El rostro joven de Sergio Mendes
Me telefonearon de una discogr¨¢fica para decirme que ten¨ªan un grupo llamado Black Eyed Peas y que su l¨ªder quer¨ªa conocerme. Yo no sab¨ªa qui¨¦nes eran, pero mis hijos, tengo uno de 19 y otro de 12, s¨ª. '?Claro, pap¨¢, los Guisantes del ojo negro!".
"Will.i.am llama un d¨ªa a la puerta, y me lo encuentro cargado con una pila de vinilos m¨ªos, discos instrumentales que yo hab¨ªa grabado para Atlantic Records. Entr¨® y me cont¨® que ya escuchaba mi m¨²sica cuando ten¨ªa 16 a?os", dice. "Ten¨ªa muchas ganas de que yo participara en su nuevo disco. Me cay¨® bien y le dije que s¨ª aunque no conoc¨ªa su m¨²sica. Pero soy curioso. Pens¨¦ 'vamos a o¨ªr de qu¨¦ va esta historia".
"En el estudio de grabaci¨®n hab¨ªa un piano maravilloso, un Steinway, con los micr¨®fonos, todo perfecto, y ¨¦l estaba en la otra sala con protools. La canci¨®n que sonaba, para mi sorpresa, era Insensatez, de Jobim. '?Vaya!, qu¨¦ bien, ya la he tocado, me s¨¦ la armon¨ªa', pens¨¦. Hice un peque?o solo y le encant¨®".
A Sergio Mendes (Niter¨®i, 1941) le fascin¨® la experiencia de tocar con una base r¨ªtmica diferente. "Volv¨ª a casa y le dije a mi mujer que iba a hacer un disco. Me hab¨ªan entrado ganas de grabar de nuevo. Llam¨¦ a Will y le dije '¨®yeme, ya que te gusta tanto la m¨²sica brasile?a, ?por qu¨¦ no organizamos un encuentro con el mundo del hip-hop, tu mundo? Invita a quien quieras y yo tambi¨¦n traer¨¦ invitados".
"Timeless empez¨® a grabarse en S?o Paulo porque Will actuaba all¨¢. En el estudio ten¨ªan un Fender Rhodes, uno de aquellos antiguos pianos el¨¦ctricos de los a?os setenta, y comenzamos con M¨¢s que nada. Era medio simb¨®lico grabar esa nueva versi¨®n". Cuarenta a?os despu¨¦s de la primera: con la canci¨®n de Jorge Ben arrancaba su disco Sergio Mendes & Brasil '66.
"Creo que el mundo del hip-hop, en t¨¦rminos generales, es poco mel¨®dico. Y la bossa nova, los cl¨¢sicos brasile?os, aportan al beat la alegr¨ªa de la melod¨ªa. El hablar sobre la melod¨ªa, como hace el hip-hop, me parece muy interesante. Y es lo que hoy gusta a los chicos. Que vivamos un momento poco mel¨®dico igual se debe a las prisas. Todo el mundo en el ordenador, con los jueguecitos", dice riendo. "Pero lo que se nos queda de las grandes canciones son las melod¨ªas. Cuando oyes M¨¢s que nada o Consola??o no las olvidas. Son eternas".
En Timeless hay temas de Antonio Carlos Jobim, Baden Powell, Jo?o Donato
... Algunos los hab¨ªa grabado con anterioridad, otros no. El carioca est¨¢ acostumbrado a trabajar sin productor. "Desde el primer disco que me produjo Herb Alpert yo hab¨ªa producido todos los dem¨¢s. Es interesante trabajar con la visi¨®n de otra persona porque pasa a ser el director de la pel¨ªcula y t¨² ¨²nicamente un actor", afirma. "Nunca hab¨ªa terminado un disco tan r¨¢pidamente. No tuvimos ni un desacuerdo. Will tiene una percepci¨®n de las cosas que me sorprendi¨®. Trabaja con el ordenador en los trenes, los aviones... No para".
La lista de invitados no fue algo premeditado. "Stevie Wonder estaba en un estudio al lado, entr¨®, oy¨® la canci¨®n de Baden Powell y Vinicius y me dijo que quer¨ªa traer su arm¨®nica para tocar. Se llev¨® una cinta y al d¨ªa siguiente grab¨® su parte en cinco minutos, una sola toma", asegura. "Will convoc¨® a la gente del rhythm and blues y el hip-hop. Cuando lleg¨® Justin Timberlake, yo estaba jugando con la introducci¨®n de cuerdas de una canci¨®n m¨ªa que grab¨¦ hace mucho, So many stars, y Justin empez¨® a canturrear la melod¨ªa por encima".
La selecci¨®n brasile?a es de Sergio Mendes: los m¨²sicos de su banda y su mujer
[la cantante Gracinha Leporace], Marcelo D2 -que ha contribuido a popularizar en Brasil la mezcla entre samba y hip-hop-, el Quarteto Mahogani de guitarras y Guinga. A principios de los noventa, Mendes viaj¨® a Brasil con idea de grabar la poderosa percusi¨®n que se oye en las calles durante el carnaval. El trabajoso resultado, Brasileiro, le vali¨® en 1993 un grammy. Lo abr¨ªa una explosi¨®n de tambores: "Una escuela de samba entera en un patio, que grabamos con micros colgados de los ¨¢rboles". En el disco estaba Carlinhos Brown. "Pr¨¢cticamente fue su estreno. Mont¨® la timbalada en la calle del Candeal para tocar para m¨ª. Me ca¨ª de espaldas", recuerda. Tambi¨¦n apadrin¨® a Guinga: "Su m¨²sica es una mezcla de Villa-Lobos y Cole Porter. Muy cinematogr¨¢fica. Mi gran amigo Henry Mancini oy¨® una de sus canciones y exclam¨® '?qui¨¦n es ese tipo? Sergio', me dijo, 'ya no se hace m¨²sica como ¨¦sta en el mundo".
En los primeros a?os sesen
ta, en R¨ªo de Janeiro, el pianista lideraba el influyente sexteto Bossa Rio, samba y jazz con los trombones de Edson Maciel y Raul de Souza y Edison Machado a la bater¨ªa. En la car¨¢tula de Timeless hay una fotograf¨ªa coloreada de aquel jovenc¨ªsimo Sergio Mendes. Sin barba.
Mendes toc¨® con m¨²sicos de jazz como Art Farmer, Bud Shank o Cannonball Adderly, y es el brasile?o que m¨¢s discos ha vendido en Estados Unidos con aquella fusi¨®n de samba y pop con voces femeninas de sus grupos Brasil '66 o '77. "Puede ser", contesta con una sonrisa, sin querer entrar en cifras. Piensa crear un peque?o sello para producir discos de Guinga, Mahogani, Hermeto Pascoal
... "Algo como lo que Creed Taylor hizo en A & M con CTI".
En 1971 fue uno de los primeros de Los ?ngeles que tuvo estudio de grabaci¨®n en casa. "Un amigo me recomend¨® a un carpintero. Lleg¨® a casa con el pelo largu¨ªsimo, barba, el pantal¨®n roto. '?Has construido alguno?', le pregunt¨¦. 'No', contest¨®. 'Entonces est¨¢s contratado'. El carpintero era Harrison Ford. Hay fotos y todo. El otro d¨ªa nos vimos y nos re¨ªmos mucho toda la noche tomando sake".
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