El ¨²ltimo carpintero de ribera
El donostiarra Xabier Agote recupera las embarcaciones tradicionales vascas con las t¨¦cnicas de la ¨¦poca
Mientras los amigos pensaban en navegar a bordo de un yate de 15 metros de eslora, Xabier Agote (San Sebasti¨¢n, 1964) observaba con admiraci¨®n las peque?as embarcaciones de madera que estaban atracadas en el puerto. Txalupas y traineras firmes y sencillas en apariencia, cuya construcci¨®n se hab¨ªa afinado a lo largo de los siglos, pero que ya mostraban los signos de la decadencia. El poli¨¦ster estaba ganando la partida. "Cuando, a los 18 a?os, ya me decid¨ª por aprender el oficio, me puse a buscar alg¨²n carpintero de ribera que me lo ense?ara, pero llegu¨¦ tarde: los que quedaban no ten¨ªan ganas porque aquello estaba en la m¨¢s absoluta decadencia", recuerda.
Eran a?os de la crisis total en los grandes astilleros vascos, mientras los peque?os artesanos ve¨ªan como los nuevos materiales y procesos t¨¦cnicos arrinconaban las que se hab¨ªan aplicado durante siglos, s¨®lo alteradas por la invenci¨®n de la electricidad. "Al final, descubro que en el Museo Mar¨ªtimo de Maine, en Estados Unidos, cuentan con una escuela en la que se ense?aba a hacer barcos a la manera tradicional. En aquella ¨¦poca, nadie entend¨ªa mi decisi¨®n, mis padres pensaban que estaba loco". Pero Agote no era el ¨²nico en el mundo que ten¨ªa esas inquietudes. "Tarde varios a?os en acceder a la escuela, tiempo que dediqu¨¦ a viajar y aprender ingl¨¦s".
Una vez en Maine no s¨®lo aprende el oficio, tambi¨¦n se curte en la navegaci¨®n en todo tipo de embarcaciones. Esto le servir¨¢ en su proyecto futuro, que va madurando durante su estancia en EE UU: recuperar las embarcaciones tradicionales vascas, s¨ª, pero tambi¨¦n navegar en ellas. Sin embargo, las cosas no son tan f¨¢ciles: pasar¨¢n varios a?os hasta que consiga poner en pr¨¢ctica su sue?o; un tiempo que ocupa embarcado en un pesquero de verdel, recuperando por su cuenta viejos pecios que encuentra en los puertos de Guip¨²zcoa (tarea con la que complementa su formaci¨®n de carpitero de ribera), sin olvidar su pasi¨®n aventurera. Con poco m¨¢s de 30 a?os tiene en su curr¨ªculum varias traves¨ªas transatl¨¢nticas.
Pero su mirada estaba puesta en el astillero. Y como no tiene la ayuda de las instituciones vascas, busca para financiar su primer proyecto la colaboraci¨®n de la di¨¢spora. "Para construir mi primera embarcaci¨®n, una trainera de pesca del siglo XIX, que llam¨¦ Ameriketatik, me tuve que ir hasta Maine, y me la financiaron los centros vascos. Fue un trabajo costoso, pero al final mereci¨® la pena, porque con Ameriketatik naci¨® la Fundaci¨®n Albaola [para el proyecto de recuperaci¨®n de la construcci¨®n naval tradicional] y el astillero Ontziola", indica.
Xabier Agote resume con su optimismo contagioso un trabajo de a?os, pero que s¨ª tuvo, efectivamente, su impulso con Ameriketatik. Aquella reproducci¨®n fidedigna de una embarcaci¨®n hist¨®rica abr¨ªa las puertas al inter¨¦s por la arqueolog¨ªa mar¨ªtima en el Pa¨ªs Vasco. Ameriketatik naveg¨® por las aguas del r¨ªo Hudson, pero tambi¨¦n por toda la costa vasca, en agradecimiento a la colaboraci¨®n que hab¨ªan prestado los centros vascos, con 29 escalas en las que incorporaban tripulaciones locales.
"Estamos convencidos de que hay que rescatar la cultura mar¨ªtima, aunque est¨¢ considerada el sector residual de la cultura", dice. Y Xabier Agote lo argumenta: "La construcci¨®n de barcos ha sido durante siglos la actividad econ¨®mica m¨¢s importante del Pa¨ªs Vasco. Aqu¨ª se hac¨ªan embarcaciones para la Corona de Espa?a, pero tambi¨¦n para otros reinos europeos. Los barcos vascos protagonizaron el descubrimiento de las Indias, por ejemplo". Lo cierto es que el pa¨ªs ten¨ªa todas las condiciones para gozar de ese primer puesto en la industria astillera: ten¨ªa bosques, hierro de excelente calidad, posibilidad de energ¨ªa hidr¨¢ulica, excelentes comunicaciones con Europa y Castilla; es m¨¢s, era la v¨ªa de comunicaci¨®n natural entre el interior de la pen¨ªnsula y el continente.
"Y el de la peque?a historia es otro de nuestros ¨¢mbitos de investigaci¨®n y difusi¨®n. Hemos puesto en marcha un programa, Oihenetik itxasora (Del bosque al mar), en el que queremos plasmar la relaci¨®n que hab¨ªa entre la costa y el interior, mucho m¨¢s vinculado al mar de lo que se piensa: el transporte del hierro y la madera hasta los astilleros, la elaboraci¨®n de sidra como bebida para las traves¨ªas, ya que el agua acababa pudri¨¦ndose.... Hasta los remos se fabricaban en el interior, en los bosques, porque era m¨¢s f¨¢cil su transporte. Nosotros queremos recuperar todo ese proceso, desde el trabajo en el bosque hasta la botadura de una embarcaci¨®n realizada con c¨¢?amo, lino y brea de pino, sin emplear la energ¨ªa el¨¦ctrica". Parece incre¨ªble, pero para alguien como Xabier Agote que est¨¢ dispuesto a construir una nao ballenera no hay nada imposible.
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