L¨®pez Caro no hace amigos
En el ¨²ltimo mes, el t¨¦cnico del Madrid ha cuestionado a Ronaldo, Ra¨²l, Beckham, Robinho, Cicinho y Helguera
Han pasado 57 d¨ªas desde que al Real Madrid se le agot¨® el combustible. Aquella derrota hist¨®rica (6-1) en La Romareda dej¨® al equipo aturdido y activ¨® en Juan Ram¨®n L¨®pez Caro un irrefrenable fervor por la experimentaci¨®n. El t¨¦cnico dice que lo alienta "la luz de Dios" y unos "criterios de producci¨®n" que todav¨ªa no ha precisado. La consecuencia fue que en los ocho partidos que siguieron design¨® jugadores al mismo ritmo que los sacrific¨®. No s¨®lo no hizo dos veces la misma alineaci¨®n: tampoco repiti¨® nunca ni la l¨ªnea de ataque ni la defensa. Esta tarde, para recibir al Deportivo (19.00, PPV), a L¨®pez Caro le quedar¨¢n pocos jugadores a los que no haya acusado impl¨ªcitamente de algo en alg¨²n partido. Como las relaciones humanas suelen regirse por la ley de la reciprocidad, los futbolistas tambi¨¦n le han ido restando confianza.
Desde la derrota en Mallorca, en la Liga L¨®pez Caro ha formado cinco l¨ªneas de defensa: ninguna es igual a la otra. A las cinco l¨ªneas de ataque les ha pasado lo mismo: son ejemplares ¨²nicos. Contra el Mallorca, el Atl¨¦tico, el Valencia, el Betis y el Zaragoza, el Madrid ha opuesto un calidoscopio. No se puede acusar a L¨®pez Caro de no repartir minutos en la plantilla. Su problema es que, salvo Guti, Gravesen y Casillas, los dem¨¢s jugadores se sienten defraudados. Ven en ¨¦l a un individuo aferrado a misteriosas convicciones cuando no atenazado por el respeto al rival. "?Somos el Madrid!", proclama un veterano, que considera que no hay que organizar todo alrededor de la t¨¢ctica del adversario.
En su carrusel de cambios el entrenador no ha hecho amigos. Como L¨®pez Caro conf¨ªa m¨¢s en su ideal de plantilla que en los jugadores que tiene, sus medidas lo han llevado a mandar se?ales contradictorias a muchos de los futbolistas en los que tarde o temprano debe apoyarse. Empez¨® por eliminar a Helguera y Pav¨®n de sus planes, tras la goleada en La Romareda. Sigui¨® con medio equipo.
Ante la necesidad de un central, L¨®pez Caro puso su fe en Mej¨ªa. Pero no le dur¨® m¨¢s de un partido: tras el gol de Henry en el Bernab¨¦u quit¨® a Mej¨ªa y llam¨® a Bravo. Junto a Bravo invoc¨® los nombres de Ra¨²l y Salgado, que hab¨ªan permanecido de baja por sendas lesiones. De paso, sacrific¨® a Ronaldo, Robinho y Cicinho. As¨ª se present¨® en el derby, que el Madrid gan¨® gracias a un gol del inesperado Cassano. Que Cassano fuese titular y que respondiera con creces no tuvo consecuencias inmediatas. Al siguiente partido fue al banquillo. Y volvi¨® Ronaldo, pero s¨®lo durante 90 minutos. Tras pasar por Highbury la estrategia de L¨®pez Caro volvi¨® a torcerse. En Mestalla reaparecieron Baptista y Cicinho. Pero no por mucho. La culpa fue del Betis en una jornada de castigo para Beckham, que lo vio calentando en la banda. Nada muy riguroso. El sacrificado de verdad fue Ra¨²l, que, tras ser sustituido por Ronaldo, se siente innecesariamente maltratado. El capit¨¢n no ha vuelto a ser titular. Bravo tampoco. Ronaldo ha regresado al primer plano. Y con Ronaldo los antes amenazados Cicinho y Robinho se consolidan de nuevo.
Hoy contra el Deportivo lo extraordinario ser¨ªa que L¨®pez Caro repitiese alguna de las l¨ªneas del equipo que jug¨® la ¨²ltima vez. Mientras tanto, el Madrid suma tres goles en cinco partidos. Su peor registro anotador en muchos a?os. Algo que, sin embargo, no preocupa demasiado al entrenador, seguro como volvi¨® de la ¨²ltima jornada en Zaragoza de que su equipo hace "partidos serios" o, como dijo en Mestalla, da "espect¨¢culo". Ante estas palabras, sus incr¨¦dulos jugadores arquean las cejas o menean la cabeza en se?al de incomprensi¨®n. A la hora de opinar del equipo el t¨¦cnico tambi¨¦n est¨¢ solo.
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