Del 'botell¨®n' romano al 'pub' brit¨¢nico
- Italia. La plaza romana de Campo dei Fiori es el kil¨®metro cero del botell¨®n en Italia. El consumo de bebidas alcoh¨®licas en la calle es infrecuente en el norte, por razones clim¨¢ticas y culturales: en Mil¨¢n o Tur¨ªn las reuniones et¨ªlicas suelen celebrarse a cubierto. Tambi¨¦n cuenta un factor cultural: pese al aumento del consumo de alcohol entre los j¨®venes italianos, registrado en los ¨²ltimos a?os por el Ministerio de Sanidad, la embriaguez p¨²blica se mantiene por debajo de la media europea. En el sur, en N¨¢poles, Palermo o Bari, el botell¨®n se da de forma ocasional, pero no es end¨¦mico. En Campo dei Fiori, en cambio, no hay noche de viernes y s¨¢bado que no concluya con el rito de la botella que pasa de mano en mano.
El botell¨®n romano tiende a degenerar en violencia. El alcalde, el progresista Walter Veltroni, ha intentado paliar las consecuencias de los desahogos juveniles prohibiendo la venta de botellas de cristal en los alrededores de Campo dei Fiori (de esa forma se elimina un arma arrojadiza cuyos fragmentos, adem¨¢s, quedan durante d¨ªas entre los adoquines) y apostando dotaciones policiales fijas. La violencia que acompa?a al botell¨®n est¨¢ vinculada al alcohol, pero tambi¨¦n a la presencia habitual de j¨®venes turistas brit¨¢nicos, dados a la pelea, y a los choques entre grupos de tifosi futbol¨ªsticos.
Hacia las dos de la madrugada, cuando por ley cierran los bares de la zona, los grupos que desde muy temprano se concentran en el pedestal de la estatua de Giordano Bruno (que el ayuntamiento quiere proteger con una verja) crecen con la afluencia de quienes se han quedado sin barra disponible. Afloran botellas, porros y alg¨²n bal¨®n, y comienza un rito que casi indefectiblemente, en cuanto se rompen los primeros cristales y se cruzan los primeros pu?etazos, concluye con una carga policial. Antes de las 6.00, una brigada de basureros adecenta la plaza.
- Francia. El fen¨®meno del botell¨®n no existe en Francia porque el clima es menos favorable a la permanencia prolongada al aire libre y porque la tradici¨®n de vida en la calle es mucho menor. Adem¨¢s, la borrachera p¨²blica est¨¢ prohibida y se paga con una multa y una estancia en el cuartelillo.
En verano, cuando se produce, los alcaldes intervienen. En diversas localidades, ¨¦stos han dictado ¨®rdenes autorizando a la polic¨ªa a detener a los menores de 14 o 16 a?os que est¨¦n en la calle a partir de determinada hora. Es un toque de queda que se ha impuesto por periodos determinados y que ha servido tanto para poner freno a los esc¨¢ndalos nocturnos como a explosiones de violencia urbana como la del oto?o de 2005.
El principal problema derivado del consumo de alcohol entre los j¨®venes son los accidentes de carretera. Las autoridades impulsan los controles sorpresa en los aparcamientos de las discotecas, sobre todo las situadas en el exterior de las ciudades. Dos d¨ªas al a?o -la Nochevieja y la noche del 13 al 14 de julio- quedan al margen de esa represi¨®n. La primera de esas noches se pueden ver j¨®venes bebiendo champ¨¢n en plenos Campos El¨ªseos y la segunda -la fiesta nacional del pa¨ªs- hay bailes en las plazas mayores, abundantemente regados de bebidas alcoh¨®licas.
- Alemania.
Las autoridades alemanas nunca se han tenido que enfrentar al reto del botell¨®n. Juntarse a beber en la calle en grupo no es costumbre en Alemania. No hay una ley nacional que proh¨ªba beber en la calle; lo regula cada uno de los 16 Estados federados.
En Berl¨ªn, en teor¨ªa, est¨¢ prohibido, pero las autoridades practican la permisividad siempre que no se altere el orden p¨²blico. En verano es frecuente que grupos de amigos queden en los parques para hacer una barbacoa o tomar cervezas. En el metro se ve con frecuencia gente que se toma un botell¨ªn de cerveza mientras vuelve del trabajo a casa. Tambi¨¦n son frecuentes los grupos de punkis y gente sin hogar que se acomodan en plazas p¨²blicas -como Alexanderplatz- y beben cerveza. La polic¨ªa los observa y controla dentro de unos l¨ªmites de tolerancia. La bebida mayoritaria es la cerveza, y la diferencia de precio de la cerveza en el supermercado y en una terraza barata no es muy grande.
- Reino Unido. En el Reino Unido no existe el fen¨®meno del botell¨®n, pero no faltan problemas de peleas callejeras provocadas por el excesivo consumo de alcohol. El Gobierno decidi¨® atajar el fen¨®meno por una v¨ªa aparentemente contradictoria: alargando el horario de los pubs.
Desde la I Guerra Mundial, los pubs ten¨ªan un horario limitado. Durante decenios s¨®lo pod¨ªan abrir entre las once de la ma?ana y hasta las tres de la tarde, y entre las siete de la tarde y las once de la noche. A principios de los noventa se extendi¨® el horario, que pas¨® a ser de once de la ma?ana a once de la noche. Pero en los ¨²ltimos a?os empez¨® a darse un fen¨®meno espec¨ªfico: la salida en masa de los pubs se convirti¨® en un problema porque facilitaba las peleas callejeras entre borrachos.
La nueva ley ampl¨ªa tambi¨¦n el horario de venta de alcohol en tiendas nocturnas y supermercados, que hasta ahora estaba restringido al horario de los pubs. Esa libertad horaria puede acabar fomentando fen¨®menos como el del botell¨®n espa?ol, aunque es probable que s¨®lo sea as¨ª en pleno verano.
Informaci¨®n elaborada por Enric Gonz¨¢lez (Roma), Octavi Mart¨ª (Par¨ªs), Cecilia Fleta (Berl¨ªn) y Walter Oppenheimer (Londres).
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