Berlusconi aprovecha el ¨²ltimo debate para prometer una reducci¨®n de impuestos
El candidato de la derecha lanz¨® su propuesta al final, cuando Prodi ya no pod¨ªa responderle
Silvio Berlusconi no fue Berlusconi en el primer debate televisivo con su rival de centro-izquierda, Romano Prodi. En el segundo y definitivo, anoche, rompi¨® las costuras de su propia leyenda: en el ¨²ltimo minuto, cuando ya nadie pod¨ªa preguntarle c¨®mo, anunci¨® la abolici¨®n del impuesto sobre la casa. "S¨ª, s¨ª, hab¨¦is o¨ªdo bien", dijo a los italianos, sonriente y se?alando a la c¨¢mara como un vendedor de Teletienda. La promesa del presidente del Gobierno, que supondr¨ªa una sensible reducci¨®n de la presi¨®n fiscal, coloc¨® entre interrogantes el resultado de un debate en el que Il Cavaliere se mostr¨® agresivo y Romano Prodi, a¨²n por delante en los sondeos, opt¨® por un tono sereno y conciliador.
Ambos candidatos pusieron en duda la credibilidad del otro ante la cita con las urnas de los pr¨®ximas d¨ªas 9 y 10. Prodi se pregunt¨® en qu¨¦ pa¨ªs viv¨ªa Berlusconi cuando hablaba de una Italia en alza y con unas cuentas p¨²blicas "en orden". "El presidente del Gobierno se agarra a las cifras como los borrachos se agarran a las farolas: no para ver mejor, sino para no caerse", dijo Il Professore.
Berlusconi se mostr¨® escandalizado y exigi¨® a su rival que dejara de llamarle "borracho". Poco despu¨¦s se tom¨® la revancha llamando a Prodi "tonto ¨²til" y asegur¨® que los "aut¨¦nticos l¨ªderes de la izquierda", los jefes de los partidos, se desprender¨ªan de ¨¦l en cuanto dejaran de necesitarle como "hombre de paja".
Il Cavaliere record¨® que los aliados de Prodi ya le hab¨ªan abandonado en 1998, cuando los diputados de Refundaci¨®n Comunista le negaron sus votos e hicieron caer su Gobierno. Berlusconi busc¨® una y otra vez ese flanco d¨¦bil de su adversario: "No ganar¨¢, pero si gana no durar¨¢", vaticin¨®.
Ambos reconocieron que la campa?a era muy ¨¢spera, pero hicieron lo necesario para mantenerla en ese tono. Berlusconi, sobre todo, buf¨® y se carcaje¨® ocasionalmente, fuera de c¨¢mara, mientras Prodi respond¨ªa a las preguntas. El l¨ªder del centro-izquierda prefiri¨® no caer en provocaciones y trat¨® de aparecer sereno y conciliador. Tuvo que hablar, y mucho, de impuestos, sin disipar la impresi¨®n de que ese era para ¨¦l terreno minado.
Prodi hab¨ªa admitido el pasado domingo que su coalici¨®n hab¨ªa cometido "errores" y "fallos de comunicaci¨®n" al hablar de fiscalidad. Sobre todo al referirse al impuesto de sucesi¨®n, suprimido por el Gobierno de Berlusconi en la legislatura reci¨¦n concluida y que el centro-izquierda quiere restablecer. Fue el propio Prodi quien dijo, la semana pasada, que ser¨ªan gravadas todas las herencias de valor superior a 250.000 euros. Su aliado Fausto Bertinotti, l¨ªder de Refundaci¨®n Comunista y t¨®tem de la extrema izquierda en la coalici¨®n prodiana, rebaj¨® la cifra a 180.000 euros. Los italianos, alarmados, empezaron a palparse el bolsillo.
Prodi: "Nos equivocamos"
"Nos equivocamos", confes¨® Prodi, "y ahora, despu¨¦s de haber reflexionado, puedo decir que s¨®lo se aplicar¨¢ el impuesto sobre herencias superiores a varios millones de euros". "Soy consciente de que 180.000 euros es lo que vale un piso de 80 metros en un barrio perif¨¦rico", agreg¨® el domingo.
Ayer, en t¨¦rminos m¨¢s vagos, asegur¨® que se limitar¨ªa a aumentar los impuestos para los m¨¢s ricos y a combatir la evasi¨®n fiscal, estimada en 200.000 millones de euros anuales, "con todo el peso de la ley".
A Romano Prodi le correspondi¨® el primer turno a la hora de enviar un mensaje directo a los italianos. En el primer debate habl¨® del derecho a "un poco de felicidad" y anoche mantuvo ese rumbo. "Italia no debe llegar nunca m¨¢s al actual grado de divisi¨®n", dijo, con la acusaci¨®n impl¨ªcita de que la inefable personalidad de Berlusconi y su dominio sobre los medios de comunicaci¨®n hab¨ªan partido en dos a la sociedad y hab¨ªan generado crispaci¨®n. Il Professore lanz¨® ese mensaje final sin demasiada convicci¨®n, con la prudencia de quien se sabe por delante en los sondeos y no quiere dar un paso en falso.
Il Cavaliere ten¨ªa que arriesgar, y arriesg¨®. Dio "s¨®lo tres razones" por las que a los italianos les conven¨ªa votarle a ¨¦l: porque sus adversarios eran comunistas mal avenidos, porque iban a subir los impuestos y porque (y ah¨ª acentu¨® el blanco de la sonrisa) ¨¦l iba a suprimir el ICI, el equivalente del Impuesto sobre Bienes Inmuebles espa?ol.
Lo hizo con el talento innato de quien vende la Fontana di Trevi a un turista americano, cuando ya nadie pod¨ªa preguntarle c¨®mo se financiar¨ªan los ayuntamientos sin ese impuesto, cuando Prodi estaba obligado a guardar silencio.
El 87% de las familias italianas poseen casa propia. La abolici¨®n del impuesto sobre inmuebles ser¨ªa, sin lugar a dudas, una medida popular¨ªsima entre los electores. Qued¨® en el aire un interrogante que podr¨ªa ser decisivo en las elecciones del pr¨®ximo fin de semana: ?segu¨ªan creyendo los italianos en las promesas de Silvio Berlusconi?
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