"La UE debe tener una pol¨ªtica de inmigraci¨®n ante los nuevos negreros"
Pese a que su mandato como comisario de Derechos Humanos del Consejo de Europa finaliza este mismo mes, la oficina de ?lvaro Gil-Robles (Lisboa, 1944) en Estrasburgo (Francia) era el pasado viernes un hervidero. Ha exprimido sus seis a?os de mandato hasta el final. "Llegu¨¦ aqu¨ª el 15 de octubre de 1999 y el 4 de diciembre ya estaba aterrizando en plena guerra de Chechenia", recuerda, ahora que acaba de volver de Grozni. "En este puesto, las buenas noticias son las menos, as¨ª que voy a intentar respirar un poco, ordenar mis notas y el 1 de abril, a la Complutense", se?ala.
Pregunta. Estamos viviendo una situaci¨®n de emergencia nacional con la inmigraci¨®n irregular. ?La implicaci¨®n de Europa es suficiente?
"No somos capaces a¨²n en Europa de sentarnos en torno a una mesa, acordar criterios comunes sobre inmigraci¨®n y aplicarlos"
"Que hoy no se mate me parece una buena noticia, pero me gustar¨ªa mucho m¨¢s que ETA dijese ya que no volver¨¢ a matar nunca m¨¢s"
Respuesta. El problema de la inmigraci¨®n, sobre todo en el Mediterr¨¢neo, supera a los pa¨ªses implicados. No se puede dejar a pa¨ªses como Espa?a, Italia, Malta, Chipre solos ante el fen¨®meno de la inmigraci¨®n. Y estoy recordando ahora mismo las conversaciones con los ministros de Interior de esos pa¨ªses. Todos dec¨ªan lo mismo: es necesaria una pol¨ªtica europea de inmigraci¨®n. Que se trate el problema de la inmigraci¨®n en el origen y que tengamos en la UE unos criterios comunes sobre a qu¨¦ gente admitimos, con qu¨¦ criterios devolvemos a los inmigrantes, con qu¨¦ garant¨ªas, c¨®mo aseguramos que el demandante real de asilo pueda pedirlo sin que sea expulsado antes de que se le escuche.
P. Va usted mucho m¨¢s all¨¢ de lo que existe ahora mismo en pol¨ªtica comunitaria.
R. S¨ª, pero es que tiene que acabar esta especie de sangr¨ªa espantosa de las mafias que trafican con las personas, que pr¨¢cticamente las tratan como ganado, que las meten en barcos sin garant¨ªas, sin importarles si van a llegar vivos o a ahogarse. Esta situaci¨®n de nuevos traficantes negreros que existe en Europa sobre la base de explotar la miseria, la desesperaci¨®n de esta gente. Eso no lo puede hacer Espa?a sola, ni Mauritania, ni Marruecos solos. Lo tiene que hacer una pol¨ªtica europea.
P. Pero est¨¢ en mantillas.
R. Est¨¢ m¨¢s que en mantillas. No somos capaces todav¨ªa en Europa de sentarnos alrededor de una mesa, acordar criterios comunes y aplicarlos.
P. ?Y tambi¨¦n trabajar en los pa¨ªses de origen?
R. Claro, no se trata s¨®lo de aplicar criterios comunes de c¨®mo vamos a devolver la gente, no. Si no, c¨®mo vamos a intentar que esa gente no tenga que jugarse la vida para buscar un sitio donde pueda comer, sino que puedan trabajar en su pa¨ªs. A partir de ah¨ª, la lucha contra las mafias internacionales y las cadenas de traficantes es esencial, sin olvidar la protecci¨®n a la v¨ªctima de todo esto.
P. Queda pendiente un tema espinoso donde tampoco la UE ha tenido una voz com¨²n: las supuestas c¨¢rceles secretas de la CIA y los vuelos ilegales.
R. Hay tres investigaciones en marcha: la del secretario del Consejo de Europa, que ha escrito a todos los pa¨ªses pidiendo informaci¨®n; la del senador Dick Marty en nombre del Consejo y la de la C¨¢mara europea.
P. ?Y qu¨¦ perspectivas hay ante el informe que va a presentar en abril Marty?
R. No lo s¨¦, pero tengo mis dudas de que lo clarifiquemos. Lo fundamental es que para el futuro no suceda de nuevo esta duda de ahora, con un fundamento inquietante, de que en Europa haya podido haber centros clandestinos de detenci¨®n o traslados ilegales en aviones sin control. Si de esto sacamos que es necesario un nuevo marco legal en Europa para que la inmunidad no se convierta en impunidad ser¨¢ un avance hist¨®rico.
P. El relator de la ONU ha exigido el cierre de Guant¨¢namo y pide a la UE que presione.
R. Se ha conformado un movimiento de opini¨®n, muy fuerte en EE UU, de que hay que cerrar Guant¨¢namo. Nunca debi¨® existir un lugar donde no hay ni ley ni se aplica derecho alguno, donde no sabemos lo que pasa.
P. Varios organismos internacionales, como el relator de la ONU o el Comit¨¦ para la Prevenci¨®n de la Tortura, han censurado la aplicaci¨®n sistem¨¢tica de la incomunicaci¨®n a los detenidos, normalmente por delitos relacionados con el terrorismo.
R. La incomunicaci¨®n no me crea ning¨²n problema en un Estado de derecho en el que hay jueces, forenses, etc¨¦tera. La incomunicaci¨®n no es la base del maltrato, aunque s¨ª resta eficacia al derecho de defensa con abogados de confianza, pero cuanta menos incomunicaci¨®n, mejor. La incomunicaci¨®n es necesaria, tanto para la investigaci¨®n de delitos relacionados con el terrorismo como para la delincuencia com¨²n, para asegurar que no desaparezcan pruebas, pero debe ser una excepci¨®n al sistema general y no convertirse en pr¨¢ctica habitual como ahora.
P. Vuelve a Espa?a cuando ETA lleva m¨¢s de mil d¨ªas sin cometer atentados mortales. El presidente Rodr¨ªguez Zapatero ha dicho que puede ser "el principio del fin".
R. La sociedad ha comprendido la calidad de vida que se puede tener sin esa amenaza y entiende que en democracia hay que vivir de una manera civilizada, sin el terror encima. A partir de ah¨ª es cuando pueden surgir elementos de comprensi¨®n mutua mucho m¨¢s f¨¢cilmente que con esa tremenda tensi¨®n de no saber si ma?ana van a atentar contra tu vida por ser periodista, concejal, parlamentario o empresario.
P. ?Esos elementos de comprensi¨®n mutua pueden acelerar el proceso hacia la paz?
P. Que hoy no se mate me parece una buena noticia, pero me gustar¨ªa mucho m¨¢s que ETA dijera ya que no volver¨¢ a matar nunca m¨¢s. Que deje a los vascos decidir lo que quieren y que no introduzca el factor de las armas, que es distorsionante, destructor y espantoso.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.