Esquerra se columpia

Los empleados de las consejer¨ªas del Gobierno catal¨¢n controladas por Esquerra Republicana han sido conminados por carta a pagar una parte de su salario a ese partido, y a cumplimentar, si no son afiliados, una ficha como simpatizantes del mismo a fin de "ser dados de alta como cargos designados por ERC". Las explicaciones adelantadas por varios de sus dirigentes son confusas o enga?osas; tendr¨¢n que explicarse mejor ante el Parlamento catal¨¢n y, si no encuentran argumentos m¨¢s convincentes, quiz¨¢s deber¨¢n plantearse la dimisi¨®n del firmante de las cartas, Xavier Vendrell, secretario general del primer consejero (Bargall¨®), a la vez que secretario de Organizaci¨®n y Finanzas de ERC.

Ya resulta problem¨¢tico que el encargado de las finanzas de un partido sea a la vez alto cargo del departamento del que depende todo el personal de la Administraci¨®n catalana. Que se recurra a esa especie de chantaje, bajo amenaza de destituci¨®n en nombre de una norma interna partidaria, agrava la cuesti¨®n y revela que la lotizaci¨®n italiana ha encontrado traducci¨®n catalana: el partido como propietario de una cuota del empleo p¨²blico. Lejos de quedarse en "problema interno de Esquerra", como ha dicho el n¨²mero dos del PSC, Jos¨¦ Montilla, el asunto afecta de lleno al Govern, que entre otras cosas es quien nombra a los altos cargos.

Del tono de las cartas y explicaciones de sus dirigentes se deduce que ERC act¨²a en este terreno con la desenvoltura de un curtido partido clientelar, pero con argumentos grupusculares: seg¨²n Puigcerc¨®s, lo que hay detr¨¢s de la denuncia es una campa?a para forzar la adhesi¨®n de su partido al Estatuto; y seg¨²n Bargall¨®, ERC est¨¢ orgullosa de no financiarse con comisiones ilegales, sino "a trav¨¦s de las cuotas de los militantes y las aportaciones de sus cargos de responsabilidad".

Esto ¨²ltimo es, como m¨ªnimo, equ¨ªvoco. El grueso de la financiaci¨®n de ERC, como la de la mayor¨ªa de los partidos, proviene de las cuantiosas subvenciones p¨²blicas que recibe: concretamente, seg¨²n los ¨²ltimos datos disponibles, en 2002 (cuando ten¨ªa un ¨²nico diputado en Madrid y una docena en Catalu?a) recibi¨® por esa v¨ªa el 77,7% de sus ingresos totales; la aportaci¨®n de los afiliados, unos 450.000 euros, supuso el 20% de los ingresos. Ahora, con 23 diputados en Catalu?a y 8 en las Cortes, los ingresos en aplicaci¨®n de la legislaci¨®n sobre financiaci¨®n de partidos ser¨¢n, sin duda, muy superiores. Todos los ciudadanos contribuyen con sus impuestos a esa financiaci¨®n, y es l¨®gico que exijan explicaciones.