La controvertida oportunidad nuclear
Recobra protagonismo como fuente energ¨¦tica por la carest¨ªa del crudo y el gas y la incertidumbre sobre su abastecimiento
La escalada en los precios del combustible f¨®sil (petr¨®leo, gas y carb¨®n), la inseguridad en su abastecimiento, puesta de relieve en enero con el corte del suministro de gas de Rusia a Ucrania, y el coste de los compromisos medioambientales adquiridos para evitar emisiones de CO2 a la atm¨®sfera, explican el que haya resurgido el debate sobre el futuro de la energ¨ªa nuclear en la producci¨®n de electricidad tras d¨¦cadas en las que no se han autorizado y construido estas centrales. El insuficiente desarrollo de las energ¨ªas renovables hace imposible confiarles a corto plazo todo el peso de la sustituci¨®n de combustibles f¨®siles y del incremento adicional esperado de la demanda el¨¦ctrica.
La financiaci¨®n de una central nuclear es m¨¢s cara y m¨¢s sensible a las variaciones de los tipos de inter¨¦s que las de otras centrales t¨¦rmicas
La nuclear, argumentan sus defensores, presenta, entre otras, las siguientes ventajas: contribuye a garantizar el suministro por su funcionamiento ininterrumpido en ciclos de hasta 24 meses; contribuye a controlar el efecto invernadero, ya que no emite CO2; consume un combustible abundante y que presenta una log¨ªstica de aprovisionamiento diversificada y fiable; presenta costes de producci¨®n estables y predecibles a largo plazo; dispone para su operaci¨®n, mantenimiento y soporte t¨¦cnico de unos equipos humanos altamente cualificados, y presenta todas las garant¨ªas de seguridad con la supervisi¨®n de un ¨®rgano independiente que s¨®lo rinde cuentas al Parlamento en el caso espa?ol.
Al margen de que algunas de estas "ventajas" son discutibles a juicio de instituciones y sectores cr¨ªticos con la energ¨ªa nuclear, defensores y detractores coinciden en que estas centrales requieren una gran inversi¨®n inicial en capital cuya recuperaci¨®n exige de largos periodos de tiempo con un entorno regulatorio estable.
Pese a su defensa de esta energ¨ªa, y a que no hay impedimento legal hoy en Espa?a para tramitar una solicitud de licencia para una nueva nuclear, ninguna el¨¦ctrica se lo plantea. Es imposible abordar un proyecto complicado y oneroso como el relanzamiento de nuevas nucleares, se?alan operadores y expertos, sin que se establezca previamente un marco pol¨ªtico y un cierto consenso social que ofrezca garant¨ªas a las empresas y a sus financiadores de que no va a haber cambios regulatorios que desbaraten las condiciones inicialmente previstas para unas inversiones a muy largo plazo.
Es una condici¨®n necesaria pero no suficiente, agregan los expertos. Las el¨¦ctricas van a exigir tambi¨¦n para afrontar estas inversiones que se les asegure previamente un reconocimiento de las mismas y una retribuci¨®n suficiente y estable en el tiempo al dinero y a los esfuerzos comprometidos.
Seg¨²n datos de una el¨¦ctrica espa?ola que hace generaci¨®n con todo tipo de combustible, en las nuevas centrales el kilovatio instalado les cuesta en torno a 500 euros en ciclos combinados; 800 en t¨¦rmicas tradicionales; 2.000 en hidr¨¢ulicas, pero ya no hay posibilidad de instalar m¨¢s en Espa?a, y entre 1.000 y 1.200 en e¨®licas hasta ahora y el doble en las nuevas instalaciones. El kilovatio instalado en las nucleares, seg¨²n datos de las nuevas centrales francesas, se sit¨²a en 2.000 euros.
Pero la vida ¨²til de las t¨¦rmicas oscila entre 30 y 35 a?os, seg¨²n las el¨¦ctricas, frente a los casi 60 a?os que se est¨¢ empezando a conceder a algunas nucleares en el mundo. Y el combustible supone del 3% al 5% de sus costes de producci¨®n y cerca del 60% en gas.
La financiaci¨®n de nuevas nucleares en Espa?a, se?alan el¨¦ctricas y fabricantes de equipos, no es un impedimento. Hay dinero en el mercado y las empresas est¨¢n saneadas y pueden afrontar su construcci¨®n. No es problema de avales y subvenciones, y las tarifas van a desaparecer en 2011, recuerdan. El mayor impedimento, reiteran, es la falta de consenso social y de un marco pol¨ªtico estable para esta opci¨®n energ¨¦tica.
Expertos del sector coinciden en parte con estos argumentos, pero agregan que en un marco liberalizado a las empresas les resulta m¨¢s f¨¢cil ajustar su oferta a precios altos o bajos del mercado con las centrales de ciclo combinado que con las nucleares. Y que a las el¨¦ctricas les resultar¨ªa muy dif¨ªcil encontrar hoy financiaci¨®n para estas centrales en Espa?a. Las entidades no van a querer intermediar en estos proyectos salvo que existan garant¨ªas p¨²blicas. La nuclear es una tecnolog¨ªa de riesgo, agregan, que no tiene solucionado a¨²n el tema de los residuos ni se conoce cu¨¢nto puede costar realmente su gesti¨®n.
La financiaci¨®n de la construcci¨®n de una nuclear, agregan, est¨¢ sometida a riesgos mayores que los de una central de gas y por eso va a resultar m¨¢s cara. Tambi¨¦n va a ser mucho m¨¢s sensible al movimiento de los tipos de inter¨¦s. Cada 100 puntos b¨¢sicos de inter¨¦s puede suponer una variaci¨®n en la financiaci¨®n de 2,4 euros por megavatio hora, estiman estos expertos, considerando una vida ¨²til de 40 a?os para la nueva central. Las centrales que est¨¢n en funcionamiento tienen una vida ¨²til de 25 a?os, por lo que el coste de su financiaci¨®n ser¨ªa el doble.
Los defensores de la energ¨ªa nuclear esgrimen costes relativos muy inferiores del kilovatio hora producido por estas centrales frente al coste del kilovatio generado a partir de otros combustibles.
Los cr¨ªticos, sin embargo, replican que no es oro todo lo que reluce. "La nuclear est¨¢ muy subvencionada porque muchos de los costes en los que incurre se vierten sobre el consumidor de la electricidad sin que eso se refleje de forma clara en el precio del kilovatio hora nuclear". La internalizaci¨®n de esos costes, gesti¨®n de residuos radioactivos y desmantelamiento de las centrales tras finalizar su vida ¨²til, entre otros, "puede incrementar hasta en un 50% los costes del kilovatio nuclear".
Los mayores consumidores de energ¨ªa, la gran industria, los grandes grupos energ¨¦ticos y los fabricantes de equipos, esgrimen estas ventajas -supuestas o reales- de precio y de seguridad de suministro y presionan con desigual ¨¦xito en todos los pa¨ªses a favor de las centrales at¨®micas. En los pa¨ªses occidentales, donde hay un mayor rechazo social a la energ¨ªa nuclear (en la UE s¨®lo un 12% de los ciudadanos la apoya), s¨®lo Finlandia est¨¢ construyendo hoy una central.
En Espa?a, en este momento la situaci¨®n respecto a las nucleares es la siguiente: el PSOE, en su programa para las elecciones generales de 2004, propuso el abandono progresivo de la energ¨ªa nuclear, cerrando las centrales cuando agotasen su vida ¨²til. En mayo de 2005, durante el debate del estado de la naci¨®n, el presidente Zapatero se comprometi¨® a poner en marcha una mesa de di¨¢logo sobre la evoluci¨®n de la energ¨ªa nuclear en Espa?a. Mesa convocada unos meses despu¨¦s por el Ministerio de Industria, que cuenta con un calendario concreto de temas a abordar y que ya ha celebrado sus primeras reuniones.
El objetivo ¨²ltimo de la mesa de di¨¢logo es contar con un resumen de conclusiones antes del pr¨®ximo debate sobre el estado de la naci¨®n previsto para junio. En cualquier caso, seg¨²n fuentes de la Administraci¨®n y de las empresas, no se espera ninguna decisi¨®n tajante sobre el tema en esta legislatura y en la pr¨®xima probablemente se cuente ya con un pronunciamiento claro de la UE que ampare la pol¨ªtica nacional que finalmente se adopte. Un escenario que hace muy improbable que pudiese entrar en funcionamiento ninguna nueva central nuclear en Espa?a, si finalmente se opta por esta alternativa, antes de 2015.
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