Olmert necesita 35 esca?os para poder gobernar sin trabas

Un ligero cosquilleo recorre las venas de los dirigentes de Kadima, liderado por Ehud Olmert, favorito para vencer en las elecciones que ma?ana se celebran en Israel. Pocos dudan de su victoria. Otro cantar es que logre el n¨²mero de esca?os suficiente para aplicar sin excesivas trabas su programa de retirada de una porci¨®n de los territorios de Cisjordania. Los laboristas, segundos en liza, y el izquierdista Meretz optan por intentar el camino de la negociaci¨®n con los palestinos. Si cae por debajo de 35 esca?os de los 120 del Parlamento, Kadima ver¨ªa alterados sus planes.

El jefe del Gobierno, Ehud Olmert, no esconde sus prisas por poner en marcha su iniciativa de evacuar parte del territorio ocupado de Cisjordania. Afirm¨® ayer que Israel definir¨¢ por su cuenta sus "l¨ªneas rojas". "Despu¨¦s", a?adi¨®, "deber¨ªa haber negociaciones con EE UU y la comunidad internacional" sobre las fronteras definitivas.

El ex laborista Haim Ramon, n¨²mero siete de la lista de Kadima, explicaba por la ma?ana el calendario preciso. "Si ganamos, los primeros cien d¨ªas se dedicar¨¢n a comprobar si podemos negociar con Mahmud Abbas. El segundo requisito es que Ham¨¢s reconozca a Israel, renuncie a la violencia y acepte los acuerdos firmados por la Organizaci¨®n para la Liberaci¨®n de Palestina con Israel". Lo dijo con casi nula convicci¨®n. "Si en seis meses o un a?o nos damos cuenta de que nada ha cambiado, aplicaremos medidas unilaterales. Somos lo suficientemente fuertes para decidir nuestro destino. Lo que no puede continuar es el statu quo".

El hartazgo por el estancamiento en el conflicto con los palestinos es palpable en la sociedad israel¨ª, que en su gran mayor¨ªa exculpa a sus Gobiernos de toda responsabilidad en el deterioro de la situaci¨®n y respalda movimientos decisivos sin contar con el enemigo. Kadima apuesta por explotar ese sentimiento, que Ariel Sharon aprovech¨® para ejecutar la evacuaci¨®n de la franja de Gaza en septiembre pasado.

El plan de Olmert depende de que nadie pueda cuestionar su hegemon¨ªa en una C¨¢mara en la que las alianzas son indispensables. En Israel no conviene nunca descartar ninguna coalici¨®n de Gobierno, aunque parezca inveros¨ªmil. Pero a d¨ªa de hoy, Kadima rechaza como aliados al conservador Likud y al radical Yisrael Beiteinu.

El socio m¨¢s plausible de Olmert es el Partido Laborista, que se niega a arrojar la toalla pese a que los sondeos no le a¨²pan por encima de 20 esca?os. No obstante, Isaac Herzog, n¨²mero dos de la candidatura laborista, mostr¨® ayer su convencimiento de que las encuestas errar¨¢n. Est¨¢ persuadido de que el empobrecimiento de la clase media durante los ¨²ltimos a?os pasar¨¢ factura a Kadima, cuyos m¨¢ximos dirigentes, entonces ministros del Likud, apoyaron las pol¨ªticas neoliberales del titular de Hacienda y hoy aspirante del Likud, Benjam¨ªn Netanyahu.

A poco que el laborismo ara?ara alg¨²n diputado m¨¢s, y sumados a la media docena que se pronostican a Meretz, la izquierda podr¨ªa poner en aprietos a Olmert. Y, a juicio de varios de sus colaboradores, el primer ministro no estuvo acertado la semana pasada, cuando dijo que la victoria estaba consumada. Hoy las encuestas conceden a Kadima 36 esca?os, cuando en enero alcanz¨® 44. A 24 horas de la apertura de las urnas, la incertidumbre se ha apoderado del que era indiscutible ganador.