El Madrid no evita al Bar?a

Fiel a la tradici¨®n, el Real Madrid perdi¨® como siempre -y ya van unas cuantas- en Bolonia, as¨ª que en vez de con el Olympiakos se las ver¨¢ con el Bar?a en cuartos de final. Un duelo en la cumbre que asegura un representante espa?ol en la Final Four de Praga, pero que complica sobremanera la presencia de los guerreros de Boza Maljkovic en la ciudad centroeuropea. Porque los garbanzos del puchero europeo se los tendr¨¢ que jugar con el rival que no quer¨ªa, al mejor de tres partidos y con el factor cancha en contra. Si no bastan las razones, a nadie se le escapa que el Barcelona de Dusko Ivanovic le saca varios cuerpos de ventaja al Olympiakos, a priori mucho m¨¢s liviano que los azulgrana.

La ausencia de Louis Bullock, aquejado de una gastroenteritis, result¨® fundamental en la debacle madridista en los minutos finales, los que de verdad cuentan. Tambi¨¦n la falta de pegada, por no hablar de la intensidad; con seis balones perdidos en el arranque del duelo, sin ninguna canasta en la buchaca en los cuatro minutos iniciales, el Madrid pag¨® su somnolencia muy cara.

Y eso que el campe¨®n espa?ol se hab¨ªa ganado el respeto de la cancha del Paladozza hasta que los triples de Mancinelli le hicieron hincar la rodilla. Solvente cuando defendi¨® en zona gracias a la labor de Reyes y Hervelle, unos portentos de la pintura, el Madrid fue v¨ªctima de su incapacidad en el frente de ataque. Aunque control¨® el partido casi hasta el final, nunca cosech¨® una renta significativa. Si no apret¨® el acelerador fue porque no quiso o porque no le dio. M¨¢s bien lo segundo, dada la falta de profundidad del banquillo madrile?o, en el que H¨¦ctor Garc¨ªa, Hern¨¢ndez-Sonseca y Sinanovic no pisaron el parqu¨¦.

El Madrid vendi¨® la piel del Climamio antes de cazarlo. Tanto le subestim¨®, tan sobrado se sinti¨®, que entr¨® en el juego soso y descafeinado de los trasalpinos. Lo pagaron Maljkovic, sus muchachos y los aficionados. Un marcador tan bajo es un descr¨¦dito para el espect¨¢culo.