M¨¢laga y Barcelona acogen al Picasso m¨¢s vitalista del Museo de Antibes
La exposici¨®n re¨²ne 73 obras del artista, la mayor¨ªa de ellas creadas en el oto?o de 1946
Una feliz coincidencia de voluntad muse¨ªstica y cierre por reforma ha permitido que 73 obras de Pablo Ruiz Picasso expuestas habitualmente en el Museo Picasso de Antibes (Francia) salgan del castillo Grimaldi, en la Costa Azul, y recalen en los otros dos museos dedicados al artista en el Mediterr¨¢neo. El Museo Picasso M¨¢laga acoge desde hoy y hasta el 11 de junio la muestra que re¨²ne algunas de las piezas m¨¢s vitalistas del autor tras la II Guerra Mundial. La exposici¨®n, que tiene como gran atractivo el cuadro La joie de vivre (La alegr¨ªa de vivir, 1946), estar¨¢ en Barcelona del 4 de julio al 15 de octubre.
La exposici¨®n de pinturas, esculturas y cer¨¢micas Los Picassos de Antibes se completa con una exposici¨®n de 20 instant¨¢neas del fot¨®grafo polaco Michel Smajewski, m¨¢s conocido como Michel Sima, que retrat¨® a Pablo Picasso (1881-1973) mientras trabajaba por las tardes en la segunda planta del castillo Grimaldi entre septiembre y noviembre de 1946. Las obras de este periodo de posguerra, en el que Picasso transmite la euforia y la alegr¨ªa de vivir de una Francia de nuevo libre, constituyen el n¨²cleo de la exposici¨®n y fueron el germen sobre el que se cre¨® el Museo Picasso de Antibes en 1966, en el mismo castillo Grimaldi.
"Estamos ante un Picasso plet¨®rico, que siente profundamente la vida y que comparte la alegr¨ªa de vivir a trav¨¦s de sus obras. Es un artista que redescubre el Mediterr¨¢neo tras la guerra, con la m¨²sica, la luz y los sabores", asegura Bernardo Laniado-Romero, director del Museo Picasso M¨¢laga, y que act¨²a como comisario de la exposici¨®n junto a su colega de Barcelona, Mar¨ªa Teresa Oca?a. En las piezas abundan faunos tocando la flauta, cabras danzantes y ninfas ba?adas en luz, como en La joie de vivre, donde se adivina la figura femenina de su amante y compa?era Fran?oise Gilot, a la que conoci¨® en el Par¨ªs ocupado en 1943. Adem¨¢s de escenas mitol¨®gicas, la muestra contiene varias representaciones de la vida cotidiana, como El devorador de erizos de mar, y bodegones y desnudos que tienden hacia la abstracci¨®n.
Que las obras expuestas -en especial los cuadros, creados todos en ese optimista oto?o de 1946- son hijas de su tiempo no s¨®lo se aprecia en los temas representados, sino en los materiales y soportes que utiliz¨® Picasso. En 1946, Antibes era un pueblo de pescadores que acababa de salir de una guerra y los ¨²tiles de pintura escaseaban, lo que oblig¨® al artista malague?o a utilizar materiales poco habituales. As¨ª, La joie de vivre; S¨¢tiro, fauno y centauro con tridente o Bodeg¨®n con botella, lenguado y aguamanil, entre otros, fueron pintados con Ripol¨ªn sobre fibrocemento, es decir, con pintura para barcos sobre una superficie concebida como paneles para construir casas.
Los pocos lienzos que Picasso pudo usar en esta ¨¦poca los consigui¨® pintando encima de algunas obras menores expuestas en el castillo Grimaldi, cuya primera planta albergaba un museo de historia y arqueolog¨ªa. Por ejemplo, bajo El devorador de erizos de mar todav¨ªa se aprecian los ojos de un militar del siglo XIX, retratado all¨ª.
La historia del castillo Grimaldi y Picasso es la historia de una generosidad correspondida. A principios de agosto de 1946, el artista alquil¨® la villa del impresor Louis Fort. Sin embargo, este espacio era insuficiente para que el artista trabajara con cuadros de gran formato. En un encuentro con el conservador del castillo Grimaldi, Romuald Dor de la Souch¨¨re, ¨¦ste invit¨® a Picasso a instalarse en la segunda planta del museo, donde el pintor trabaj¨® febrilmente todo el oto?o. A mediados de noviembre de 1946, Picasso se march¨® de Antibes y dej¨® sus obras en dep¨®sito en el museo. En menos de nueve meses, Dor de la Souch¨¨re reform¨® el museo y consagr¨® la planta baja del castillo para estas obras. A la muerte del pintor, sus herederos formalizaron la donaci¨®n.
En posteriores momentos, Picasso aport¨® otras creaciones, que tambi¨¦n se pueden ver en la exposici¨®n de M¨¢laga, como las cer¨¢micas ovoidales de Vallauris, modeladas entre 1947 y 1948, y que representan a figuras animales, y las esculturas de 1932 Cabeza de mujer con mo?o y Cabeza de mujer con ojos grandes.
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