'El caim¨¢n' entra en campa?a
El cineasta Nanni Moretti estrena hoy un alegato feroz y pesimista contra Berlusconi
Nanni Moretti, cineasta y agitador pol¨ªtico, a?ade desde hoy un nuevo elemento de debate, y de tensi¨®n, a la campa?a electoral italiana. En 380 salas de todo el pa¨ªs se estrena esta noche su pel¨ªcula El caim¨¢n, un drama familiar envuelto en comedia que concluye con un alegato pesimista y feroz contra Silvio Berlusconi. El centro-izquierda teme que la obra de Moretti acent¨²e la crispaci¨®n y favorezca de forma indirecta a Il Cavaliere. El centro-derecha berlusconiano habla de "incitaci¨®n al asesinato" del presidente del Gobierno en funciones.
En otros pa¨ªses, una pel¨ªcula ser¨ªa solamente una pel¨ªcula, aunque se estrenara con exagerados honores de obra maestra y fuera esperada con devoci¨®n en el Festival de Cannes. En Italia, El caim¨¢n constituir¨¢ un elemento de propaganda para ambas coaliciones. Romano Prodi ha dicho que conf¨ªa en que el filme no se convierta en un boomerang y, como los documentales de Michael Moore en EE UU, acabe beneficiando al objeto de denuncia, en este caso Berlusconi. El ministro de Bienes Culturales, Rocco Buttiglione, lament¨® a su vez la aparici¨®n de "obras que incitan al asesinato" y pidi¨® que cesara "la campa?a de demonizaci¨®n" contra su jefe pol¨ªtico.
El centro-derecha lamenta la aparici¨®n de "obras que incitan al asesinato"
Nanni Moretti es un t¨®tem del antiberlusconismo y, hasta cierto punto, un azote para los dirigentes del centro-izquierda. El grito que una vez le lanz¨® a Massimo d?Alema, "?Di algo de izquierdas!", se convirti¨® en lema de los militantes de base y sigue persiguiendo al presidente de los Dem¨®cratas de Izquierda (ex PCI). Su nueva pel¨ªcula carece de los rasgos t¨ªpicos del cine de denuncia, hasta el tramo final. Arranca como una comedia sobre un productor cinematogr¨¢fico desgraciado, arruinado e incompetente, en cuyo curr¨ªculo figuran largometrajes titulados Maciste contra Freud y Mocasines asesinos, se enmara?a con la separaci¨®n matrimonial y los problemas personales del productor y desemboca all¨ª donde espera el p¨²blico: el cineasta infeliz y apol¨ªtico empe?a todo lo que tiene para realizar un cortometraje contra Silvio Berlusconi.
El Berlusconi del corto, interpretado por Moretti con toda la antipat¨ªa y arrogancia de que es capaz (mucha), resulta condenado a prisi¨®n e inhabilitado para el ejercicio de cargos p¨²blicos. Pero queda libre y fomenta una rebeli¨®n ciudadana contra los jueces. La escena final, llena de hogueras, parece sugerir el inicio de una guerra civil. "Los italianos s¨®lo habl¨¢is de televisi¨®n y de Berlusconi", dice uno de los personajes de El caim¨¢n. "Aunque Berlusconi pierda las elecciones, ya ha ganado", dice otro.
Poco despu¨¦s de concluir la proyecci¨®n del filme para la cr¨ªtica, Silvio Berlusconi ofreci¨® una conferencia de prensa en la sede de la Presidencia del Gobierno. No habl¨® de El caim¨¢n, salvo para asegurar que no pensaba verla. Pero el encadenamiento temporal entre el Berlusconi del celuloide y el Berlusconi de la realidad provoc¨® un extra?o efecto, como si el sue?o y la vigilia se fundieran. El Berlusconi real se quej¨® de que ning¨²n peri¨®dico prestaba atenci¨®n a las extraordinarias realizaciones de su Gobierno. "He trabajado hasta las cinco de la ma?ana, cosa que sucede pr¨¢cticamente todas las semanas desde hace cinco a?os: este es un trabajo del que los italianos no son conscientes, pero es necesario para que avance la empresa Italia". Il Cavaliere aclar¨® que ning¨²n otro Gobierno anterior se hab¨ªa esforzado de ese modo, y que por esa raz¨®n se ve¨ªa obligado a cargar con "tant¨ªsimos problemas heredados del pasado".
Las encuestas aparecidas ayer reflejaron que la crispaci¨®n fomentada por Il Cavaliere no ofrec¨ªa, de momento, resultados positivos para el centro-derecha. Una, del diario La Repubblica, otorgaba cinco puntos de ventaja al centro-izquierda. La segunda, de SkyNews, estimaba una diferencia menor, 48% para Berlusconi y 51,5% para Prodi.
Otro elemento contribuy¨® a dotar la campa?a de atributos on¨ªricos: los zapatos. Tras la trifulca entre Berlusconi y Diego della Valle, fabricante de los zapatos Tod?s, en la asamblea de la patronal Confindustria, los mocasines se han convertido en una insignia pol¨ªtica. El centro-derecha ha renunciado a calzarse con Tod?s. En el centro-izquierda, en cambio, todo el mundo ha sacado del armario sus Tod?s para lucirlos como un emblema.
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