La jaula de la mente

En una ¨¦poca dominada por el cine predigerido o directamente basura, por las tem¨¢ticas banales y por los tratamientos superficiales, el estreno de una pel¨ªcula como La verdad oculta, aun con sus imperfecciones, que las tiene, resulta esperanzador para el espectador adulto que ambiciona un cine reflexivo, que le ayude a interpretar la vida, que le muestre conductas que dejen poso.

Con la base puesta en un brillante matem¨¢tico al que se le apagaron las pilas de la creatividad a los 27 a?os, al tiempo que se le encend¨ªa la luz roja de la demencia, la pel¨ªcula se adentra en los complicad¨ªsimos resortes de la mente de este hombre, ya anciano y completamente lun¨¢tico, pero sobre todo en la actitud de la hija que le ha cuidado afectiva, f¨ªsica y hasta profesionalmente durante a?os.

El miedo a ser igual (de imperfecto) que nuestros mayores, a repetir los mismos errores, se une a una conmovedora reflexi¨®n sobre el poder de la herencia: de la sabidur¨ªa, de la genialidad, de la enfermedad, de la locura, de todo a la vez. Basada en una pieza teatral de David Auburn que ¨¦l mismo ha adaptado a la gran pantalla, La verdad oculta es una especie de variante intelectual de la cl¨¢sica pel¨ªcula de cient¨ªfico loco, enredado en su sapiencia y en su b¨²squeda de lo desconocido, del traspaso de la barrera del conocimiento. John Madden, el director, que llev¨® hace siete a?os hasta la c¨²spide del Oscar a la mejor pel¨ªcula a Shakespeare in love, algo atrancado desde entonces (s¨®lo una pel¨ªcula, La mandolina del capit¨¢n Corelli, un bodrio), demuestra elegancia y pulso para rodar un filme ambientado b¨¢sicamente en interiores y centrado en continuos di¨¢logos.

Sorpresa al acecho

Es posible que, en ciertas ocasiones, la larga duraci¨®n de las conversaciones juegue en su contra, pero la pel¨ªcula nunca se convierte en teatro filmado. Adem¨¢s, la altura intelectual de los temas y el tratamiento que se ofrece de ellos no permiten que el cansancio mental llegue a la cabeza del espectador casi en ning¨²n momento. La sorpresa, como la que deja boquiabierto al respetable alrededor del cuarto de hora despu¨¦s de una preciosa charla entre el padre y su hija, siempre anda al acecho, y el papel de la segunda hija del matem¨¢tico, que s¨®lo ha heredado una inservible histeria por el orden cotidiano m¨¢s trivial, ejerce de contrapunto perfecto con su existencia convertida en una especie de ininterrumpida lista de la compra. Una vida en la que el cumplimiento perfecto de las tareas m¨¢s absurdas se presenta como el m¨¦todo perfecto hacia la candidatura a otro tipo de demencia.

Quedan, por ¨²ltimo, las magn¨ªficas interpretaciones de Gwyneth Paltrow, Anthony Hopkins, Hope Davis y Jake Gyllenhaal (Brokeback Mountain, Jarhead y La verdad oculta en un solo a?o hacen que el actor se pueda sentir orgulloso de sus elecciones profesionales), trabajos a la altura de una pel¨ªcula que quiz¨¢ decaiga un tanto cuando se ocupa de la relaci¨®n entre los personajes de Paltrow y Gyllenhaal, pero que mantiene el inter¨¦s gracias a una tem¨¢tica nada acostumbrada en el cine de hoy tratada de una forma tan trascendente como excitante.