"Los refugios de vegetaci¨®n antiguos nos indican estrategias de conservaci¨®n"
Hace unos 20.000 a?os el continente europeo era pr¨¢cticamente un yermo helado y casi sin vida. Los hielos alcanzaban la l¨ªnea que hoy marcan Alemania u Holanda y, hacia el sur, se extend¨ªa un desierto polar que daba paso a una zona muy similar al actual paisaje siberiano. El mon¨®tono paisaje formado por tundra y estepa, sin embargo, se ve¨ªa alterado por la presencia de peque?os oasis boscosos, algunos de los cuales se han mantenido hasta la actualidad. En uno de ellos, situado en las monta?as griegas de Pindus, Polychronis Tzedakis, investigador de la Universidad de Leeds, est¨¢ reconstruyendo la historia del paisaje de los ¨²ltimos 350.000 a?os para evaluar el impacto de cambios clim¨¢ticos abruptos. El conocimiento adquirido, asegura, es ¨²til para definir mejores estrategias de conservaci¨®n. Tzedakis particip¨® recientemente en unas jornadas sobre cambio clim¨¢tico celebradas en Cosmocaixa de Barcelona.
"La ¨²ltima era glacial ocurri¨® hace unos 20.000 a?os. En ese periodo los ¨¢rboles desaparecieron en Europa"
"El modelo actual predice que la vegetaci¨®n migrar¨¢ hacia el norte para evitar las zonas c¨¢lidas que ascienden desde el sur"
Pregunta. ?Qu¨¦ tienen de particular las monta?as de Pindus?
Respuesta. Es un espacio protegido desde hace a?os situado en el noroeste de Grecia que, por sus caracter¨ªsticas, se ha convertido en un espacio cl¨¢sico para el estudio de los efectos del cambio clim¨¢tico. La presencia de lagos, una topograf¨ªa accidentada y una meteorolog¨ªa muy din¨¢mica han contribuido a hacer de ella una zona refugio de bosques antiguos, como han corroborado estudios paleoecol¨®gicos y gen¨¦ticos.
P. ?Una zona refugio?
R. S¨ª, una especie de oasis que habr¨ªa mantenido condiciones propicias para la conservaci¨®n en periodos glaciales. Gracias a zonas como la de Pindus pudo ser posible la recuperaci¨®n de extensas zonas boscosas en el continente europeo cuando mejoraron las condiciones clim¨¢ticas. Dicho de otro modo: son zonas que permiten reconstruir las respuestas de la vegetaci¨®n al cambio clim¨¢tico.
P. ?C¨®mo se obtienen los datos para esta reconstrucci¨®n hist¨®rica?
R. En esencia, perforamos puntos concretos de un lago, del mar o de un glaciar, por ejemplo, y analizamos la secuencia de los sedimentos que se van depositando a lo largo del tiempo. La reuni¨®n de una comunidad cient¨ªfica muy diversa, entre la que se cuentan expertos en clima, oceanograf¨ªa o polinolog¨ªa, como es mi caso, nos permiten identificar c¨®mo respondi¨® la vegetaci¨®n en el pasado al cambio clim¨¢tico.
P. ?Y qu¨¦ informaci¨®n puede extraerse de un grano de polen?
R. El polen es un material muy resistente y que se conserva bien. Su morfolog¨ªa var¨ªa de una especie a otra, por lo que puede establecerse una correlaci¨®n con la vegetaci¨®n existente en un momento dado o a la largo del tiempo. La toma de muestras en distintas zonas, adem¨¢s, nos permite tejer una red que explicar¨ªa los cambios de vegetaci¨®n en zonas amplias, incluso a escala continental.
P. En general, este tipo de registros no permite retroceder demasiado en el tiempo.
R. En efecto, en los lagos lo normal es tener registros que abarquen 10.000 o 20.000 a?os. Pero en condiciones concretas en las que se dan conformaciones tect¨®nicas que facilitan la continua aportaci¨®n de sedimentos o en cr¨¢teres volc¨¢nicos, puede irse mucho m¨¢s lejos. En Grecia se ha establecido ya un registro continuo de cambios de vegetaci¨®n del ¨²ltimo mill¨®n y medio de a?os. Y en Pindus estamos tratando de reconstruir la historia de los ¨²ltimos 350.000 a?os.
P. La vegetaci¨®n suele adaptarse r¨¢pidamente a las condiciones reinantes. ?Se observan estas adaptaciones en sus registros?
R. Las actuales t¨¦cnicas permiten detectar incluso cambios clim¨¢ticos abruptos, que se producen en unas pocas d¨¦cadas y que, por tanto, ser¨ªan perceptibles en la escala humana. Buena parte de los que hemos detectado, sin embargo, sucedieron en periodos fr¨ªos asociados probablemente con una ralentizaci¨®n s¨²bita de la corriente oce¨¢nica noratl¨¢ntica.
P. ?Con qu¨¦ efectos sobre la vegetaci¨®n?
R. Los efectos pueden llegar a ser extremos, aunque para ello ser¨ªa necesario que la circulaci¨®n oce¨¢nica se detuviera por completo. La ortodoxia apunta a que su velocidad disminuir¨¢ como mucho un 40%. Sea cual sea el caso, la teor¨ªa existente hasta hace poco hablaba de extinci¨®n o de migraci¨®n en situaciones de cambios abruptos. Ahora, no obstante, se considera factible que se hayan dado casos de adaptaci¨®n o incluso de especiaci¨®n aunque sean periodos temporales tan cortos.
P. Pero eso no deja de ser, por ahora, m¨¢s que una hip¨®tesis.
R. La ¨²ltima era glacial ocurri¨® hace unos 20.000 a?os. En ese periodo los ¨¢rboles desaparecieron en Europa. El hielo descendi¨® hasta cubrir lo que hoy es Alemania para extenderse hacia el sur en forma de desierto polar y luego tundra y estepa. Lo que hemos descubierto es que hubo zonas concretas en las que los ¨¢rboles sobrevivieron. Son los refugios, peque?as ¨¢reas libres de hielo, con un microclima propicio en las que los ¨¢rboles pueden mantenerse. A partir de estas zonas, cuando las condiciones clim¨¢ticas mejoraron, se recoloniz¨® el paisaje europeo desde el sur por un proceso de migraci¨®n a trav¨¦s de corredores biol¨®gicos naturales.
P. Por lo que dice, algunas de estas zonas se han conservado hasta el momento actual.
R. Los an¨¢lisis gen¨¦ticos y paleoecol¨®gicos as¨ª lo indican. Son zonas de media monta?a con gran disponibilidad de humedad, variabilidad topogr¨¢fica y dinamismo meteorol¨®gico que ayuden a configurar un microh¨¢bitat. Algunas est¨¢n localizadas pero seguro que hay muchas sin identificar.
P. ?Hasta qu¨¦ punto son valiosos estos refugios?
R. Yo mismo, junto con otros colegas, propusimos hace un tiempo que estas zonas eran importantes no s¨®lo por la supervivencia de especies arb¨®reas sino tambi¨¦n por la acumulaci¨®n de divergencia gen¨¦tica. Muy posiblemente, el efecto isla junto con la permanencia a lo largo del tiempo facilit¨® la aparici¨®n de nuevas especies por simple deriva gen¨¦tica. Por tanto, se trata de zonas con un gran valor para definir mejores estrategias de conservaci¨®n ambiental asociadas o no a cambios clim¨¢ticos abruptos.
P. ?Qu¨¦ significa mejores estrategias de conservaci¨®n?
R. El modelo actual predice que la vegetaci¨®n migrar¨¢ hacia el norte para evitar las zonas c¨¢lidas que ascienden desde el sur. Durante la migraci¨®n se van generando corredores naturales que facilitan el tr¨¢nsito. Mantener esos corredores, por tanto, es b¨¢sico. Pero tambi¨¦n debe de tenerse en cuenta que la fragmentaci¨®n del paisaje y el efecto isla son importantes para preservar la variabilidad gen¨¦tica de plantas end¨¦micas, por ejemplo. Por consiguiente, hay que ser muy cautelosos a la hora de planificar estrategias de conservaci¨®n. Facilitar un corredor biol¨®gico puede ser beneficioso en un caso concreto pero enormemente negativo en otros. De ah¨ª que sea importante la comprensi¨®n de la historia.
P. Del modo c¨®mo lo cuenta parece que sea inminente un cambio clim¨¢tico con efectos devastadores.
R. Llevamos unos 11.500 a?os viviendo en un periodo c¨¢lido. Hay quien sostiene que estamos a punto de llegar su fin y que deber¨ªa seguirle un periodo glacial de no mediar ning¨²n efecto antropog¨¦nico. Pero lo cierto es que hasta ahora nadie ha dado con un patr¨®n espec¨ªfico para entender qu¨¦ ocurri¨® en el pasado. Estamos estudiando un periodo similar al actual de hace unos 400.000 a?os para ver si damos con una pauta. No obstante, un cambio abrupto natural puede suceder en unas pocas d¨¦cadas. Si es de enfriamiento puede suponer, de nuevo, la desaparici¨®n de los bosques. Mantener las ¨¢reas refugio es, pues, un factor cr¨ªtico.
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