Marbella, el PSOE y Chaves
La estampida suele ser provocada por quienes tratan de ocultar, tras su polvareda, la vileza del cuatrero que quiere que nadie se percate de su proceder apropi¨¢ndose de lo que no es suyo sino que es de otro o es de todos. Contra la estrategia de la estampida no cabe otra cosa que la estrategia de la realidad y de los hechos. Creo que el criminal nunca gana y que la verdad se impone. Para que se abra paso, es necesario precisar hechos contundentes y comprobables, imposibles de deformar por quienes cobran por decir lo que no es o por decir s¨®lo la parte que conviene a la mano que les mece la cuna.
En primer lugar, Gil gobern¨® Marbella tras las elecciones de 1991. Hasta entonces y desde 1979, todos los alcaldes de Marbella fueron socialistas. Uno de ellos, Alfonso Ca?as, pidi¨® a la Fiscal¨ªa Anticorrupci¨®n que investigara el enriquecimiento de los concejales de las dos primeras corporaciones, incluidos los del PSOE. Tambi¨¦n denunci¨® al entonces presidente del gobierno, Felipe Gonz¨¢lez, la corrupci¨®n que destacados personajes socialistas practicaban en Marbella, pero no fue escuchado. Es m¨¢s, dijo tener una lista de personalidades relevantes del socialismo espa?ol que le hab¨ªan propuesto operaciones urban¨ªsticas "dudosas", pero ni siquiera la direcci¨®n andaluza del PSOE le hizo caso.
De ser cierto el hecho de que los maletines volaban en Marbella, como ha dicho recientemente Chaves, habr¨¢ que tener en cuenta que fue el socialista Alfonso Ca?as quien dijo alto y claro que exist¨ªan "corruptelas, sobres y maletines para la concesi¨®n de licencias urban¨ªsticas" y que hab¨ªa un tri¨¢ngulo Sevilla-Marbella-C¨®rdoba en el que desaparec¨ªa el dinero. Ca?as dimiti¨® por no ser capaz de soportar la presi¨®n de personajes que esperaban de ¨¦l una actuaci¨®n similar a la de su predecesor en el cargo y compa?ero de partido, Jos¨¦ Lu¨ªs Rodr¨ªguez.
A?adir¨¦ s¨®lo que otro alcalde socialista, Francisco Parra, que sustituy¨® a Alfonso Ca?as antes de la llegada de Gil, fue fichado por la alcaldesa Yag¨¹e, ahora en prisi¨®n, para formar parte de su equipo.
En segundo lugar, hay un sumario judicial que fue archivado porque prescribi¨® -prescripci¨®n judicial, que no pol¨ªtica ni moral-, en el que fueron imputados altos cargos de la Junta de Andaluc¨ªa. La historia es bien sencilla y conocida. Para conseguir determinados favores urban¨ªsticos, Jes¨²s Gil tuvo que entregar a determinados personajes socialistas 220 millones de pesetas, luego encogidos misteriosamente hasta 85.
Por esta denuncia, el fiscal, no en tiempos de un Gobierno del PP sino en tiempos de un Gobierno de Felipe Gonz¨¢lez, logr¨® la imputaci¨®n del consejero de la Junta y militante del PSOE Jaime Montaner y del ex vicepresidente socialista de la Junta, Jos¨¦ Miguel Salinas. Aquellos hechos se remontaban a 1986, cuando en Marbella, Andaluc¨ªa y Espa?a gobernaba el PSOE.
En tercer lugar, la teniente de alcalde que est¨¢ en la c¨¢rcel acusada de diversos delitos es Isabel Garc¨ªa Marcos, militante socialista desde los a?os ochenta, ¨ªntimamente relacionada con la direcci¨®n regional del PSOE y candidata socialista apoyada por Chaves en las elecciones municipales de 2003.
En cuarto lugar, Chaves es presidente de la Junta desde 1990. Parece poco posible que desde entonces hasta noviembre de este a?o Chaves no haya tenido conocimiento de las graves irregularidades urban¨ªsticas y de todo tipo que se consumaban en Marbella, aunque s¨®lo fuera porque un consejero suyo, Montaner, tuvo que dimitir o ser dimitido de su cargo. Alrededor de este espectacular esc¨¢ndalo y para refrenar el imperioso car¨¢cter de Jes¨²s Gil hubo conversaciones de personalidades muy importantes de la Junta y de altas instituciones andaluzas que Chaves, si las conoci¨®, deber¨ªa revelar cuanto antes.
Adem¨¢s, seg¨²n el art¨ªculo 13 del Estatuto de Autonom¨ªa, que es de suponer que conoce y ha le¨ªdo el presidente andaluz, entre las competencias exclusivas de la Junta de Andaluc¨ªa est¨¢ precisamente la ordenaci¨®n del territorio y del litoral, urbanismo y vivienda. Es decir, lo que ha pasado en Marbella afecta a una competencia directa y exclusiva de la Junta, que preside Chaves desde hace 16 a?os.
Sin embargo, s¨®lo en noviembre de 2005 Chaves parece tener conocimiento de lo que ocurre en Marbella y es entonces cuando amenaza con arrebatar las competencias municipales.
En quinto lugar, el Gobierno del PP no disolvi¨® el Ayuntamiento de Marbella porque la principal autoridad de la Junta, Manuel Chaves, nunca lo pidi¨® y porque todos los dict¨¢menes jur¨ªdicos que fueron consultados aportaban dos razones en contra: una, los hechos denunciados no eran imputables al Ayuntamiento a disolver, surgido de una moci¨®n de censura legal, aunque discutible; y dos, que era una decisi¨®n muy grave, como se ha visto ahora, y con pocos precedentes. Por si fuera poco, s¨®lo lo ped¨ªa un partido pol¨ªtico que, por cierto, no era el Partido Socialista.
Sexto. Varios partidos, entre ellos el Partido Popular, han solicitado desde hace meses la disoluci¨®n del Ayuntamiento de Marbella a la vista de los hechos alarmantes que ten¨ªan lugar y el gobierno de Chaves no s¨®lo no ha hecho nada, sino que ha dilatado el proceso con pereza notoria hasta conseguir que la convocatoria de elecciones anticipadas parezca jur¨ªdicamente imposible aunque nunca imposible pol¨ªticamente si hubiese habido la voluntad democr¨¢tica necesaria.
S¨¦ptimo. Alianzas municipales, como bien sabe Chaves, las hacen todos los partidos, no digamos el suyo, experto en maniobras en Almer¨ªa, Gibrale¨®n, El Puerto de Santa Mar¨ªa, la Diputaci¨®n de C¨¢diz, el Pa¨ªs Vasco, Catalu?a... para hacer posible la gobernabilidad de Ayuntamientos, Diputaciones e incluso gobiernos nacionales. Tal vez, tambi¨¦n, para hacer posible otras operaciones menos nobles. El Partido Popular siempre ha optado por la gobernabilidad institucional porque la estabilidad de las instituciones es necesaria para la consecuci¨®n del inter¨¦s general.
Noveno. No son pocos los Ayuntamientos gobernados por socialistas que han firmado convenios urban¨ªsticos con el detenido Juan Antonio Roca. Por ejemplo, ah¨ª est¨¢ el caso del Consistorio de Jimena de la Frontera, en C¨¢diz. ?Significa ello que tales alcaldes son corruptos como Roca? ?O es que s¨®lo lo son aquellos que no son socialistas? Tal grado de sectarismo es inaceptable.
S¨¦ lo que quieren quienes provocan estas estampidas para enturbiar el ambiente y oscurecer la verdad de los hechos: hacer creer que todos los partidos son iguales. Pero no es cierto y los hechos son contundentes. El Partido Popular quiere que los ciudadanos sensatos y honestos de Marbella, que son la mayor¨ªa, tengan la oportunidad que ahora les niega el Partido Socialista de elegir un futuro digno en las urnas libre y democr¨¢ticamente. Hay otros partidos, pero el Partido Popular, que jam¨¢s ha gobernado en Marbella, tiene las manos limpias, absolutamente limpias.
Antonio Sanz Cabello es portavoz del Partido Popular en el Parlamento andaluz.
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