Un acuerdo insuficiente
De forma simult¨¢nea, dos noticias recientes han coincidido en relaci¨®n con la presencia de buques de propulsi¨®n nuclear en aguas de la Bah¨ªa de Algeciras cuyo resultado coincidente es poner de manifiesto los enormes riesgos a los que se enfrentan los casi trescientos mil habitantes de todo el arco de la Bah¨ªa, de uno y otro lado de la Verja.
El mismo d¨ªa que el Tribunal de Justicia de las Comunidades Europeas desestimaba el recurso contra el Reino Unido por la falta de informaci¨®n a la poblaci¨®n de las medidas de protecci¨®n en caso de emergencia radiol¨®gica cuando se procedi¨® a la reparaci¨®n del submarino Tireless en Gibraltar (asunto C-65/04), el Ministerio de Asuntos Exteriores espa?ol anunciaba que se han obtenido garant¨ªas escritas de que no se volver¨¢ a reproducir la situaci¨®n del submarino Tireless. Sencillamente, esto no es del todo cierto.
Anunciado como un gran logro de la pol¨ªtica exterior espa?ola por distintos representantes del Gobierno, la lectura detallada de los documentos genera primero sorpresa, para despu¨¦s producir desasosiego e inquietud entre la poblaci¨®n del Campo de Gibraltar.
La llegada del submarino de propulsi¨®n nuclear HMS Tireless a Gibraltar el 18 de mayo de 2000 con una aver¨ªa derivada de una fuga del circuito primario de refrigeraci¨®n del reactor y su presencia casi un a?o en la base brit¨¢nica para su reparaci¨®n provoc¨® una movilizaci¨®n social sin precedentes en la zona al evidenciarse los riesgos que se derivaban de tal circunstancia. Las diferentes maniobras pol¨ªticas de los gobiernos brit¨¢nicos y espa?ol en relaci¨®n con tal episodio dejaron un profundo poso de abandono e inseguridad entre la poblaci¨®n. Carentes de informaci¨®n en un principio, sin planes conjuntos de seguridad y emergencia ante posibles emergencias radiol¨®gicas, la movilizaci¨®n social y las reivindicaciones de los grupos ecologistas consiguieron por una parte, que la Comisi¨®n europea iniciara un procedimiento de infracci¨®n contra el Reino Unido y por otra, que Espa?a incorporase a la agenda negociadora sobre Gibraltar la exigencia de no reparaci¨®n de submarinos nucleares en la base. As¨ª, en mayo de 2001, el ministro Piqu¨¦ anunci¨® que su hom¨®logo brit¨¢nico, Cook se hab¨ªa comprometido oralmente con ¨¦l a que no se efectuar¨ªan m¨¢s reparaciones nucleares de submarinos en el puerto de la colonia brit¨¢nica. La plasmaci¨®n por escrito de tal compromiso se ha planteado en el Foro Tripartito de Di¨¢logo como condici¨®n previa al planteamiento de otros temas como el uso conjunto del aeropuerto o las pensiones.
En el acuerdo hispano brit¨¢nico recientemente alcanzado no se plasma por escrito el anuncio que hizo en su d¨ªa el Ministro Cook a Piqu¨¦. Lo sorprendente es que Espa?a lo considere suficiente y "agradece el compromiso del Gobierno brit¨¢nico en esta cuesti¨®n". La Declaraci¨®n del Gobierno brit¨¢nico es un texto gen¨¦rico, bienintencionadamente ambiguo, respecto a operaciones de nav¨ªos de guerra de propulsi¨®n nuclear en puertos extranjeros (sin menci¨®n alguna a Gibraltar), sin compromisos espec¨ªficos, del que claramente se deduce que en caso de necesidad se utilizar¨¢ la base de Gibraltar para reparaci¨®n de buques nucleares. Es cierto que hay aspectos positivos, no en la Declaraci¨®n, sino en la carta adjunta del ministro ingl¨¦s, b¨¢sicamente, el compromiso de la no existencia de instalaciones permanentes y el establecimiento de cauces de comunicaci¨®n y colaboraci¨®n entre administraciones, pero en definitiva, al no garantizar que no se arreglar¨¢n en el futuro buques nucleares en Gibraltar, la propuesta deber¨ªa ser considerada como insuficiente en aras de la defensa de la salud de los campogibraltare?os y la protecci¨®n del medioambiente de la zona.
Todo ello adquiere mayor relevancia cuando el Tribunal de Justicia de la Comunidades ha resuelto en su reciente sentencia de 9 de marzo de 2006 que la energ¨ªa nuclear para usos militares est¨¢ excluida del ¨¢mbito de aplicaci¨®n de las normas europeas derivadas del tratado EURATOM, incluyendo las de protecci¨®n de la poblaci¨®n y emergencia radiol¨®gica. Dicho fallo era, en cierto modo, esperable ya que el Tribunal se hab¨ªa pronunciado previamente en ese sentido (sentencia de 12 de abril de 2005) pero, precisamente por ello, causa mayor inquietud al quedar los nav¨ªos de guerra de propulsi¨®n nuclear fuera de mecanismos europeos de control adquiriendo, en consecuencia, los Estados la posici¨®n de garantes de los est¨¢ndares de seguridad.
Por todo ello, hubiera sido deseable exigir al Reino Unido un compromiso escrito sobre la no reparaci¨®n de buques nucleares en la colonia de Gibraltar y no darse por satisfecho con la declaraci¨®n ofrecida. El acuerdo anunciado puede servir obviamente para otros fines, pero sacrificando la seguridad de los habitantes del Campo de Gibraltar y la protecci¨®n del medio ambiente frente a otros intereses.
Jes¨²s Verd¨² Baeza es Profesor de Derecho Internacional P¨²blico del Centro Universitario de Algeciras (UCA) y miembro de AGADEN (promotora de la Plataforma contra el Tireless)
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