Chirac promulgar¨¢ la ley del contrato juvenil, pero pide cambios sustanciales
El periodo de prueba queda reducido a un a?o, y los empresarios deben justificar el despido
En democracia, la ley votada debe ser respetada, y por ello el presidente Jacques Chirac anunci¨® ayer en una alocuci¨®n radiotelevisada a todo el pa¨ªs que promulgar¨¢ la ley que consagra el pol¨¦mico contrato de primer empleo (CPE), contra el que se han movilizado millones de franceses. A cambio, el jefe del Estado congela la aplicaci¨®n de la ley y pide al Gobierno de Dominique de Villepin que elabore una nueva versi¨®n que reduzca de 24 meses a 12 el periodo de prueba en el que el trabajador puede ser despedido, y que el empresario deba justificar el despido si se produce durante ese tiempo.
Tres de los cinco grandes sindicatos -CGT, FO y CFDT-, as¨ª como las organizaciones estudiantiles no se dieron por satisfechos y mantuvieron la convocatoria de movilizaci¨®n del pr¨®ximo d¨ªa 4 de abril.
Otros entienden que con esta maniobra Chirac devuelve de facto la ley al Parlamento. El ministro del Interior, Nicolas Sarkozy, se pronunci¨® a continuaci¨®n y salud¨® la "sabia decisi¨®n" de Chirac que, en su opini¨®n, abre la puerta "para redactar una nueva ley que permitir¨¢ responder a las cuestiones problem¨¢ticas". La UMP, el partido gubernamental que Sarkozy preside, "acometer¨¢ sin tab¨²es su parte en la elaboraci¨®n de este nuevo texto".
Su palabra era ley. Todo el pa¨ªs contuvo la respiraci¨®n. Son¨® la Marsellesa. "Queridos compatriotas, desde hace varias semanas...", dijo. El sonido estaba descoordinado con la imagen y as¨ª sigui¨® durante casi un minuto. El presidente de la Rep¨²blica hab¨ªa vuelto a usar gafas, todo un s¨ªmbolo. Pero las 24 horas de rumores y especulaciones que Chirac se concedi¨® el jueves tras hacerse p¨²blica la decisi¨®n del Consejo Constitucional dando luz verde a la Ley sobre la Igualdad de Oportunidades, que incluye en su cap¨ªtulo 8 el pol¨¦mico CPE, no cambiaron gran cosa.
La decisi¨®n del jefe del Estado es exactamente la misma oferta que ven¨ªa haciendo durante esta semana Dominique de Villepin a quien quisiera escucharle, casi nadie: de reducir a la mitad el periodo de prueba y establecer que, en cualquier caso, el patr¨®n debe explicarle al trabajador por qu¨¦ le despide.
Chirac insisti¨® en que el CPE es una respuesta al desempleo de los j¨®venes, especialmente de los menos preparados; reconoci¨® el malestar social que hab¨ªa causado, pero critic¨® "los hechos violentos" que han acompa?ado a las manifestaciones y la "tensi¨®n exacerbada entre los estudiantes que quieren ir a la huelga y los que quieren acudir a clase".
Durante unos cuantos minutos, el presidente Chirac desgran¨® su retrato de la crisis. Parec¨ªa que no se decid¨ªa a entrar en materia cuando proclam¨®: "Es tiempo de acabar con esta situaci¨®n". El Parlamento ha votado la ley, el Consejo Constitucional la considera correcta, y a?adi¨®: "He decidido promulgar esta ley (...), pero he pedido al Gobierno que prepare la modificaci¨®n que reduzca de dos a?os a un a?o el periodo de prueba y que incluya que en caso de ruptura el trabajador tendr¨¢ derecho a conocer las razones". "No debe haber ni vencedores ni vencidos, debemos unirnos ahora y cada uno en su lugar debe asumir sus responsabilidades", dijo para finalizar su alocuci¨®n.
El secretario general de Fuerza Obrera (FO), Jean Claude Mailly, consider¨® "incomprensible" e "inaceptable" el discurso del presidente e indic¨® que su sindicato manten¨ªa la convocatoria de huelga para el pr¨®ximo martes d¨ªa 4. De modo similar se pronunci¨® el secretario general de la CGT, Bernard Thibault, para quien al pedir un cambio en las dos condiciones del CPE, Chirac no hace sino mostrar cu¨¢les son los problemas reales del CPE, que no son otros que abrir la puerta a la precarizaci¨®n del empleo.
El primer secretario del Partido Socialista (PS), Fran?ois Hollande, incidi¨® en la ¨²ltima causa pol¨ªtica que se vislumbra tras la decisi¨®n de Chirac de promulgar el CPE, que no es otra que la de sostener a su primer ministro. Para Hollande, en la alocuci¨®n de Chirac subyace "la idea de una maniobra". "Se ha equivocado de objetivo", dijo. "No ha entendido cu¨¢l era su papel. El presidente deber¨ªa haber escuchado a los franceses y no lo ha hecho".
Ayer, los comentaristas pol¨ªticos se?alaban un¨¢nimemente en esa direcci¨®n. Chirac se habr¨ªa convertido en un reh¨¦n de Dominique de Villepin. Una deriva que no deja de ser curiosa para una relaci¨®n de m¨¢s de una d¨¦cada, que parec¨ªa destinada a convertir al primer ministro en el futuro inquilino del palacio del Eliseo.
El semanario L'Express resum¨ªa muy bien la situaci¨®n: "Ante el incendio que se propaga s¨®lo pueden salvarse juntos o quemarse juntos".
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