Todos a la c¨¢rcel
La operaci¨®n que se ha llevado por delante a la alcaldesa de Marbella y a unas veinte personas m¨¢s, entre concejales, funcionarios y asesores de aquel Ayuntamiento, y a promotores y abogados presumiblemente involucrados en un esc¨¢ndalo sin precedentes en nuestra democracia, ha revelado hasta qu¨¦ extremos el abuso de poder y la falta de escr¨²pulos, impulsan la corrupci¨®n urban¨ªstica. Un eficaz despliegue policial ha desalojado y registrado las dependencias municipales, y diversos domicilios y despachos, no s¨®lo en Marbella. El glamour de la alcald¨ªa marbell¨ª grab¨® su rostro en una s¨¢bana, y no en el papel couch¨¦ donde se negocian las aventuras del coraz¨®n y del pelotazo, ha dado en la sordidez de un calabozo, para compartir seguidamente prisi¨®n incondicional con su asesor municipal de urbanismo y uno de los empresarios implicados en el asunto. Mientras, una oriolana ha respondido a la pregunta de un redactor de este diario: "?El Ayuntamiento de Orihuela? Como el de Marbella. ?Todos a la c¨¢rcel!". La se?ora interpelada y tan expedita en su r¨¦plica quiz¨¢ no conozca o no recuerde, como el presidente de la Generalitat, Francisco Camps, la presunci¨®n de inocencia, que ha invocado, ante las denuncias de corrupci¨®n que se atribuyen reiteradamente a ciertos cargos del PP. Una invocaci¨®n la suya razonable, pero que no lo exonera de su responsabilidad pol¨ªtica, ni solapa otra norma constitucional, que exige a los poderes p¨²blicos la observancia de regular la utilizaci¨®n del suelo, de acuerdo con el inter¨¦s de la mayor¨ªa, para impedir su especulaci¨®n. Y es, en este punto, donde el presidente Camps pretende evadirse de sus obligaciones y mantener un silencio, que el cronista no sabe si es c¨®mplice de todo un inventario de fechor¨ªas sujetas a la investigaci¨®n fiscal, pero s¨ª que exhibe una actitud equidistante de la pasividad y de la escama. Actitud que, como afirma Gl¨°ria Marcos, coordinadora de EUPV, puede hacer que Camps "pase a la historia como el presidente de uno de los periodos m¨¢s negros de nuestra democr¨¢tica, si no act¨²a". Hasta el jefe provincial del PP, en Alicante, Jos¨¦ Joaqu¨ªn Ripoll, y su maestro y cuentacuentos de la oposici¨®n mayoritaria, Eduardo Zaplana, a cuya sombra se enfanga Terra M¨ªtica y se descomponen los contratos falsos con el cantante Julio Iglesias, azuzan a Camps para que afronte una situaci¨®n que califican de triste. Solo faltaban las cintas del empresario Fenoll y del edil Ferr¨¢ndez, que tanto salpican al alcalde Jos¨¦ Manuel Medina, para que la vara de medir medi¨¢tica diera la magnitud de lo que se est¨¢ cociendo en Orihuela. Un Camps superado, duda ya hasta del fiscal anticorrupci¨®n, cuya denuncia de 30 supuestos hechos delictivos, por ahora, la ha admitido a tr¨¢mite la juez correspondiente, y arremete contra una oposici¨®n que lo balda a base de razones y argumentos. El cronista considera que lo peor no es que Camps cave su propia fosa, sino que cave la fosa del paisaje, de la imagen y de la iniciativa de un pa¨ªs que ni acepta ni entiende. Qu¨¦ disparatado empe?o.
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