr¨¢fico que alertan a los conductores sobre la presencia de batracios para impedir que sean atropellados.
[Seg¨²n un estudio municipal en 2002, 500 ejemplares fueron arrollados en apenas un tramo de cien metros].
Un total de 15 empleados, entre t¨¦cnicos y estudiosos, trabaja a diario en la conservaci¨®n de esta gran reserva; el n¨²mero de operarios se dispara hasta el medio centenar durante la ¨¦poca estival, cuando se realizan visitas guiadas. Entre sus m¨²ltiples tareas se incluye la recogida de huevos de las charcas y los colocan en acuarios para su reproducci¨®n. La continuidad de estos trabajos se financia en buena parte con fondos del proyecto Volcam, programa de recuperaci¨®n y mejora medioambiental que impulsa la CAM.
Actualmente, en esta reserva conocida como Aula de la Naturaleza Monte Coto habitan cinco especies de anfibios [el n¨²mero total se desconoce] aunque los expertos trabajan en la localizaci¨®n de dos especies m¨¢s; una de ellas documentada en los archivos municipales pero se desconoce si todav¨ªa hoy subsiste. En la reserva se pueden observar el sapo partero (Alytes obstetricans), el sapillo moteado (Pelodytes punctatus), el sapo corredor (Bufo calamita) y la rana pereza (Rana perezi).
La importancia de este santuario de anfibios es tal que muchos expertos de todo el mundo se desplazan para realizar informes gen¨¦ticos y averiguar si existen subespecies de estos invertebrados, un eslab¨®n vital para. "El futuro de esta especie depende de las administraciones locales" dice Jos¨¦ Carlos Monz¨®.
Su desaparici¨®n, advierte el t¨¦cnico, implicar¨ªa un serio peligro ecol¨®gico no s¨®lo porque romper¨ªa la cadena alimenticia de la fauna y flora, sino porque estos invertebrados contribuyen a eliminar plagas muy perjudiciales para la agricultura. Adem¨¢s, este animal es un riguroso bioindicador para pulsar la calidad medioambiental. "La contaminaci¨®n les afecta mucho, porque la piel absorbe los contaminantes y son muy sensibles a ellos", explica el experto.
La merma de anfibios en entornos protegidos ha llevado a los cient¨ªficos a certificar que los rayos ultravioletas, a causa del agujero de ozono, es una amenaza para estos anfibios, pues ocasionan malformaciones en las cr¨ªas y abortan nacimientos.
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