Con Milosevic bajo tierra, Serbia afronta sus problemas reales
Montenegro, Kosovo y la UE, retos para la estabilidad
El largo funeral de Milosevic, que se prolong¨® durante una semana desde su muerte en La Haya hasta su entierro el s¨¢bado en su ciudad natal de Pozarevac, ha terminado y ha pasado m¨¢s inadvertido de lo que muchos pensaban. Pero ahora empiezan los verdaderos problemas para Serbia, un pa¨ªs que nunca acaba de terminar su transici¨®n a la democracia. "Milosevic llevaba 20 a?os creando problemas, y ahora lo va a hacer tambi¨¦n muerto", asegura el periodista Sasa Mirkovic, presidente del Consejo de Administraci¨®n de B92, la cadena independiente de radio y televisi¨®n que encabez¨® las protestas que acabaron con su r¨¦gimen en 2000.
Tanto la ausencia de honores oficiales como la poca repercusi¨®n que ha tenido en la sociedad serbia la muerte de Milosevic, principal responsable de las guerras que arrasaron Yugoslavia, ha demostrado que este pa¨ªs avanza al futuro; pero la presencia de decenas de miles de nost¨¢lgicos y ultranacionalistas en Belgrado o Pozarevac es un signo de que esas fuerzas siguen ah¨ª y que pueden aprovecharse de los acontecimientos que se avecinan en los pr¨®ximos meses.
La desaparici¨®n del ex presidente ha mostrado que el pa¨ªs est¨¢ dividido en dos
El Gobierno serbio debe entregar al general Ratko Mladic, acusado de genocidio, al Tribunal de La Haya antes del 4 de abril. En caso contrario, la UE amenaza con bloquear el todav¨ªa muy incipiente proceso negociador. Adem¨¢s, el 21 de mayo, Montenegro celebrar¨¢ un refer¨¦ndum para independizarse y acabar con la Uni¨®n de Serbia y Montenegro, el Estado heredero de Yugoslavia, una consulta que tiene bastantes posibilidades de ganar. Y, para terminar, Kosovo, la provincia serbia de mayor¨ªa albanesa administrada por la ONU desde los bombardeos de 1999, avanza hacia la independencia, que le puede ser concedida por el Consejo de Seguridad de la ONU el pr¨®ximo oto?o.
Milosevic utiliz¨® este territorio, cuna de la Iglesia y el Estado medieval serbio, para atizar los peores instintos del nacionalismo y ahora el Partido Socialista de Serbia (SPS) que presidi¨®, y los ultranacionalistas del Partido Radical de Serbia (SRS), se preparan para recoger el testigo. Tras pedir no ser citado por su nombre, un alto funcionario del Gobierno no puede ser m¨¢s claro: "Mladic, Montenegro, Kosovo, la crisis econ¨®mica, las presiones de la UE, el Tribunal de La Haya, el entierro de Milosevic, los radicales y los socialistas... Por favor, ?dadnos un descanso!".
"Esta muerte ha mostrado que Serbia est¨¢ dividida en dos. Los partidarios de Milosevic son minor¨ªa, pero est¨¢n ah¨ª", prosigue Mirkovic, y a?ade: "No creo que pueda cumplirse el plazo para entregar a Mladic. Serbia todav¨ªa tiene que hacer una catarsis completa y ¨¦sta puede pasar por una victoria de los radicales".
En las ¨²ltimas elecciones, celebradas a finales de 2003, tras el asesinato del presidente Zoran Djindjic, los radicales de Vojislav Seselj -encarcelado en La Haya por cr¨ªmenes contra la humanidad- fueron el partido m¨¢s votado con un 27,6%, aunque el nacionalista moderado Vojislav Kostunica logr¨® formar un Gobierno minoritario, con el apoyo de las fuerzas democr¨¢ticas, pero tambi¨¦n del SPS. Observadores extranjeros creen que la ducha de malas noticias que esperan los serbios puede traducirse en una preocupante subida de radicales y ex comunistas.
"Creo que hay un problema m¨¢s grave que la sociedad: son nuestras instituciones, porque en muchas de ellas est¨¢n sentados los mismos que edificaron esta pol¨ªtica criminal", se?ala Natasa Kandic, fundadora y directora del Humanitarian Law Center de Belgrado y la mujer que logr¨® un v¨ªdeo con im¨¢genes del asesinato de musulmanes en Srebrenica por parte de polic¨ªas serbios, que provoc¨® un gran choque moral en esta sociedad. "Existe una mayor¨ªa en Serbia, decente, que s¨ª quiere enfrentarse a su pasado", a?ade.
En los a?os setenta, Yugoslavia ten¨ªa un PIB similar al de Espa?a y, cuando cay¨® el muro de Berl¨ªn, su nivel de vida era muy superior al de otros pa¨ªses socialistas. Aunque Milosevic fue el responsable de la destrucci¨®n de toda esta herencia, los serbios que votan radical o socialista le identifican con los buenos tiempos pasados.
Adem¨¢s de los problemas pol¨ªticos, Serbia, con nueve millones de habitantes (incluyendo Kosovo), sigue teniendo que reconstruir su econom¨ªa. "Yugoslavia era un sin¨®nimo de buena calidad en la producci¨®n, pero ahora producimos lo mismo que hace 20 a?os", explica Misa Gravrilovic, de 33 a?os, empresario y ex dirigente de la rebeli¨®n estudiantil que acab¨® con Milosevic. "Se han hecho buenos progresos", dice el ¨²ltimo informe de la UE sobre la econom¨ªa serbia, que llevaba varios a?os seguidos de crecimientos (5,6% en 2005). "Este pa¨ªs ha llevado a cabo una serie de reformas cr¨ªticas en un periodo muy corto de tiempo, pero son necesarios nuevos esfuerzos".
La sensaci¨®n de que los esfuerzos no acaban nunca est¨¢ muy anclada en la sociedad serbia.
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