Hallados muertos tres hermanos venezolanos secuestrados hace 38 d¨ªas

Los cuerpos de los hermanos Bryan, Kevin y Jason Faddoul Diab, de 12, 14 y 17 a?os, respectivamente, hijos de un empresario canadiense de origen liban¨¦s, fueron localizados el martes en una zona boscosa junto al de Miguel Rivas, de 30 a?os, ch¨®fer de la familia. Los cuatro hab¨ªan sido secuestrados 38 d¨ªas antes por supuestos agentes policiales. El crimen ha consternado el pa¨ªs, aunque en Venezuela ocurren dos asesinatos de promedio cada hora.

El pasado domingo, mediante una plegaria, el reci¨¦n nombrado cardenal Jorge Urosa intent¨® convencer a los secuestradores de los hermanos Faddoul y al ch¨®fer de la familia, de devolverles la libertad sin m¨¢s demora. Pero, de acuerdo a los an¨¢lisis forenses, es muy probable que para el momento de la oraci¨®n, ya las cuatro v¨ªctimas del secuestro estuviesen muertos.

Los delincuentes, que durante 38 d¨ªas hab¨ªan tenido en su poder a los tres hermanos -uno de ellos, Kevin, minusv¨¢lido- y al ch¨®fer, los asesinaron durante el fin de semana mediante disparos de escopeta a la cabeza y abandonaron los cuerpos en una zona boscosa de San Francisco de Yare, en el Estado de Miranda, vecino de la capital de Venezuela.

El desenlace del caso se conoci¨® por la noche. Agentes de la polic¨ªa municipal de Yare encontraron los cad¨¢veres uno al lado del otro. A pesar de estar en proceso de descomposici¨®n, varios indicios apuntaban hacia los Faddoul y su ch¨®fer: se trataba de un adulto, un joven y dos ni?os. Los tres muchachos vest¨ªan a¨²n las camisetas del colegio Nuestra Se?ora del Valle, un instituto educativo de Bella Vista, barriada de clase media del oeste de Caracas. Uno de ellos presentaba una deformidad cong¨¦nita en las piernas.

A las pocas horas, un t¨ªo de los ni?os, Jos¨¦ Faddoul, identific¨® los cuerpos. El ministro del Interior y Justicia, Jesse Chac¨®n, ofreci¨® una declaraci¨®n casi a la medianoche para expresar su p¨¦same a las familias de las v¨ªctimas. "Lamentamos profundamente que, a pesar de los esfuerzos realizados por tantas personas, no hayamos podido evitar este crimen abominable", dijo.

La consternaci¨®n en el pa¨ªs es generalizada. A pesar de que en Venezuela se registran en promedio dos asesinatos cada hora, el caso Faddoul ha ido m¨¢s all¨¢ de las abarrotadas p¨¢ginas de sucesos. Ayer se produjeron diversas manifestaciones tanto en Caracas como en otras ciudades. En la zona donde reside la familia, vecinos y compa?eros de estudio de los muchachos cerraron una avenida principal y en la cercana Universidad Cat¨®lica Andr¨¦s Bello los estudiantes cortaron una autopista.

Hacia el final de la tarde se registraron escaramuzas entre los manifestantes y personas que quer¨ªan transitar por esta v¨ªa. Jorge Aguirre, reportero gr¨¢fico de ?ltimas Noticias, falleci¨® tras ser alcanzado por una bala aparentemente disparada por un hombre que se desplazaba en una motocicleta semejante a las utilizadas por la polic¨ªa de Caracas.

Los hermanos Faddoul fueron secuestrados al amanecer del pasado 23 de febrero cuando se dirig¨ªan al colegio en un autom¨®vil conducido por Miguel Rivas. Individuos que vest¨ªan el uniforme de la Polic¨ªa Metropolitana de Caracas hab¨ªan montado un puesto de control en una calle de la urbanizaci¨®n. Rivas detuvo el veh¨ªculo y los agentes lo abordaron, dando comienzo al drama.

Un d¨ªa despu¨¦s, la familia Faddoul recibi¨® la primera llamada de los secuestradores, quienes les indicaron d¨®nde localizar el coche. En un segundo contacto hicieron saber sus exigencias: 10.000 millones de bol¨ªvares (unos 3,8 millones de euros). Fue entonces cuando los Faddoul, gente de clase media dedicada al comercio, denunciaron el caso ante las autoridades.

Al menos dos funcionarios de la Polic¨ªa Metropolitana han sido se?alados como parte de la banda que ejecut¨® el secuestro. Ambos desaparecieron de sus puestos de trabajo despu¨¦s de que agentes comenzaran a investigarlos. El director de la Polic¨ªa Cient¨ªfica, Marcos Ch¨¢vez, adelant¨® que los secuestradores podr¨ªan haber asesinado a sus v¨ªctimas en medio de la desesperaci¨®n que les produjo el no poder cobrar el rescate.