Beber hasta la intoxicaci¨®n
Los mayores riesgos que entra?a el botell¨®n son la p¨¦rdida de control, el riesgo de accidente y el aumento de peleas
-?Cu¨¢ntos somos? ?Seis? Pues dos de whisky, dos de coca-cola, hielo y vasos. En el s¨²per, 24 euros. Tocamos a cuatro, pero ponemos cinco euros por si acaso.
-Vale, pues quedamos en la plaza para ir a comprar, ?no?
Una conversaci¨®n similar a ¨¦sta puede estar ocurriendo ahora mismo, en preparaci¨®n del macrobotell¨®n convocado en 20 ciudades espa?olas a trav¨¦s de mensajes de m¨®vil y foros de Internet.
En cualquier caso, tiene lugar cada fin de semana en cualquier rinc¨®n de Espa?a donde se junten un pu?ado de chavales con ganas de desparramar. El objetivo: conseguir el material suficiente para asegurarse bebida alcoh¨®lica para las siguientes cuatro horas, que es lo que de media dura un botell¨®n, seg¨²n se?alan varios estudios sobre el tema.
Es una forma de fiesta protesta de los j¨®venes, pero arriesgan la salud, dice un m¨¦dico
Las chicas, bebiendo lo mismo que los chicos, se emborrachan m¨¢s porque pesan menos
Un practicante habitual relata las previsiones que hacen ¨¦l y sus amigos: "Si vamos de calimocho [vino con coca-cola], calculamos a tres litros por persona, y de cerveza, igual, tres litros cada uno. Si es de combinado, pues una botella de whisky, ron o ginebra y otra de dos litros de refresco para cada dos o cada tres".
Resultado: el cubata sale a euro; la ca?a, a 25 c¨¦ntimos, seg¨²n los c¨¢lculos de este peri¨®dico realizados sobre los precios de las bebidas en supermercado. Eso s¨ª, hay que sentarse en el banco del parque o apoyarse en la pared del callej¨®n, servir el hielo con la mano y volcar el licor y el refresco sobre un inestable contenedor de pl¨¢stico con tendencia al vuelco. Adem¨¢s de pelarse de fr¨ªo, empaparse o sudar, dependiendo de la estaci¨®n.
Vivir en Madrid o Barcelona implica adem¨¢s exponerse a multas de 300 euros y a que los polic¨ªas acaben volcando las preciadas botellas en el cubo de la basura m¨¢s cercano. Tales incomodidades compensan un sustancioso ahorro: de cuatro a seis euros en cada cubata, de un m¨ªnimo de 2,75 euros en cada ca?a, de tres euros en cada mini de calimocho.
Los botelloneros aseguran que beben en la calle por ahorrar dinero. "Claro, con esta promoci¨®n de la cultura del ocio en la que estamos inmersos, y de que se asocia la diversi¨®n al alcohol, hay mucha gente que se gana la vida a costa de las copas de los dem¨¢s", explica Antoni Gual, jefe de la Unidad de Alcoholog¨ªa del Hospital Cl¨ªnico de Barcelona. "Lo que los j¨®venes hacen con el botell¨®n es una forma de fiesta protesta, alternativa, mont¨¢ndoselo ellos, y lo que ocurre es que arriesgan su salud, salt¨¢ndose todos los controles sociales, con lo que nos encontramos con situaciones de intoxicaci¨®n aguda masiva".
Las bolsas est¨¢n abiertas, en el centro. No falta nada. Los que van de cerveza tienen sus litronas; los que beben ron con lim¨®n, las botellas listas.
La mayor¨ªa se apunta al cubata, en sus diferentes variantes, con whisky, sobre todo. ?Qu¨¦ ocurre en el cuerpo de cada uno de los botelloneros despu¨¦s de beberse seis cubatas o tres litros de calimocho en cuatro horas?
Gual realiza el c¨¢lculo: "Eso implica 120 gramos de alcohol, es decir, lo que nosotros conocemos como 12 consumiciones. Si cada consumici¨®n tarda una hora en eliminarse, el resultado es que un hombre tendr¨ªa bebiendo eso una alcoholemia de entre 1,5 y 2 gramos, y la mujer, de m¨¢s de 2 gramos. Le recuerdo que el l¨ªmite para poder conducir es de 0,5 gramos y para conductores novatos, 0,3. Y que a partir de los 3 gramos hay riesgo de coma et¨ªlico".
Las chicas del grupo, bebiendo lo mismo que los chicos, estar¨¢n m¨¢s borrachas. ?Cu¨¢l es la raz¨®n? Contesta el psiquiatra Amador Calafat, presidente de Socidrogalcohol, la sociedad de los profesionales especializados en trabajar con problemas de adicciones: "Pues porque ellas pesan menos y adem¨¢s tienen m¨¢s grasa corporal, un tipo de tejido en el que el alcohol no penetra, por lo que se concentra m¨¢s. Tambi¨¦n tardan m¨¢s en eliminarlo".
El resultado es una intoxicaci¨®n aguda por alcohol, la embriaguez, que produce, b¨¢sicamente, un efecto depresivo sobre el sistema nervioso y, por consiguiente, recuerda Gual, sobre la corteza cerebral.
El puntito parlanch¨ªn y simp¨¢tico de las dos primeras copas es el inicio de la llamada "desinhibici¨®n conductual". O sea, de descontrolar, de hacer cosas que en otro estado no se har¨ªan, tales como practicar sexo sin cond¨®n, estampar la moto o el coche si se montan en ¨¦l o implicarse en una pelea, adem¨¢s de caer en la tentaci¨®n de probar otras drogas.
Otros efectos ser¨ªan la vasodilataci¨®n, lo que provoca que los botelloneros se desabriguen bajo la helada y el riesgo consiguiente de sufrir infecciones respiratorias graves. "Un riesgo menos frecuente", explica Gual, "es la pancreatitis alcoh¨®lica aguda, pero se trata de algo muy grave".
?Algo m¨¢s? Pues que cuanto m¨¢s j¨®venes, peor, seg¨²n coinciden Calafat y Gual: "Porque tienen un sistema nervioso m¨¢s inmaduro. Por debajo de los 14 o 15 a?os, el alcohol es m¨¢s nocivo y adem¨¢s el riesgo de adicci¨®n es mayor, por eso se trata de retrasar la edad para empezar a beber por encima de los 20 a?os".
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