El caos petrolero
Con una pol¨ªtica energ¨¦tica al servicio de su proyecto de revoluci¨®n bolivariana, varias decisiones de Ch¨¢vez ponen en riesgo el futuro de la producci¨®n de petr¨®leo en Venezuela
El desorden que se extiende por Venezuela, tanto en el Gobierno como en la sociedad, est¨¢ perjudicando a la industria del petr¨®leo, el soporte fundamental del sistema pol¨ªtico y la principal esperanza de poderse recuperar de d¨¦cadas de pobreza arraigada.
Las repercusiones del declive de la industria petrolera venezolana est¨¢n enmascaradas por los elevados precios actuales y los gestos pol¨ªticos del presidente Hugo Ch¨¢vez, en la actualidad jefe indiscutible de Petr¨®leos de Venezuela (PDVSA), la compa?¨ªa estatal de crudo. En los siete a?os desde que Ch¨¢vez fue elegido, en 1998, PDVSA ha tenido seis presidentes; en ese mismo periodo, la producci¨®n ha descendido un 22%.
El momento decisivo en el declive de PDVSA fue una huelga general de dos meses, diciembre de 2002 y enero de 2003, a la que se unieron trabajadores y ejecutivos, en un esfuerzo desesperado para obligar a Ch¨¢vez a dimitir o, al menos, a convocar elecciones presidenciales anticipadas. Sin embargo, Ch¨¢vez aguant¨® m¨¢s que los huelguistas, a pesar del gran perjuicio para la econom¨ªa venezolana, y la huelga se convirti¨® en un cierre patronal. Ch¨¢vez despidi¨® a 18.000 empleados de PDVSA, entre ellos la mayor parte de los t¨¦cnicos: ge¨®logos, geof¨ªsicos e ingenieros de dep¨®sito. Los centros de formaci¨®n e investigaci¨®n de PDVSA se desmantelaron. "Ch¨¢vez pens¨® que pod¨ªa utilizar la huelga para destruir a la oposici¨®n", opina un veterano observador.
Como el monopolio no dispone de t¨¦cnicos capaces de reparar los pozos, los problemas se multiplican
El 90% de la poblaci¨®n venezolana depende mucho de una industria petrolera en declive
Venezuela tiene en el Orinoco una de las mayores concentraciones de crudo del mundo
El presidente Hugo Ch¨¢vez es optimista, pero su margen de maniobra puede reducirse mucho
Existen negociaciones para construir un gasoducto que permita traer gas de Colombia
"Ch¨¢vez es pol¨ªticamente astuto, pero econ¨®micamente inepto", dice un antiguo colaborador izquierdista. "Da ¨®rdenes que no se cumplen. Cree que le son fieles funcionarios corruptos. Entre los mandos medios del Ej¨¦rcito hay un gran malestar por la corrupci¨®n. Fue un gran error despedir a todos esos ge¨®logos e ingenieros de PDVSA. Supuso una gran p¨¦rdida de capital humano y de conocimientos. Habr¨ªa sido m¨¢s sensato despedir a los l¨ªderes huelguistas y conservar a los t¨¦cnicos". Ch¨¢vez no s¨®lo despidi¨® a la masa cr¨ªtica de t¨¦cnicos de PDVSA, sino que prohibi¨® a otras compa?¨ªas petrol¨ªferas en Venezuela y a sus subcontratas que les dieran empleo, por lo que se vieron obligados a irse del pa¨ªs para encontrar trabajo, en una di¨¢spora de especialistas venezolanos en petr¨®leo que lleg¨® hasta lugares como Canad¨¢, Irak y Asia central.
Hace un siglo, antes del petr¨®leo, los 2,4 millones de habitantes que ten¨ªa entonces Venezuela habitaban en un 85% en zonas rurales y trabajaban como comuneros, con parcelas de subsistencia, o como peones en los latifundios. Venezuela hab¨ªa perdido casi el 40% de su poblaci¨®n en las guerras latinoamericanas de independencia (1811-1824) y estaba agotado y desmoralizado por un siglo de levantamientos regionales, guerras civiles y dictaduras. El presidente de Estados Unidos, Theodore Roosevelt, hab¨ªa llamado al presidente venezolano, Cipriano Castro, un "monito indescriptiblemente malvado", y buques brit¨¢nicos y alemanes se dispon¨ªan a bloquear los puertos venezolanos para cobrar deudas impagadas. Todo cambi¨® el 14 de diciembre de 1922, cuando Shell perfor¨® Los Barrosos n¨²mero 2, debajo de la cuenca del lago Maracaibo, y hall¨® un pozo que escup¨ªa del orden de 100.000 barriles diarios.
En 1929, Venezuela pas¨® a ser el primer exportador mundial de petr¨®leo, y sigui¨® si¨¦ndolo durante cuatro d¨¦cadas. Pero esa posici¨®n ten¨ªa sus ventajas y sus inconvenientes. Cuando el Gobierno de Eisenhower dict¨® cuotas de importaci¨®n de crudo para proteger a los productores estadounidenses, se cre¨® un exceso mundial de oferta que oblig¨® a Venezuela a vender su petr¨®leo a 1,40 d¨®lares el barril en 1959, cuando un volumen semejante de agua mineral se vend¨ªa por 5 d¨®lares. El super¨¢vit mundial empuj¨® a Juan Pablo P¨¦rez Alfonzo, el sabio y austero ministro de Petr¨®leo de Venezuela, a viajar por los pa¨ªses productores de Oriente Pr¨®ximo y el norte de ?frica para formar la OPEP. Sin embargo, 20 a?os despu¨¦s, P¨¦rez Alfonzo estaba denunciando la org¨ªa de desperdicio y corrupci¨®n que hab¨ªa generado el periodo dorado del petr¨®leo, la d¨¦cada de los setenta, temas sobre los que public¨® un libro titulado Hundi¨¦ndonos en el excremento del diablo.
Hoy d¨ªa, en contraste con la vida rural de hace un siglo, el 90% de la poblaci¨®n venezolana vive en pueblos y ciudades y depende en gran medida de una industria petrolera en declive que produce la mayor parte de las exportaciones y los ingresos oficiales por petr¨®leo, pero da trabajo a muy poca gente. "Sin nuevas inversiones, la producci¨®n de crudo descender¨¢ en un 20% anual", afirma un veterano economista especializado en petr¨®leo que ha ocupado cargos importantes en el Ministerio del Petr¨®leo de Venezuela y en la OPEP, en Viena. "Para mantener la producci¨®n en su nivel actual, Venezuela debe invertir 4.000 millones de d¨®lares al a?o. Pero PDVSA no est¨¢ cumpliendo los objetivos inversores, mientras que dedica 4.000 millones de d¨®lares anuales a proyectos sociales. Acaba de publicar un plan de inversiones a cinco a?os que es totalmente iluso".
Bajo las presiones pol¨ªticas de Ch¨¢vez, PDVSA est¨¢ dedicando m¨¢s dinero a financiar los programas sociales de la "revoluci¨®n bolivariana" que a sus propias necesidades de inversi¨®n. Aun as¨ª, la compa?¨ªa ha anunciado un nuevo plan estrat¨¦gico, el Plan Siembra Petrolera, destinado a aumentar la producci¨®n de Venezuela de los aproximadamente 2,5 millones de barriles diarios (mdb) de hoy, seg¨²n c¨¢lculos independientes, a 5,8 mdb en 2012, con unas inversiones que ascender¨¢n a un total de 56.000 millones de d¨®lares. A este plan se le ha acusado de ser un refrito de un plan anterior de PDVSA que manejaba m¨¢s o menos las mismas cifras, teniendo en cuenta que los 56.000 millones de d¨®lares previstos para inversiones son una cantidad muy inferior al dinero que se necesitaba para un incremento de la capacidad mucho menor durante los a?os noventa. Adem¨¢s, se supone que el 30% de esta suma debe obtenerse de las compa?¨ªas petrol¨ªferas extranjeras que trabajan en Venezuela, unas compa?¨ªas que han dejado de invertir despu¨¦s de que, el a?o pasado, se les reclamaran miles de millones de d¨®lares en impuestos atrasados y se les obligara a formar con PDVSA unas empresas mixtas cuyas condiciones est¨¢n a¨²n por anunciarse. Exxon prefiri¨® vender su participaci¨®n en una empresa mixta a Repsol, su socia, antes que aceptar la violaci¨®n del contrato. A su vez, Repsol anunci¨® una revisi¨®n a la baja del 25% de sus reservas demostradas, debido a las restricciones geol¨®gicas y pol¨ªticas. La reducci¨®n estaba centrada en Suram¨¦rica: 5% en Venezuela, 52% en Bolivia y 41% en Argentina.
"PDVSA se ha politizado y ya no tiene la direcci¨®n ni la experiencia necesarias para elaborar un plan empresarial cre¨ªble", dice Diego Gonz¨¢lez, un ingeniero de PDVSA, ahora retirado, que en la actualidad dirige Ipemin, el Instituto de Petr¨®leo y Miner¨ªa. "Los contratos se otorgan de manera caprichosa, sin que haya ning¨²n tipo de puja. Como casi todos los ingenieros de dep¨®sito fueron despedidos despu¨¦s de la huelga, PDVSA no dispone de t¨¦cnicos capaces de reparar los pozos. Si los pozos no se reparan de forma peri¨®dica, los problemas mec¨¢nicos se multiplican. Normalmente, un pozo produce petr¨®leo, gas, agua y arena. Cuando produce un exceso de agua y arena, necesita alguna reparaci¨®n. Es un trabajo caro y delicado, en el que un equipo de 30 operarios manejan equipamiento de perforaci¨®n y reparaci¨®n que tiene un valor de 20.000 d¨®lares diarios. Hay que sacar las bombas, los tubos de producci¨®n y el ¨¢rbol de Navidad [el racimo de v¨¢lvulas de pozo que ayudan a prevenir las explosiones]. Para limpiar el dep¨®sito hay que disparar piedras o balas de acero en el pozo para fragmentar la arena. En estos momentos, hay 21.000 pozos de PDVSA cerrados por falta de arreglos, y ese n¨²mero aumenta sin cesar; s¨®lo hay 14.000 que mantengan la producci¨®n".
Sin tener en cuenta los problemas econ¨®micos, t¨¦cnicos y de mano de obra de la industria venezolana del petr¨®leo, Ch¨¢vez ha hecho la osada propuesta de construir un gasoducto de 20.000 millones de d¨®lares, Gasur, a lo largo de 8.000 kil¨®metros, desde Venezuela hasta Argentina, que prev¨¦ tener que importar necesariamente sus provisiones de gas antes de 10 a?os. Gasur atravesar¨ªa todo el territorio de Brasil, con ramales que abastecer¨ªan a las ciudades de Amazonia y el noreste del pa¨ªs. Los Gobiernos brasile?o y argentino han aceptado formalmente la propuesta de Ch¨¢vez, un viejo sue?o de los ingenieros que siempre se ha considerado poco pr¨¢ctico y para el que a¨²n no se dispone de estudios de viabilidad. Un experto venezolano destaca que los ingenieros tendr¨ªan que hacer frente a una estaci¨®n lluviosa de ocho meses en diversas ¨¢reas de Amazonia, y que el gasoducto tendr¨ªa que atravesar numerosos r¨ªos, torrentes y pantanos. Dado que las inundaciones estacionales suelen alcanzar hasta 12 metros de altura, dice, ser¨ªa dif¨ªcil contar con rutas de acceso a todo el recorrido para poder realizar labores de mantenimiento. El coste del gas llegado a Argentina mediante Gasur, incluido el transporte, ser¨ªa de 134 d¨®lares por barril de combustible, mucho m¨¢s que el coste de otras alternativas, como la de importar m¨¢s gas de Bolivia o construir barcos especiales e instalaciones industriales para la importaci¨®n de gas natural licuado (lng) de Venezuela a Argentina.
La propuesta de Ch¨¢vez sobre Gasur se basa en los 4,27 billones de metros c¨²bicos demostrados de gas natural que posee Venezuela, la mayor reserva de Suram¨¦rica y la novena del mundo. Sin embargo, el 90% de esas reservas est¨¢ asociado a dep¨®sitos de petr¨®leo. El 70% de la producci¨®n actual de gas se reutiliza en los trabajos para mantener la presi¨®n en los dep¨®sitos. Hasta ahora, Venezuela ha explorado muy poco la existencia de gas que no est¨¦ asociado, y hoy dispone de tan poco gas utilizable que la producci¨®n de crudo en los viejos campos que rodean el lago Maracaibo est¨¢ disminuyendo r¨¢pidamente por la falta de gas para inyectar en los dep¨®sitos. Adem¨¢s, Pequiven, la filial petroqu¨ªmica de PDVSA, ha anunciado su propio plan de expansi¨®n por un valor de 26.000 millones de d¨®lares, a pesar de que no tiene suficientes reservas para alimentar su producci¨®n actual. Si las exploraciones marinas que realizan en la actualidad Chevron y la compa?¨ªa noruega Statoil dan fruto, es posible que Venezuela tenga a su disposici¨®n entre 48 y 70 metros c¨²bicos al d¨ªa de nuevo gas, apenas suficiente para cubrir la escasez actual en su mercado interno. Existen negociaciones bilaterales para construir un gasoducto que permita importar gas de Colombia.
El 17 de diciembre de 2005, Ch¨¢vez y el presidente brasile?o, Luiz In¨¢cio Lula da Silva, pusieron la primera piedra de una refiner¨ªa de 200.000 barriles diarios (bd) de capacidad en Pernambuco, que construyen y financian conjuntamente PDVSA y Petrobr¨¢s. La nueva refiner¨ªa se est¨¢ construyendo pese a las protestas de los ingenieros de Petrobr¨¢s. "Se est¨¢ haciendo por razones pol¨ªticas", dice un veterano ingeniero de refiner¨ªa de la empresa brasile?a. "Nuestra refiner¨ªa de Bah¨ªa se ampli¨® para poder servir el mercado del noreste. Actualizar una refiner¨ªa existente cuesta entre 15.000 y 18.000 d¨®lares el barril. Venezuela produce gran cantidad de crudos extra pesados. Brasil no necesita importar crudos pesados porque ya exporta entre 250.000 y 300.000 bd de crudos pesados, de la cuenca de Campos, con d¨¦ficit, para poder importar crudos y productos ligeros. Cada 100.000 bd de crudo venezolano que importamos para la refiner¨ªa de Pernambuco supone tener que exportar 100.000 bd m¨¢s con d¨¦ficit. Por suerte, la decisi¨®n definitiva de construir o no la refiner¨ªa de Pernambuco la tomar¨¢ el pr¨®ximo Gobierno brasile?o".
Venezuela tiene varias perspectivas para incrementar su producci¨®n de petr¨®leo y gas. Su recurso m¨¢s espectacular es el de los aproximadamente 700.000 millones de barriles de crudo extra pesado, una de las mayores concentraciones mundiales de hidrocarburos, que se encuentran bajo una amplia franja de sabana al norte del r¨ªo Orinoco. La regi¨®n, en otro tiempo denominada La Faja de Alquitr¨¢n del Orinoco pero cuyo nombre pas¨® a ser despu¨¦s Faja de Petr¨®leo del Orinoco, produjo 570.000 bd de crudo mejorado en 2004, gracias a las recientes innovaciones tecnol¨®gicas incluidas en un plan de inversi¨®n de 13.000 millones de d¨®lares realizado en los a?os noventa por PDVSA y empresas extranjeras como Conoco-Phillips, Exxon-Mobil y Statoil. Estas operadoras lograron hacer crudo sint¨¦tico entre medio y ligero a base de quitar ¨¢tomos a mol¨¦culas de bet¨²n y, en algunos casos, a?adir hidr¨®geno.
En la ¨¦poca precolombina, en la regi¨®n del Orinoco, los ind¨ªgenas utilizaban las filtraciones de alquitr¨¢n que encontraban sobre la tierra, para revestir sus canoas y caba?as y con fines medicinales. Exxon perfor¨® el primer pozo exploratorio en la Faja en 1936, pero lo abandon¨® r¨¢pidamente porque el petr¨®leo descubierto conten¨ªa metales como vanadio y n¨ªquel, que lo hac¨ªan demasiado pesado para que flotara de forma natural hasta la superficie. Como dec¨ªa hace poco VenEconomy Monthly: "Se calcula que la Faja del Orinoco [la Faja] contiene 1,2 billones de barriles de porquer¨ªa, lo que antes se llamaba bet¨²n pero ahora se denomina crudos extra pesados. De ellos, se cree que es posible recuperar alrededor del 22% con la tecnolog¨ªa actual. Se conf¨ªa en que otras tecnolog¨ªas nuevas (diluyentes, sistemas de extracci¨®n a base de fuego, etc¨¦tera) permitan aumentar significativamente los ¨ªndices de recuperaci¨®n. No obstante, ese 22% representa aproximadamente 264.000 millones de barriles, suficiente para permitir la producci¨®n de 10 millones de bd durante m¨¢s de 70 a?os".
En vez de hacer una gran inversi¨®n en el Orinoco para garantizar la producci¨®n durante las pr¨®ximas d¨¦cadas, PDVSA ha firmado contratos con empresas petrol¨ªferas estatales de otros pa¨ªses -Petrobr¨¢s, la iran¨ª Pterosaur, la india ONOC, la rusa Gasport y la Corporaci¨®n Nacional China de Petr¨®leo (CNPC)- para medir y aumentar las reservas demostradas de la Faja. Ninguna de estas empresas posee experiencia previa en crudos extra pesados. Est¨¢ por ver cu¨¢ntos recursos t¨¦cnicos y financieros se dedicar¨¢n a la futura producci¨®n de Venezuela.
Hoy cuesta mucho mantener la producci¨®n mundial de petr¨®leo a la altura de la demanda mundial. El mar del Norte est¨¢ agotando sus recursos renovables. La producci¨®n mexicana tal vez ha pasado su nivel m¨¢s alto. La agitaci¨®n pol¨ªtica reduce las exportaciones de Nigeria e Irak, y otros pa¨ªses de la OPEP est¨¢n extrayendo casi al m¨¢ximo de su capacidad, al mismo tiempo que crece la demanda en China, India y Estados Unidos. Las nuevas regiones productoras en Rusia y Asia central est¨¢n expuestas a amenazas pol¨ªticas. "Durante los ¨²ltimos a?os, el elemento constante ha sido una incertidumbre extrema", informaba recientemente el Organismo Internacional de la Energ¨ªa.
En medio de esta incertidumbre, el declive y la desorganizaci¨®n del sector petrol¨ªfero venezolano pueden tener tantas repercusiones en la econom¨ªa mundial como las que tuvo la situaci¨®n de hace medio siglo, cuando la producci¨®n mundial se extend¨ªa sin cesar y Venezuela era el principal exportador mundial de petr¨®leo. En el ajustado mercado actual del crudo, con una producci¨®n y un consumo que se mueven en torno a los 85 mdb, el hecho de que Venezuela perdiera 1 mdb m¨¢s provocar¨ªa m¨¢s subidas de precios y mayor ansiedad.
Uno de los libros preferidos de Hugo Ch¨¢vez, que venera al libertador Sim¨®n Bol¨ªvar, es la novela de Gabriel Garc¨ªa M¨¢rquez El general en su laberinto, que cuenta el lento y melanc¨®lico viaje de Bol¨ªvar por el valle del r¨ªo Magdalena, en 1830, para morir en Santa Marta, en la costa atl¨¢ntica de Colombia. Garc¨ªa M¨¢rquez cita las famosas ¨²ltimas palabras del Libertador: "Am¨¦rica es ingobernable. Los que sirvieron a la revoluci¨®n surcaron el mar". Ahora, Hugo Ch¨¢vez y muchos de sus seguidores est¨¢n tratando de demostrar que Bol¨ªvar ten¨ªa raz¨®n.
Tarde o temprano, los venezolanos tendr¨¢n que preguntarse cu¨¢nto m¨¢s puede seguir aguantando el pa¨ªs los costosos errores de Ch¨¢vez, su ret¨®rica polarizadora y su abandono de los problemas esenciales de Venezuela. Ch¨¢vez encaja en los estereotipos arcaicos de Latinoam¨¦rica, habla una jerga de l¨ªder estudiantil y act¨²a como un dictador militar, con todos los adornos populistas que hemos visto en otras ocasiones pasadas. Sus largos discursos son repetitivos y escasos de contenido, sin la densidad ni la originalidad que ten¨ªa su mentor, Fidel Castro, en los primeros a?os de la revoluci¨®n cubana. Sin embargo, Ch¨¢vez ha demostrado un instinto de supervivencia y un optimismo del que carec¨ªan m¨¢rtires marxistas famosos como el Che Guevara y Salvador Allende. El gran interrogante para el futuro es: ?Cu¨¢nto m¨¢s tiempo podr¨¢ sobrevivir la capacidad de maniobra de Ch¨¢vez en medio del desorden que le rodea?
Traducci¨®n de Mar¨ªa Luisa Rodr¨ªguez Tapia
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