Prodi defiende la necesidad de "reconstruir Italia" y hace un llamamiento a la unidad

El candidato del centro-izquierda, Romano Prodi, hizo anoche un llamamiento a la "reconstrucci¨®n de Italia" durante el mitin fin de campa?a de su coalici¨®n en el centro de Roma. "Quiero dirigirme a todos los italianos y a todas las italianas, a un pa¨ªs profundamente dividido que necesita desesperadamente la unidad", dijo Prodi, de 66 a?os. Era un mensaje tanto hacia fuera como hacia dentro, porque uno de los argumentos que con m¨¢s sa?a ha utilizado Silvio Berlusconi contra la oposici¨®n ha sido la falta de unidad en el centro-izquierda.

Durante el acto electoral en la plaza del Popolo, al que asistieron varios miles de personas, todos los l¨ªderes de la Uni¨®n, una coalici¨®n de 16 partidos, a su vez unidos en diferentes formaciones, mostraron su respaldo total a Prodi y lanzaron mensajes muy similares: ridiculizaron las promesas electorales de Berlusconi, insistieron en el sombr¨ªo panorama econ¨®mico que padece el pa¨ªs, criticaron la aspereza que ha tenido la campa?a para los comicios del domingo y lunes, sobre todo en su tramo final, y garantizaron la estabilidad durante cinco a?os en caso de victoria.

"Estamos todos unidos al final de una campa?a electoral dura, ¨¢spera, agresiva, aunque nosotros no hemos querido que sea as¨ª", dijo Prodi ante un mar de banderas de las diferentes formaciones, cuya paleta de colores era todo un s¨ªmbolo de la diversidad de la izquierda: verdes, para El Olivo; rojas, de los Dem¨®cratas de la Izquierda (DS, en sus siglas en italiano); azules y verdes, para La Margarita, y blancas, para el Movimiento de los Republicanos Europeos, las principales fuerzas de La Uni¨®n.

La portada de ayer del semanario brit¨¢nico The Economist, con una foto de Il Cavaliere mirando de lado y con el t¨ªtulo Basta. Ha llegado el momento para que Italia eche a Berlusconi, fue convertida en una pancarta que llevaban bastantes asistentes al mitin. Naturalmente, proliferaron las camisetas de los coglioni (gilipollas, en italiano), el insulto con el que Berlusconi calific¨® a los votantes del centro-izquierda, que se ha convertido en un grito de guerra en Italia.

La insistencia en el mensaje de unidad es fundamental para el centro-izquierda en el tramo final de una campa?a en la que La Uni¨®n y La Casa de las Libertades se han movido en m¨¢rgenes muy estrechos. Los ¨²ltimos sondeos, hechos p¨²blicos hace dos semanas, mostraban una ventaja para Prodi de entre el 2,5% y el 5%, pero tambi¨¦n un elevado n¨²mero de indecisos.

En 1998, Prodi fue expulsado del Gobierno por sus propios aliados tras una enorme crisis interna en su coalici¨®n. Entre insulto e insulto y promesa fiscal y promesa fiscal, Berlusconi no se ha privado de recordar una y otra vez este hecho y de vender que ¨¦l ha logrado, cosa ins¨®lita en la Italia posterior a la II Guerra Mundial, gobernar durante cinco a?os. Uno de los principales mensajes de la campa?a de Prodi ha sido que, esta vez, la cohesi¨®n es mucho m¨¢s fuerte y que no se producir¨¢n rupturas. El antiguo presidente de la Comisi¨®n Europea no tiene partido propio, aunque fue elegido en unas primarias en las que participaron cuatro millones de electores y que gan¨® con un 75% de los votos.

"Italia tiene una enorme necesidad de cambiar. ?ste es un voto m¨¢s importante que otros", asegur¨® Piero Fassino, secretario general de los Dem¨®cratas de Izquierda. "Han tratado de convertir la campa?a en una guerra civil pol¨ªtica. Berlusconi no es la soluci¨®n, es el problema", agreg¨® Fassino. Francesco Rutelli, de La Margarita, lanz¨® un mensaje muy similar: "El martes 11 de marzo, Berlusconi habr¨¢ vuelto a la oposici¨®n".