Un panfleto

Una pregunta se abre en el espectador a la hora de contemplar una pel¨ªcula como En tierra de hombres, un panfleto vulgar hasta la extenuaci¨®n, lacrim¨®geno sin descanso y con m¨¢s agujeros que un queso emmental: ?qu¨¦ hace en ¨¦l una actriz como Charlize Theron, que hasta hace pocas fechas hab¨ªa mantenido un cuidado considerable a la hora de elegir a sus personajes?

Lo cierto es que su caracterizaci¨®n de una mujer valiente y aparentemente desprejuiciada, que asumir¨¢ trabajos en una mina de Minnesota tradicionalmente desempe?ados por hombres, no s¨®lo para encontrarse con el machismo m¨¢s flagrante, sino con su propio pasado, despide un tufo a escandalosa comercialidad, uno de esos trabajos de buena buen¨ªsima a la que el relato somete a multitud de vejaciones s¨®lo para verla, en un final pastelero y repelente, elevarse por encima de todo e imponer la justicia de sus puntos de vista.

Pero al margen de Charlize Theron, lo cierto es que nada funciona en esta pel¨ªcula lastrada por un manique¨ªsmo como hac¨ªa tiempo no ve¨ªamos en una pel¨ªcula supuestamente social, denunciatoria de la condici¨®n de la mujer hace alg¨²n tiempo (recordemos que la acci¨®n transcurre en pasado, entre los a?os setenta y los ochenta) y construida, en realidad, para el mejor lucimiento de su estrella principal.

Ni su descripci¨®n del mundo del trabajo, ni el conflicto de la protagonista con sus progenitores, ni mucho menos un gui¨®n que se saca constantemente de la manga elementos son de recibo. Con lo cual, su visi¨®n queda rigurosamente reservada para progres nost¨¢lgicos y feministas encallecidas... avisados quedan.