El porvenir ser¨¢ de los artistas
El crecimiento se apoya actualmente en tres pilares: Tecnolog¨ªa, Talento y Tolerancia. Estas tres Tes que enunci¨® Richard Florida en The Flight of the Creative Class (HarperCollins, 2005) han cuajado, aqu¨ª y all¨¢, como f¨®rmula contempor¨¢nea para el progreso. Ni la amenaza de la deslocalizaci¨®n industrial, ni el outsourcing de numerosos servicios son comparables al pavor que est¨¢ sembrando en Estados Unidos la emergencia de nuevos centros creativos m¨¢s all¨¢ de sus lindes.
Efectivamente, Estados Unidos lleg¨® al primer puesto mundial por la reuni¨®n de factores geopol¨ªticos y religiosos, ideol¨®gicos y materiales pero un motor central de su desarrollo y de su influencia cultural procede del apretado grupo de creadores e innovadores, tanto aut¨®ctonos como de importaci¨®n europea.
La alarma pues m¨¢s viva en el universo productivo norteamericano radica hoy en la emergencia de "ciudades inteligentes" o "comunidades creativas" desde Noruega a Singapur, desde Bombay a Dubai, que atraen la potencia de profesionales-artistas antes casi exclusivamente orientados hacia su territorio. Son ¨¦stas gentes relacionadas con la tecnolog¨ªa y las comunicaciones, con las estrategias de marketing y el mundo del espect¨¢culo pero todos imbuidos de una capacidad creadora.
Adem¨¢s de los varios millones de puestos de trabajo industrial que han emigrado desde Occidente a zonas de Asia o Latinoam¨¦rica en estos a?os, hasta veinte millones de empleos m¨¢s pueden desaparecer en una d¨¦cada, seg¨²n las previsiones realizadas en Estados Unidos. ?Cierre a la producci¨®n exterior? ?Proteccionismo ante las mercanc¨ªas y los servicios provenientes de Brasil, China o India? La ¨²nica forma de contrarrestar este movimiento consistir¨ªa en favorecer tanto el talante creador como la cohesi¨®n y conectividad social a trav¨¦s de las prestaciones que brindan las nuevas tecnolog¨ªas.
Espa?a acaba de descender dos puestos en el ranking tecnol¨®gico internacional y no se trata tan s¨®lo de un descenso en medios t¨¦cnicos. Tambi¨¦n significa un grado de ignorancia m¨¢s sobre el futuro social y pol¨ªtico del mundo. Singapur desarrolla desde hace a?os su Intelligent Island Plan, Jap¨®n invierte sin cesar en su programa interurbano llamado Teletop¨ªa. California extiende, desde 1996, su proyecto de Comunidades Inteligentes (Smart Communities). En Espa?a -como en Francia o Italia- se han ensayado con timidez procesos que todav¨ªa son rarezas. El Talento es un factor de primera necesidad pero se malbarata sin la Tecnolog¨ªa apropiada.
Es necesario, adem¨¢s, el concurso de la tercera T, la Tolerancia, que viene a ser lo m¨¢s sugestivo del tri¨¢ngulo. Gracias a la tolerancia, sobre usos, credos o fantas¨ªas divergentes, se favorecen s¨ªntesis ins¨®litas, conocimientos que florecen sobre el contraste puesto que la diferencia es el fil¨®n de la informaci¨®n y la materia prima del conocimiento. M¨¢s all¨¢ de una categor¨ªa moral, la Tolerancia es un factor productivo y reproductivo, de modo que si el cruce de saberes cre¨® el salto renacentista, esta ¨¦poca de mestizaje podr¨ªa recobrar los provechos art¨ªsticos de las mixturas.
Significativamente, entre los pa¨ªses que han prosperado mejor en los ¨²ltimos 15 a?os destacan aquellos que mantuvieron o introdujeron programas educativos con contenidos art¨ªsticos. El ¨¦nfasis en las ense?anzas t¨¦cnicas sin el acompa?amiento de una formaci¨®n en humanidades se ha revelado un mal¨ªsimo negocio para todos. Aprendida esta lecci¨®n, el Sithx College de la Universidad de California en San Diego, referencia en la formaci¨®n vanguardista para el siglo XXI, ha apuntalado las horas destinadas a asignaturas de cultura universal tanto como las dedicadas a las nuevas tecnolog¨ªas. La tozuda idea de que la econom¨ªa y las humanidades, el arte y la t¨¦cnica, son antagonistas se colapsa en la actual sociedad del conocimiento y de la innovaci¨®n sin fin. ?Artistas todos? Cualquiera puede aspirar a ser ciudadano-artista. S¨®lo los artistas -y no los funcionarios, no los fan¨¢ticos- encontrar¨¢n garantizado el porvenir.
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