?Qui¨¦n dijo que hab¨ªa muerto la Constituci¨®n europea?
El a?o 2006 ha tra¨ªdo una buena noticia para la Constituci¨®n Europea: el Parlamento de Estrasburgo ha aprobado por amplia mayor¨ªa su propuesta para el periodo de reflexi¨®n sobre el futuro de la Uni¨®n Europea (UE), decidido por la cumbre de junio de 2005 tras los noes de Francia y Holanda. Me gustar¨ªa destacar 10 puntos de esta propuesta:
1. Reafirma el apoyo de la Euroc¨¢mara a la Constituci¨®n como medio para afrontar el presente y el futuro de la UE con m¨¢s democracia y eficacia.
2. Ha concitado una s¨®lida mayor¨ªa parlamentaria (incluyendo a las grandes familias pol¨ªticas: popular, socialista, liberal y verde), similar a la obtenida en enero de 2005 con motivo del voto en el pleno del Parlamento Europeo sobre la Constituci¨®n.
3. Subraya que los problemas pol¨ªticos y la debilidad institucional de la Uni¨®n persistir¨¢n o incluso se agravar¨¢n a menos que entren en vigor las reformas contenidas en la Constituci¨®n y considera que no pueden concebirse m¨¢s ampliaciones de la Uni¨®n, tras el ingreso de Bulgaria y Rumania, sobre la base del Tratado de Niza.
4. Llama a que se haga todo lo posible para garantizar la entrada en vigor de la Constituci¨®n en 2009.
5. Recuerda a los Gobiernos de los Estados miembros su compromiso de actuar en consecuencia.
6. Enfatiza que la mayor¨ªa de Estados miembros de la UE ha ratificado ya la Constituci¨®n, y que tanto vale el s¨ª como el no expresados en los referendos que han tenido lugar hasta la fecha.
7. Propone que la estructuraci¨®n del periodo de reflexi¨®n y debate se lleve a cabo en torno a una serie de foros interparlamentarios organizados conjuntamente por el Parlamento Europeo y los Parlamentos nacionales, en los que la Euroc¨¢mara se compromete firmemente a participar a trav¨¦s de mecanismos como los European Papers. Tendr¨ªan lugar, en principio, ocho foros. Adem¨¢s del que lanzar¨ªa el proceso (que probablemente se celebrar¨¢ el 9 de mayo pr¨®ximo, D¨ªa de Europa) y del final, en el que se extraer¨ªan las conclusiones, otros seis abordar¨ªan las siguientes grandes cuestiones, ensanchando lo propuesto en el Plan D de la Comisi¨®n Europea: objetivos de la integraci¨®n europea; papel de Europa en el mundo; futuro del modelo social y econ¨®mico europeo, en el marco de la globalizaci¨®n; los l¨ªmites de la Uni¨®n; el refuerzo del espacio de libertad, seguridad y justicia, y la financiaci¨®n futura de la UE.
8. Hace especial hincapi¨¦ en la imprescindible participaci¨®n ciudadana en el periodo de reflexi¨®n y debate, y se propone dar respuesta a las preocupaciones manifestadas en Francia y Holanda, de manera que las dificultades para ratificar la Constituci¨®n no se conviertan en insuperables.
9. Considera que las conclusiones del periodo de reflexi¨®n deber¨ªan sustanciarse, como muy tarde, en la segunda mitad de 2007 (a?o con presidencia alemana, en el primer semestre, y portuguesa en el segundo).
Estima que, te¨®ricamente, todas las opciones est¨¢n abiertas sobre el futuro del acuerdo constitucional, pero considera que una conclusi¨®n positiva del periodo de reflexi¨®n y debate consistir¨ªa en mantener el texto actual de la Constituci¨®n, lo que s¨®lo ser¨ªa posible si el proceso se acompa?a de importantes medidas (que pueden ser de varios tipos, pero siempre para mejorar) destinadas a inspirar confianza y persuadir a la opini¨®n p¨²blica.
Con su propuesta, el Parlamento Europeo se convierte en la primera instituci¨®n comunitaria en pronunciarse con claridad sobre c¨®mo organizar y hacia d¨®nde encaminar el periodo de reflexi¨®n, tomando la palabra al Consejo Europeo del verano pasado y lanzando la primera piedra en un estanque demasiado quieto hasta la fecha. El silencio se ha acabado. Creo, sinceramente, que con estos mimbres el periodo de reflexi¨®n y debate ser¨¢ real, eficaz y apasionante para la UE. Y varios factores mueven al optimismo en ese sentido.
El primero, que el Consejo Europeo haya alcanzado un acuerdo en diciembre sobre su propuesta de Perspectivas Financieras, pues, una vez despejada esta cuesti¨®n, podr¨¢ afrontarse con fuerza lo que muchos consideran el verdadero tema pendiente en el proyecto comunitario: el futuro de la Constituci¨®n, esto es, la culminaci¨®n de la uni¨®n pol¨ªtica.
El segundo, la firmeza del Gobierno alem¨¢n en su objetivo program¨¢tico prioritario de que esta Euroconstituci¨®n salga adelante, como han declarado repetidamente Angela Merkel y el SPD.
El tercero, la capacidad de empuje de la mayor¨ªa absoluta de los pa¨ªses socios de la Uni¨®n que, como Espa?a, ya han ratificado la Euroconstituci¨®n.
El cuarto, el compromiso expresado por la Presidencia austriaca de afrontar con seriedad el periodo de reflexi¨®n.
Obviamente, ser¨¢ en 2007 cuando las conclusiones del periodo que vamos a poner en marcha vean la luz, al tiempo que se habr¨¢n celebrado elecciones presidenciales y legislativas en Francia y Holanda. Con realismo y eficacia, ser¨¢ entonces cuando corresponder¨¢ tomar las decisiones oportunas para que la Constituci¨®n Europea entre finalmente en vigor en 2009, coincidiendo con lo que se prev¨¦ en sus principales disposiciones institucionales y en el mismo a?o de las pr¨®ximas elecciones europeas, por cierto.
En ese recorrido deberemos hacer frente, de manera argumentada, did¨¢ctica y muy cercana a la ciudadan¨ªa, a dos tendencias que van instal¨¢ndose progresivamente en algunos sectores. Una, seg¨²n la cual la Constituci¨®n est¨¢ muerta, falsedad que, a fuerza de ser repetida con insistencia, puede ser asumida como verdad por parte de la opini¨®n p¨²blica; otra, que demanda ocuparse de los "verdaderos" problemas de la gente -empleo, seguridad, migraciones...- antes que de los "asuntos institucionales", olvidando que para hacerlo se precisa, en realidad, del instrumento constitucional, que va mucho m¨¢s all¨¢ del funcionamiento de las instituciones propiamente dicho.
As¨ª pues, tenemos por delante a?o y medio de intenso trabajo pol¨ªtico, social y ciudadano, en el que el Parlamento Europeo, como instituci¨®n, deber¨¢ jugar un papel especialmente protagonista.Entre otras cosas porque, aunque bastantes cenizos se empe?en en lo contrario, la Uni¨®n Europea est¨¢ todav¨ªa, y para bien, en pleno proceso constituyente.
Y eso se entiende muy bien en un pa¨ªs que, adem¨¢s de cumplir ahora su 20? aniversario en la UE, fue el primero, hace un a?o, en ratificar v¨ªa refer¨¦ndum la Constituci¨®n Europea.
Carlos Carnero es eurodiputado y portavoz del Grupo Socialista en la resoluci¨®n del PE para el Periodo de Reflexi¨®n sobre el Futuro de Europa.
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