Ibagaza se sale con la suya
El mediapunta, considerado clave para el retorno a Europa, renueva con el Atl¨¦tico por dos a?os
Ariel Ibagaza (Buenos Aires, 1976) renov¨® ayer su contrato con el Atl¨¦tico por dos temporadas m¨¢s otra condicionada a que juegue un n¨²mero determinado de partidos. Ganar¨¢ anualmente algo m¨¢s de un mill¨®n de euros, lo que le sit¨²a en la banda salarial alta, la de Petrov, Kezman, Pablo, Perea o Maxi -Fernando Torres supera los cuatro-. Hace seis meses, el club no preve¨ªa ampliar el compromiso del mediapunta argentino. Los directivos estaban decepcionados. "No seguir¨¢, aunque el f¨²tbol es un deporte extra?o y nunca se sabe", dec¨ªan recordando que en tres cursos "nunca fue el que deslumbr¨® en el Mallorca".
Sin embargo, desde que Pepe Murcia relev¨® a Carlos Bianchi en el banquillo, con el cambio de a?o, Ibagaza se ha convertido "en un futbolista imprescindible por su ¨²ltimo pase" en el intento de alcanzar plaza para una competici¨®n europea, objetivo que se fortalecer¨ªa puntuando esta noche ante el Villarreal. Cuando comenz¨® la campa?a, no jugaba. A veces ni siquiera iba convocado. Estuvo lesionado de modo intermitente y sus relaciones con su compatriota no eran buenas. "Ibagaza es uno de los que menos aguanta a Bianchi", comentaba una fuente cuando el malestar contra el t¨¦cnico se hab¨ªa convertido en un mot¨ªn abierto. Cuesti¨®n de car¨¢cter. Y es que, por ejemplo, en el Lan¨²s, donde comenz¨®, no se recuerda a Ibagaza con afecto. Adem¨¢s de por unos problemas econ¨®micos, Nicol¨¢s Russo, dirigente del club argentino, asegura que est¨¢ dispuesto a hablar de cualquier futbolista, de cualquier tema, de cualquier asunto, menos... de Ibagaza. "Si hablo de ¨¦l, no le iba a gustar lo que saldr¨ªa por mi boca. No ser¨ªan cosas buenas", dice, lac¨®nico y serio, el directivo.
Por la lentitud mental de sus compa?eros, Manzano le pidi¨® que contase hasta dos antes de dar un pase
Tras el poco disimulado abandono de la plantilla a Bianchi, el club del Manzanares ha ganado siete de nueve encuentros y ha marcado m¨¢s tantos, 20, en esos choques en los 18 precedentes, en los que sali¨® a un tanto por partido. De hecho, el propio Kezman destac¨® como una de las claves del cambio de rendimiento, tras la marcha de Bianchi, la labor de Ibagaza. "No s¨®lo es un mago para ver el desmarque, sino que tambi¨¦n aporta una salida limpia de la pelota y equilibrio defensivo", dijo el impulsivo delantero serbio.
Pero que Ibagaza es el futbolista rojiblanco que mejor interpreta el juego no es una novedad. Hace tres campa?as, Gregorio Manzano, entonces entrenador del Atl¨¦tico, se quejaba en privado de las limitaciones t¨¦cnicas de su plantilla. Tan poco confiaba el jiennense en la velocidad mental de sus pupilos que le pidi¨® a Ibagaza que contase interiormente dos segundos despu¨¦s de haber imaginado un pase y antes de hacerlo. El Ca?o era demasiado veloz y nadie entend¨ªa sus desmarques. Con la mejor¨ªa general de los nombres propios del plantel rojiblanco, tambi¨¦n se ha favorecido el juego del mediapunta. Ahora, adem¨¢s de Torres, hay m¨¢s jugadores que pueden seguir el hilo de su pensamiento sin perderse en el trayecto.
El jugador, que en las ¨²ltimas semanas y a trav¨¦s de su agente hab¨ªa presionado al club para negociar la ampliaci¨®n de su contrato, se confes¨® "feliz" y se dese¨® "colgar las botas en el Atl¨¦tico". El futbolista, que luego de tres semanas sin jugar de inicio, ser¨¢ hoy titular ante el Villarreal, reconoci¨® que se sinti¨® conmovido cuando salt¨® al c¨¦sped en el segundo periodo del partido contra el Racing, el domingo pasado, y la grada core¨® su nombre: "Es importante que la gente le quiera a uno y por ello creo que la renovaci¨®n ha llegado en el momento oportuno".
Las cantidades que percibir¨¢ el mediapunta responden a un plan de la c¨²pula rojiblanca que pretende dividir a la plantilla en dos tablas salariales, al margen, claro est¨¢, del sueldo de Torres, mucho m¨¢s alto que el de cualquier otro jugador. Un escal¨®n, el de los notables, estar¨ªa en torno al mill¨®n y medio de euros. El otro, el de los Valera, Braulio o Molinero, no llegar¨ªa al medio mill¨®n.
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