Explorar un iceberg
La mayor¨ªa de cuentos y novelas que ha publicado Charles Baxter se sit¨²an con frecuencia en Five Oaks y el Estado de Michigan, en el Medio Oeste norteamericano. As¨ª suced¨ªa en muchas historias de Viaje de invierno y en las novelas El fest¨ªn del amor y Saul y Patsy (ambos en RBA) y ¨¦se es tambi¨¦n uno de los escenarios de Primera luz, la novela que public¨® el autor en 1987 y que se traduce ahora. Dicha fijaci¨®n por el mismo escenario obedece sobre todo a dos razones que se complementan: por una parte, Baxter quiere luchar contra la idea generalizada de que el Medio Oeste no es un territorio literario, y, por la otra, su inter¨¦s le lleva a cartografiar las vidas nada extraordinarias que pueblan ese rinc¨®n inmenso de Estados Unidos. En uno de sus ensayos, Baxter citaba una frase de Schopenhauer que sirve de apoyo a este inter¨¦s: "El trabajo del novelista no es relatar grandes acontecimientos, sino hacer que los peque?os sean interesantes".
PRIMERA LUZ
Charles Baxter
Traducci¨®n de Jordi Fibla
RBA. Barcelona, 2006
317 p¨¢ginas. 19,50 euros
La relaci¨®n que los personajes
tienen con este territorio del Medio Oeste y las formas de vida que provoca -la necesidad de alejarse de ¨¦l como liberaci¨®n o de echar ra¨ªces como una protecci¨®n- suele ser un trasfondo de las historias de Baxter. Primera luz cuenta las vidas de dos hermanos de mediana edad, Hugh y Dorsey, que nacieron en esa zona y cuyas vidas han tomado cauces muy distintos. La novela arranca durante una visita que Dorsey realiza a su hermano en ocasi¨®n del 4 de julio. Sabemos entonces que Hugh es un vendedor de coches, casado y con dos hijas; su vida matrimonial transcurre asentada en la indiferencia y encuentra v¨ªas de escape en alguna amante ocasional y en la afici¨®n casi enfermiza por renovar y adecentar la casa que le vio nacer. Dorsey, por su parte, vive en el otro extremo del pa¨ªs, es profesora de f¨ªsica y tuvo un hijo, sordomudo, con uno de sus profesores en la universidad; desde hace un tiempo est¨¢ casada con un actor que le es manifiestamente infiel pero que asimismo le colma su necesidad de compa?¨ªa.
?sta es la informaci¨®n que recibimos en los dos o tres cap¨ªtulos iniciales de la novela, pero nada m¨¢s sabremos -abiertamente- del futuro de estos personajes: la peculiaridad de Primera luz es que su trama avanza hacia atr¨¢s, hacia el pasado. Primero lentamente y luego a saltos temporales m¨¢s grandes, los cap¨ªtulos nos hacen retroceder en las vidas de los dos hermanos para completarlas. As¨ª, a trav¨¦s de esta estructura, Baxter reconstruye poco a poco el encuentro de Dorsey con el actor, relata su vida universitaria y su relaci¨®n con el profesor, un viejo genio obsesionado por Oppenheimer, el creador de la bomba at¨®mica. Avanzando en la novela, conocemos el pasado de estudiante frustrado de Hugh, vemos a los dos hermanos adolescentes, en casa con sus padres, yendo a la escuela, naciendo. Cada uno de esos episodios tiende lazos con el futuro y refuerza esa imagen que ya conocemos. La hace m¨¢s compleja, m¨¢s n¨ªtida. Nos permite elucubrar sobre lo que suceder¨¢ despu¨¦s. La prosa de Charles Baxter, eficaz y brillante, sin ademanes exhibicionistas, de gran pulcritud en las descripciones, responde siempre con presteza a sus intenciones narrativas.
Ernest Hemingway formul¨®
esa idea seg¨²n la cual un relato tiene que ser como un iceberg, que s¨®lo muestra una octava parte de su superficie, y es obligaci¨®n del lector imaginarse el resto. En el cap¨ªtulo inicial de Primera luz, Baxter parece querer guiarnos por esa superficie a la vista del iceberg y, con el posterior viaje hacia el pasado, explorar minuciosamente esa masa que se nos ocultaba desde el principio. De entrada, semejante pretensi¨®n podr¨ªa parecer ingenua, pero la maestr¨ªa como narrador de Baxter se concreta en el resultado: a medida que avanzamos en la historia y llenamos huecos con la informaci¨®n, el iceberg se nos revela m¨¢s infinito e inabordable. Cuanto m¨¢s sabemos, m¨¢s dudas nos acechan. "No conoces mejor a una persona porque la conozcas m¨¢s tiempo", dice Dorsey en un pasaje de la novela. As¨ª es tambi¨¦n en la vida.
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