"Ahora que no soy presidente puedo dar la imagen m¨¢s positiva de EE UU"
Desde que abandon¨® la Casa Blanca en 2001, Bill Clinton ha enfocado su actividad en Iniciativa Global, que tiene por fin conseguir que el mundo sea mejor de lo que es.
Pregunta. Se?or presidente, hace medio a?o cre¨® usted Iniciativa Global Clinton. ?Qu¨¦ es y cu¨¢l es su prop¨®sito?
Respuesta. Se trata de una reuni¨®n que se convoca cada a?o en septiembre, coincidiendo con la Asamblea General de Naciones Unidas y en la que se congregan hombres de Estado, l¨ªderes de la econom¨ªa, presidentes de organizaciones de derechos humanos, mecenas y fundaciones de pa¨ªses ricos, as¨ª como de pa¨ªses en desarrollo. Hablamos de los problemas a los que est¨¢ expuesto el mundo y sobre qu¨¦ podemos hacer para atajarlos. Lo extraordinario de esta iniciativa radica en que decimos a todos los participantes que esperamos que se comprometan a ayudar a resolver los problemas al a?o siguiente a lo m¨¢s tardar.
"Cuando uno es presidente, siempre vive esa tensi¨®n entre el deseo de cumplir lo prometido y lo que otros quieren que hagas"
"No es una exageraci¨®n decir que, hoy m¨¢s que en ning¨²n otro momento de la historia, los ciudadanos pueden hacer algo por el bienestar com¨²n"
P. ?Y tienen que cumplir lo que prometen?
R. Les explicamos que no se les volver¨¢ a invitar si no cumplen con sus obligaciones. De ese modo, el a?o pasado se realizaron 300 compromisos y recaudamos 2.000 millones de euros en dos d¨ªas.
P. Pero no es s¨®lo una cuesti¨®n de dinero, sino de que los donantes tambi¨¦n hagan algo.
R. Algunas de las aportaciones m¨¢s valiosas ni siquiera son de naturaleza econ¨®mica. Por ejemplo, en Chicago existe un instituto para el entendimiento de las religiones, dirigido por un estadounidense de origen indio que se llama Eboo Patel. Acord¨® con la reina Rania que su instituto ayudar¨ªa a Jordania a cerrar las divisiones religiosas que hay en Oriente Pr¨®ximo. En Chicago y Detroit, en el Medio Oeste de Estados Unidos, tenemos una comunidad ¨¢rabe muy amplia, y un porcentaje elevado de poblaci¨®n jud¨ªa en ambas ciudades. A esto hay que sumar a los indios, en su mayor¨ªa, aunque no exclusivamente, hind¨²es. Eso es lo normal en Estados Unidos, y cuando la reina pidi¨® a Eboo Patel que viniera, ¨¦l acept¨®. Si funciona, podr¨ªa servir de ayuda.
P. ?Qui¨¦n figura entre los donantes m¨¢s generosos a favor de su iniciativa?
R. Nuestro donante m¨¢s generoso es un hombre llamado Tom Golisano, que ha hecho fortuna con un sistema autom¨¢tico de pago de salarios. Es un empresario neoyorquino. Entre nosotros est¨¢n tambi¨¦n Microsoft y gran cantidad de empresas. El escoc¨¦s Tom Hunter aporta 80 millones de euros. Est¨¢ intentando revisar las finanzas de algunos pa¨ªses africanos para poder mejorar su econom¨ªa de mercado. Y tenemos a Mohamed Ibrahim, que hizo su capital con negocios en ?frica y ahora destina 80 millones de euros a empresas de all¨ª para ayudarlas a conseguir lo mismo que ¨¦l.
P. Michael Schumacher tambi¨¦n se comprometi¨® a donar un cheque. ?Ha cumplido su promesa?
R. Por ahora ha entregado alrededor de la mitad. Pero que no se interprete como una cr¨ªtica, ya que el cheque fue un compromiso simb¨®lico. Con ello queremos cofinanciar nuestro trabajo. Creo que al final su donaci¨®n asciende a 6,5 millones de euros. Lo cierto es que estoy muy agradecido a Michael Schumacher y a sus colaboradores. Han sido extremadamente generosos. Han ayudado de manera directa a ni?os de las zonas afectadas por el tsunami. Era muy importante para ellos, y gracias a ese dinero hemos podido mejorar la formaci¨®n de los ni?os y poner en marcha otras obras.
P. Se trata siempre de la combinaci¨®n de dinero e ideas. Pero ?a qu¨¦ tipo de problemas se enfrenta?
R. Queremos mitigar la pobreza mediante la actividad econ¨®mica. Pretendemos mejorar la actuaci¨®n gubernamental en los pa¨ªses pobres. La mayor¨ªa de la gente cree que all¨ª reina una corrupci¨®n enorme. En algunos casos es cierto, y en otros no, pero todos sufren carencias. En una conferencia celebrada en Bonn y dedicada a cat¨¢strofes naturales y sistemas de alerta inmediata, acabamos de hablar sobre los pa¨ªses que disponen de ese sistema, pero que no tienen la posibilidad de escoger, formar y preparar a los trabajadores necesarios para gestionarlo. Hemos descubierto que el que fluyan a un pa¨ªs las inversiones necesarias para crear puestos de trabajo que, a su vez, contribuyen a vencer la pobreza, depende de la calidad de un Gobierno. De esto depende tambi¨¦n que el calentamiento del planeta sea una amenaza mayor o menor. Lo mismo puede decirse de la salud p¨²blica y el entendimiento de las religiones.
P. Ahora, en su condici¨®n de ex presidente de Estados Unidos, ?puede dedicarse a cosas que no pudo hacer como presidente?
R. Ahora no dispongo de un gran equipo de personas que trabaje para m¨ª. Sin embargo, puedo dedicarme a algunas cuestiones y realizar su seguimiento durante todo el a?o. Cuando uno es presidente, siempre vive esa tensi¨®n entre el deseo de cumplir lo prometido en la campa?a electoral y lo que otros quieren que hagas. Pongamos como ejemplo al presidente Bush. En 2000 no dijo: "V¨®tenme, porque en breve el terrorismo sacudir¨¢ el mundo, unos aviones se abalanzar¨¢n sobre Nueva York y Washington, y entonces yo estar¨¦ aqu¨ª para cargar contra el terrorismo". No lo dijo porque no lo pod¨ªa saber. Todos los dirigentes pol¨ªticos en un puesto semejante vacilan por tres motivos: quieren hacer lo que han prometido, desean contentar a las personas que les piden ayuda y, adem¨¢s, les sobrevienen asuntos que no controlan.
P. ?Puede usted ahora hacer lo quiere?
R. Cuando uno ya no es presidente puede decir: "Me propongo esto y me dedicar¨¦ a aquello". Y entonces ocurre algo como el tsunami. L¨®gicamente, no pude prever que me unir¨ªa al ex presidente Bush [padre] en un proyecto en la zona afectada por el maremoto; hubiera podido no hacerlo. Lo hice porque quise.
P. ?Hoy puede representar a su vez a un EE UU mejor?
R. ?sa es una pregunta maliciosa. Como presidente, tambi¨¦n me esforc¨¦ por representar a un EE UU mejor. Pero hoy ya no tengo que tomar decisiones en tantos asuntos controvertidos. Como cualquier otro dirigente de una naci¨®n con unas dimensiones considerables y cuyas decisiones repercuten en otras personas, me vi obligado una y otra vez a hacer cosas con las que la gente no estaba de acuerdo, tanto en mi pa¨ªs como en el extranjero. Sin embargo, siempre he intentado salvaguardar la mejor imagen de EE UU. He intentado dar la sensaci¨®n de que lo importante para m¨ª es un mundo en el que a la gente se la tratara con justicia. Pero ahora que no tengo responsabilidad, quiz¨¢ sea m¨¢s f¨¢cil representar esa imagen m¨¢s positiva de EE UU.
P. Usted dijo una vez: "Somos arrogantes porque estamos obsesionados con el presente". Probablemente sea un problema humano y, sin duda, pol¨ªtico. ?Podr¨¢n acabar con ese vac¨ªo los ciudadanos y las ONG?
R. S¨ª y no, y ¨¦sta no debe ser una respuesta t¨ªpicamente pol¨ªtica. En lo que se refiere a la paz y la seguridad de un pa¨ªs, el Estado tiene el monopolio y por eso resulta pr¨¢cticamente imposible que las ONG act¨²en directamente en contradicci¨®n con el Gobierno. Por otro lado, las ONG, al igual que los Gobiernos, pueden actuar en el ¨¢mbito de la pobreza y la condonaci¨®n de las deudas, el calentamiento del planeta, la salud y la educaci¨®n. Creo que no es una exageraci¨®n decir que, hoy m¨¢s que en ning¨²n otro momento de la historia, los ciudadanos tienen la posibilidad de hacer algo por el bienestar com¨²n. Basta con mirar lo que han donado los alemanes, holandeses, brit¨¢nicos o estadounidenses a trav¨¦s de Internet a favor de las v¨ªctimas del tsunami. De ese modo, millones de personas pueden ejercer una influencia enorme en la forma en que se recauda y distribuye el dinero. Eso lo ha cambiado todo.
P. ?Y las ONG cambian tambi¨¦n muchas cosas?
R. Cuando sal¨ª elegido presidente en 1993, Helmut Kohl era canciller en Alemania. Kohl hab¨ªa hecho mucho -junto a mi predecesor George Bush- por apoyar el movimiento para la democracia en Rusia, al principio del Gobierno de Gorbachov. Entonces yo me ocup¨¦ de la cuesti¨®n. Mi primer gran desaf¨ªo consisti¨® en convencer al Congreso de EE UU para que aprobara un paquete de ayudas con el fin de sacar a las tropas rusas de los pa¨ªses colindantes. Por aquel entonces, todav¨ªa no interven¨ªan las ONG; actualmente hay 63.000 en la zona. Incluso en China existen grupos que intervienen a favor de los derechos humanos. Se trata de un movimiento que se expande de manera explosiva, y no s¨®lo en pa¨ªses ricos como Alemania o Estados Unidos.
P. Pero ?las ONG pueden llenar el vac¨ªo que deja la pol¨ªtica?
R. S¨ª, podemos llenar muchos espacios con las ONG. Siempre habr¨¢ alguno libre. Aunque en Alemania la pol¨ªtica lograra llevar a cabo su labor con ¨¦xito y la econom¨ªa experimentara un auge, all¨ª y en otras partes del mundo surgir¨ªan desaf¨ªos que no se pueden superar. ?se es el lugar que deben ocupar las ONG y, por primera vez en la historia, tienen capacidad para hacerlo. Ahora m¨¢s que nunca, pueden ejercer influencia. Por ese motivo hago lo que hago.
? Der Spiegel . Traducci¨®n de News Clips.
Tu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo
?Quieres a?adir otro usuario a tu suscripci¨®n?
Si contin¨²as leyendo en este dispositivo, no se podr¨¢ leer en el otro.
FlechaTu suscripci¨®n se est¨¢ usando en otro dispositivo y solo puedes acceder a EL PA?S desde un dispositivo a la vez.
Si quieres compartir tu cuenta, cambia tu suscripci¨®n a la modalidad Premium, as¨ª podr¨¢s a?adir otro usuario. Cada uno acceder¨¢ con su propia cuenta de email, lo que os permitir¨¢ personalizar vuestra experiencia en EL PA?S.
En el caso de no saber qui¨¦n est¨¢ usando tu cuenta, te recomendamos cambiar tu contrase?a aqu¨ª.
Si decides continuar compartiendo tu cuenta, este mensaje se mostrar¨¢ en tu dispositivo y en el de la otra persona que est¨¢ usando tu cuenta de forma indefinida, afectando a tu experiencia de lectura. Puedes consultar aqu¨ª los t¨¦rminos y condiciones de la suscripci¨®n digital.