La oposici¨®n bielorrusa desaf¨ªa al miedo
El Gobierno de Lukashenko advierte a la UE de que no interfiera en el proceso electoral
En v¨ªsperas de los comicios presidenciales que se celebran hoy en Bielorrusia, los dos principales rivales de Alexandr Lukashenko han lanzado un mensaje que va m¨¢s all¨¢ de las urnas. Alexandr Milinkevich, ex vicealcalde de la ciudad de Grodno, y Alexandr Kozulin, ex rector de la Universidad Estatal, han anunciado que hoy por la noche, con sus hijos y nietos, saldr¨¢n a la plaza Octubre de Minsk para afirmar su libertad de ciudadanos y han a?adido que no tienen miedo y no piensan en exiliarse, sino en continuar luchando para que Bielorrusia vuelva a Europa y deje de ser un territorio aislado en el coraz¨®n del continente.
El viernes, ante varios miles de personas reunidas en un cine destartalado de un barrio industrial de Minsk, los dos candidatos afirmaban su voluntad de resistir a Lukashenko, con independencia de que este pol¨ªtico, que se ha ganado la fama de ser "el ¨²ltimo dictador en Europa", revalide su mandato en unas elecciones de dudosa legitimidad.
Hasta ahora, las figuras con cierto carisma, que hubieran podido suponer una amenaza para el l¨ªder llegado al poder en 1994, o bien han emigrado o bien han muerto y "desaparecido". Kozulin y Milinkevich ignoran estos precedentes. "Salgan con flores, con sonrisas, con globos y con bombones. Repartan bombones a los malvados", exhortaba Kozulin. El r¨¦gimen ha difundido un mensaje opuesto. El jueves, el ministro de Exteriores, Sergu¨¦i Mart¨ªnov, reuni¨® a los embajadores de la UE y les advirti¨® de que ser¨¢n considerados responsables si hoy se vierte sangre. Adem¨¢s, la compa?¨ªa de m¨®viles Velcom, la mayor del pa¨ªs, que cuenta con casi dos millones de abonados, difundi¨® entre ellos un mensaje SMS: "Los provocadores preparan derramamiento de sangre" en la plaza de Octubre. "Cuide de su vida y su salud", aconsejaba el texto an¨®nimo.
Mientras el r¨¦gimen denuncia supuestas conspiraciones terroristas y rechaza a los observadores sospechosos (por venir de Georgia o representar al Consejo de Europa, por ejemplo), dos inc¨®gnitas est¨¢n en el aire: ?se producir¨¢ una protesta comparable con las "revoluciones" democratizadoras en el espacio postsovi¨¦tico? ?Cumplir¨¢ el r¨¦gimen su advertencia de reprimir lo que considera un golpe de Estado?
Lukashenko ha dicho que, de ser necesario, se defender¨¢ con las armas en la mano. La oposici¨®n, por su parte, afirma que no piensa recurrir a la violencia en ning¨²n caso, pero exige una segunda vuelta electoral, partiendo de la tesis (no corroborada por las encuestas independientes) de que Lukashenko no puede ganar en la primera ronda. Milinkevich y Kozulin han exhortado a las fuerzas del orden p¨²blico, servicios de seguridad y Ministerio del Interior a servir a los ciudadanos y a dejar de ser un instrumento de opresi¨®n. Sin embargo, nadie puede decir cu¨¢l ser¨¢ la actitud de estos cuerpos, que gozan de una situaci¨®n de privilegio, si es que reciben la orden de reprimir una manifestaci¨®n.
Con una mezcla de elementos del mundo sovi¨¦tico y elementos aut¨®ctonos, Lukashenko ha desarrollado su propio estilo. El l¨ªder bielorruso emplea un lenguaje agresivo y vulgar y se ha presentado a sus conciudadanos como el padre, grit¨®n, pero justo, que emplea su avispado instinto campesino para defender a sus hijos de un mundo exterior hostil. Esta imagen primitiva ha sido bien acogida en una sociedad que tiene muy reciente su pasado rural, aunque hoy trabaja mayoritariamente en la industria y vive en las ciudades.
Lukashenko es un personaje inc¨®modo tanto para la UE como para Rusia. Los militares y geoestrategas de Mosc¨² no temen que Bielorrusia se convierta en avanzadilla de la OTAN, pero los responsables de la pol¨ªtica econ¨®mica del Kremlin se ven desagradablemente sorprendidos por los altos costes de la lealtad geoestrat¨¦gica. La alergia que Mosc¨² puede sentir por el l¨ªder bielorruso, sin embargo, no significa que el Kremlin vaya a apostar por otro pol¨ªtico.
Para los candidatos de oposici¨®n bielorrusos, ya es un progreso que funcionarios rusos de segundo orden les hayan recibido en Mosc¨² durante la campa?a electoral. Los analistas econ¨®micos pronostican que tras las elecciones, Rusia pasar¨¢ factura a Lukashenko por el gas barato que le ha suministrado. Lo que est¨¢ en juego es el control de las refiner¨ªas de crudo locales por parte de empresas rusas y la venta a Gazprom del gaseoducto a trav¨¦s de territorio bielorruso, perteneciente a la empresa estatal Beltransgas. Hasta ahora, Lukashenko se las ha arreglado para mantener el control de ese gaseoducto y para convertirlo en un s¨ªmbolo de la soberan¨ªa.
Bielorrusia y Rusia est¨¢n embarcados en un proyecto de unificaci¨®n estatal, que nunca llega a sus ¨²ltimas consecuencias y que hasta ahora m¨¢s bien parece un posible instrumento para otros fines personales de los l¨ªderes de ambos estados. Los dos pa¨ªses forman una zona aduanera ¨²nica y se calcula que 700.000 bielorrusos trabajan en territorio ruso, donde hay m¨¢s empleo y mejores sueldos.
C¨®mo sortear la censura
El microclima irreal creado por Lukashenko gracias a la censura no impide a sus conciudadanos acceder a otros mundos. Entre 400.000 y 500.000 familias (en una poblaci¨®n de 10 millones) tienen antenas parab¨®licas que les permiten escapar del adoctrinamiento televisivo, seg¨²n calcula Zhanna Litvina, presidenta de la Asociaci¨®n de Periodistas. Adem¨¢s, cerca de dos millones de personas utilizan Internet y las p¨¢ginas informativas en la Red est¨¢n en pleno auge. En el antiguo club de los oficiales sovi¨¦ticos de Minsk, hay un cibercaf¨¦ de animado ambiente, abierto las 24 horas y frecuentado por estudiantes.
Los periodistas han sido quiz¨¢ el contingente profesional m¨¢s vapuleado por Lukashenko. Los tribunales les han secuestrado las publicaciones y les han puesto multas que amenazan con arruinar a las empresas, los censores les han vetado los art¨ªculos, los servicios de correos se han negado a hacerse cargo de la difusi¨®n de suscripciones, y los quioscos, a venderlas. En v¨ªsperas de los comicios, el r¨¦gimen ha impedido la difusi¨®n de tres peri¨®dicos de oposici¨®n: Narodnaia Volia, Tovarish y BDG.
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