Billy Graham cede el testigo

Es el predicador con m¨¢s seguidores en el mundo. 210 millones de personas han asistido a sus sermones a lo largo de las 417 "cruzadas" que ha realizado durante m¨¢s de seis d¨¦cadas. Con 87 a?os, una fr¨¢gil salud -c¨¢ncer de pr¨®stata, Parkinson, varias cirug¨ªas cerebrales que a¨²n le provocan dolores- y un hijo que recoge su cruz, el evangelista Billy Graham ya no est¨¢ en el p¨²lpito. Pero su hijo Franklin ocupa su lugar con el mismo fervor e id¨¦nticos amigos y enemigos.

Graham padre fue el confidente religioso de Richard Nixon (con ¨¦l comparti¨® observaciones antisemitas y no le temblaba la voz ante la idea de usar bombas at¨®micas en Vietnam, todo ello recogido en cintas de la Casa Blanca ahora en el Archivo Nacional). Tambi¨¦n es el art¨ªfice de que el presidente George W. Bush conociera la "verdad del Se?or" (el actual mandatario asegur¨® durante su ¨²ltima campa?a presidencial: "Am¨¦rica triunfar¨¢ ante la adversidad porque es la voluntad de Dios").

Franklin Graham, el capell¨¢n del Pent¨¢gono, considera el islam una religi¨®n mala y perversa

El presidente estadounidense es, desde 1985, un cristiano renacido. Ahora, esa fe gobierna tambi¨¦n su pol¨ªtica. Nada en esa transformaci¨®n habr¨ªa sido posible sin la inspiraci¨®n del predicador que ha promovido una incansable tarea misionera por los cinco continentes. "Estados Unidos ha sido bendecido gracias a nuestra fe en Jes¨²s. El mundo entero tiene puestos los ojos en nuestro pa¨ªs y espera que los guiemos por el camino de la moral", asegur¨® Bush en v¨ªsperas de los comicios de 2004.

Billy Graham es el consejero espiritual de Bush. Franklin Graham es el capell¨¢n del Pent¨¢gono. "El d¨ªa en que me haga cargo de la Asociaci¨®n Evangelista Billy Graham ser¨¢ el d¨ªa m¨¢s triste de mi vida porque significar¨¢ que mi padre se ha retirado", declar¨® en 1985 William Franklin Graham III. Ese d¨ªa ha llegado. El controvertido Franklin Graham, de 53 a?os, imparti¨® doctrina el pasado fin de semana sobre un gigantesco altar situado en la herida de EE UU: la ciudad de Nueva Orleans. Cerca de 17.000 personas le recibieron con una larga ovaci¨®n dentro del estadio de la ciudad. Otras 1.500 miraban absortas su mensaje en una pantalla colocada en el triste Superdome, que alberg¨® a los evacuados por el Katrina.

En octubre, Franklin aseguraba que la pecadora Nueva Orleans ten¨ªa la oportunidad de "vivir un renacimiento espiritual". Aunque matiz¨® que nunca dijo que el hurac¨¢n fuese un castigo de Dios. Lo que dijo fue: "En Nueva Orleans hay adoraci¨®n sat¨¢nica. Hay perversiones sexuales. Dios va a usar esta tormenta para traer un renacimiento".

El ¨²nico camino es el del se?or, asegura Franklin. Y considera el islam "una religi¨®n mala y perversa". "No atacamos al islam, sino que el islam nos ha atacado. El dios del islam no es el mismo Dios. No es el hijo del Dios de la fe cristiana o judeocristiana. Es un dios diferente", declar¨® Graham hijo tras el 11-S. Nunca se retract¨®. El pasado mi¨¦rcoles insist¨ªa en una entrevista en la cadena ABC. "?Quieren adoctrinarme? S¨¦ lo que es el islam", declar¨®. "Si la gente piensa que el islam es tan fant¨¢stico, que se vayan a vivir bajo los talibanes", expuso.

"Nunca dar marcha atr¨¢s". Despu¨¦s de "Jes¨²s salva", ¨¦sa es la segunda frase m¨¢s pronunciada por Franklin Graham. "Yo no condeno a nadie", asegura en una entrevista con USA Today. "Dios se encargar¨¢ de eso". Hereda de su padre sus penetrantes ojos verdes, su mand¨ªbula cuadrada, su ancha sonrisa y su metro ochenta de hombre recto. Practica el gusto de Johnny Cash por el negro: vaqueros, cazadora de cuero, incluso su coche. No lleva en sus genes el don de la diplomacia.

Su padre es el hombre al que la encuestadora Gallup incluye regularmente entre las 10 figuras m¨¢s admiradas en el mundo. ?l tuvo un pasado de bebida y juventud loca que abandon¨® para servir al Se?or y que relata en Rebelde con una causa (1995). Pero la confesi¨®n con la que ambos Graham comulgan, los Bautistas Sure?os, es la misma. Aunque tiene una historia oscura. Fue fundada por segregacionistas para excluir a los negros de sus iglesias. Los cr¨ªticos de la familia Graham se?alan que sus integrantes no han querido hacer p¨²blico a cu¨¢nto asciende su fortuna. Franklin dice que est¨¢ aprendiendo a retractarse de algunas cosas que dice o hace. S¨®lo hay una cosa que nunca abandona: la palabra de Dios, su evangelio, su Biblia.