"Somos la ¨²ltima esperanza de la 'revoluci¨®n naranja"
La ex primera ministra de Ucrania Yulia Timoshenko, de 45 a?os, confirmada por las urnas como la principal heredera de la Revoluci¨®n Naranja, exhort¨® ayer a sus antiguos aliados de Nuestra Ucrania (NU), el partido del presidente, V¨ªctor Y¨²shenko, a que reconstruyan, junto a ella y al Partido Socialista, la coalici¨®n que inspir¨® a sus conciudadanos en el oto?o de 2004. Tambi¨¦n les advirti¨® que se pasar¨¢ a la oposici¨®n, si NU sella una "absurda" alianza con el Partido Regiones (PR), en nombre de una pretendida unidad entre el Este y el Oeste del pa¨ªs. "Nunca apoyaremos ese timo", dijo Timoshenko en una entrevista con EL PA?S, y a?adi¨®: "Nosotros somos la fuerza unificadora". Con el 98,51% del escrutinio, el bloque de Timoshenko (Byut) lideraba en 14 regiones (incluida Kiev, la capital), mientras que el partido del ex jefe de Gobierno V¨ªctor Yanuk¨®vich, dominaba en 10 territorios del este y del sur, poblados por ruso parlantes, y NU lo hac¨ªa en Lviv, Ivano-Franko y Transcarpatia, tres bastiones occidentales del nacionalismo ucranio.
"S¨®lo puedo influir desde el Ejecutivo: asumir responsabilidades pol¨ªticas sin tener el poder es como ponerse a tocar una pieza de Vivaldi sin instrumento"
"El acuerdo de compra de gas a Rusia [de enero] es opaco y corrupto; desestabiliza el abastecimiento a Ucrania y tambi¨¦n a los pa¨ªses europeos"
Pregunta. ?Qu¨¦ concesiones deber¨ªa hacer el partido de Y¨²shenko tras el resultado?
Respuesta. El gran apoyo que hemos obtenido obliga a las fuerzas que hicieron la Revoluci¨®n Naranja a mantener sus promesas. Adem¨¢s, ahora est¨¢ a la vista cu¨¢l es la contribuci¨®n de cada fuerza a la victoria de la Revoluci¨®n Naranja. El apoyo del electorado significa que identifica a nuestra fuerza pol¨ªtica con la ¨²ltima esperanza de que se cumplan las promesas efectuadas desde todos los maid¨¢n de Ucrania [las plazas donde hubo manifestaciones en el oto?o de 2004]. Esto me obliga a ser responsable y, porque siento esa responsabilidad, intentar¨¦ tener el m¨¢ximo de influencia sobre el poder. No estoy aferrada a los cargos, sino que aspiro al poder como instrumento para cumplir las promesas.
P. El presidente Y¨²shenko se sit¨²a por encima del resultado, con lo que parece apuntar hacia una gran coalici¨®n con el Partido Regiones. ?De qui¨¦n es la responsabilidad del 14% logrado por el partido del presidente?
R. ?stas no son elecciones presidenciales, sino parlamentarias y, de forma indirecta, son tambi¨¦n una elecci¨®n del primer ministro. Nuestra Ucrania no es lo mismo que el presidente, por eso lamento mucho que NU organizara su campa?a centrada en el liderazgo directo de Y¨²shenko y que se dirigiera a los electores con el mensaje de que si votaban por el partido, votaban por Y¨²shenko. Como ya advert¨ª, esto hace reflexionar ahora sobre si ese 14% es para el partido o para el presidente. Yo insisto en que el 14% es para el partido.
P. Siempre trata de salvar a Y¨²shenko.
R. Yo salvo a Ucrania, porque s¨¦ lo que valen todos los pol¨ªticos. No soy una ingenua que no sepa lo que vale cada cual, pero quiero salvar a Ucrania, porque creo que los principios que fueron proclamados durante la Revoluci¨®n Naranja son el ¨²nico futuro de este pa¨ªs. No veo otro, y por eso intento amarrar esta coalici¨®n naranja con todos las posibilidades a mi alcance, incluido un profundo perd¨®n a todos los pol¨ªticos que destrozaron la coalici¨®n y desilusionaron a los ucranios.
P. Alrededor del presidente hay gente influyente que est¨¢n en contra de usted, ?Cree que pueden imponer una gran coalici¨®n para superar la divisi¨®n entre el este y el oeste del pa¨ªs?
R. Los viejos y los nuevos clanes est¨¢n intentando llegar a un acuerdo, que quieren presentar como la gran coalici¨®n de uni¨®n del este y del oeste. Esto no es as¨ª, porque eso nos llevar¨¢ a las tradiciones de la ¨¦poca de Leonid Kuchma y eso no es tolerable. Para unir el este y el oeste es necesario recrear la coalici¨®n naranja y dar a la gente la sensaci¨®n de que impera la ley y que es posible acceder al sistema de justicia, cobrar los salarios y ver atendidos los problemas sociales.
P. ?Aceptar¨ªa ser la presidenta del Parlamento?
R. En ese puesto no podr¨ªa corregir las malas tendencias actuales, como la influencia del gran capital en pol¨ªtica.
P. Es decir, cree que s¨®lo podr¨¢ influir desde el Ejecutivo.
R. Absolutamente. Asumir responsabilidades pol¨ªticas ante la poblaci¨®n sin tener el poder es como tocar una pieza de Vivaldi sin un instrumento en las manos.
P. Usted denuncia la pol¨ªtica de clanes, pero los aludidos dicen que usted tambi¨¦n traer¨¢ a su clan.
R. En las dos veces que he estado en el poder, una como responsable de energ¨ªa y otra como primera ministra, los clanes lograron echarme, porque no pudieron comprarme, ni humillarme ni encarcelarme. Luchan contra m¨ª de este modo porque quiero separar el gran capital de la pol¨ªtica. Nadie, en mi paso por el poder, ha presentado quejas contra m¨ª.
P. ?Denunciar¨¢ el acuerdo de enero para la compra de gas a Rusia?
R. Creo que es un trato opaco y corrupto, que no s¨®lo desestabiliza el abastecimiento de gas a Ucrania, sino tambi¨¦n a los pa¨ªses europeos. Por eso, en el marco de la ley y de los acuerdos ratificados con Rusia, restableceremos nuestro derecho a recibir el gas basado en acuerdos a largo plazo, sin intermediarios, tanto si ¨¦stos se llaman Rosukraenergo como Itera. Ucrania no necesita intermediarios para negociar la compra de gas a Rusia, a Turkmenist¨¢n, a Kazajst¨¢n o Uzbekist¨¢n.
P. ?Replantear¨¢ las privatizaciones?
R. Fueron los jueces, y no el presidente o el primer ministro, que, cuando se les quit¨® la presi¨®n administrativa y la presi¨®n de la corrupci¨®n, comenzaron a examinar de forma honesta las quejas sobre la legalidad de las adquisiciones de la propiedad. Nosotros nos limit¨¢bamos a no presionar a los jueces y la consecuencia fue que la decena de familias que poseen Ucrania montaron un esc¨¢ndalo diciendo que est¨¢bamos reprivatizando la propiedad. En Ucrania nunca hubo una reprivatizaci¨®n o una nacionalizaci¨®n. Yo nunca promulgar¨¦ una ley de nacionalizaci¨®n.
P. ?Qu¨¦ har¨¢ de otro modo si vuelve a ser primera ministra?
R. Mi error fue confiar excesivamente en que yo sola, con ministros que no hab¨ªan sido nombrados por m¨ª, pod¨ªa hacer una profunda reforma para acabar con la corrupci¨®n, los clanes y los oligarcas. Sobrevalor¨¦ mis fuerzas. Tanto los nuevos pol¨ªticos como los viejos se unieron para desacreditarme como primera ministra. Todos estaban de acuerdo en que no necesitaban ser iguales ante la ley y yo sola en ese entorno agresivo, cargu¨¦ con todo el golpe. Para hacer cambios profundos y encauzar los intereses particulares de gente muy fuerte solo se puede trabajar en equipo.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.