Philippe Claudel traza una emotiva alegor¨ªa sobre el exilio y la amistad en 'La nieta del se?or Linh'
El autor qued¨® finalista en el Premio Llibreter 2005 con 'Almas grises', su obra m¨¢s popular
El escritor franc¨¦s Philippe Claudel (Nancy, 1962) adora las pel¨ªculas de Frank Capra. As¨ª, el autor de la exitosa Almas grises -obra finalista en la pasada edici¨®n del Premio Llibreter- reconoce que los personajes bonachones del cineasta le inspiraron para escribir su nueva novela, La nieta del se?or Linh (Salamandra, en castellano, y La Magrana, en catal¨¢n). El protagonista de este emotivo relato es un anciano que huye de la guerra con su nieta, la ¨²nica ilusi¨®n que le queda. "Este libro es una alegor¨ªa o un cuento filos¨®fico sobre el exilio y la amistad", asegura Claudel.
La nieta del se?or Linh se abre con la llegada en barco de un anciano a un pa¨ªs extra?o. Viaja en compa?¨ªa de su nieta, casi una reci¨¦n nacida a la que colma de cari?o: huyen de la terrible guerra que ha arruinado su pa¨ªs. Los paisajes de la novela son indefinidos. El escritor no menciona ni el lugar de origen de esta triste di¨¢spora, ni su puerto de destino, una gran ciudad occidental que desprecia a los extranjeros.
Por sus nombres, apariencia y costumbres el lector deduce que provienen de alg¨²n pa¨ªs asi¨¢tico. "En los cuentos ni se precisan pa¨ªses, ni se citan ¨¦pocas concretas. Adem¨¢s, los personajes parecen arquetipos. Por eso son tan universales. El estilo del libro concuerda con la personalidad del protagonista, un hombre sencillo e ingenuo. He utilizado un lenguaje entre po¨¦tico y na?f".
El desnortado anciano desconf¨ªa al principio de todo el mundo. Apenas le queda nada, excepto la ni?a y un equipaje demasiado ligero. Sin embargo, pronto encontrar¨¢ a un amigo en esa gran ciudad que se mueve con ritmos vertiginosos, tan opuestos a la tranquilidad de su aldea. Gracias al parlanch¨ªn se?or Bark, renacer¨¢ en ¨¦l un poco de alegr¨ªa. "Al releer Almas grises, ca¨ª en la cuenta de que se trataba de un cuento de hadas. Se pod¨ªa adivinar en el libro el castillo de la Bella Durmiente, un ogro, una Caperucita Roja... Todo lo que se lee en la infancia permanece. En realidad, los libros que hablan sobre el exilio o los viajes remiten siempre a la Odisea. El se?or Bark es un aut¨¦ntico ¨¢ngel de la guarda", dice Claudel.
La amistad entre los dos hombres es curiosa, porque se basa en gestos y gui?os. Ninguno de los dos comprende la lengua del otro, lo que no impide el nacimiento de un afecto sincero y creciente. Bark habla sin parar y Linh le escucha con atenci¨®n, aunque no entienda el significado de sus palabras. Eso s¨ª, tienen dos cosas en com¨²n: la soledad que padecen y una pizca de locura al acecho. "El libro habla de la facultad de dos personas para ayudarse. Su relaci¨®n tiene algo de sesi¨®n psicoanal¨ªtica".
Pero como en todos los cuentos, los protagonistas de La nieta del se?or Linh tambi¨¦n deben enfrentarse a villanos feroces. "Sus virtudes contrastan con la actitud de la sociedad, que rechaza a los perdidos, los depresivos, los extranjeros", afirma Claudel, quien subraya el car¨¢cter "ambiguo" de la novela. "Algunos lectores me han dicho que es un relato esperanzador, mientras que otros lo consideran demasiado terrible".
El impactante giro final de la historia a?ade m¨¢s dramatismo a la desventura del se?or Linh, v¨ªctima cr¨®nica de las guerras coloniales. "Hay temas que aparecen recurrentemente en mis libros, como la memoria, el olvido, la guerra o las vivencias cotidianas de personas sencillas. No utilizo nunca experiencias personales, porque me gusta explorar los sentimientos de los dem¨¢s".
La guerra se ha convertido en una obsesi¨®n para Claudel y en trasfondo necesario para su narrativa. "Crec¨ª viendo en la televisi¨®n la guerra de Vietnam. De alguna manera fui un ni?o vietnamita, luego un adolescente liban¨¦s y ahora un adulto iraqu¨ª. Me pregunto c¨®mo es posible que el hombre sea capaz de lo m¨¢s maravilloso y, al mismo tiempo, tan destructivo. Decir que un asesino es un monstruo me parece demasiado rampl¨®n".
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