Per¨² no elige a nadie

Lo m¨¢s particular de las elecciones presidenciales peruanas es que la opini¨®n casi ha elegido no elegir. Ninguno de los tres grandes candidatos, el indigenista Ollanta Humala, la se?ora de su casa pero soltera, Lourdes Flores, y el pol¨ªtico profesional, Alan Garc¨ªa, tiene, a falta de mucho escrutinio y recuento, asegurado el pase a la segunda vuelta que se celebrar¨¢ en mayo, y ninguno tampoco llega al 30% de los sufragios expresados.

Humala es probable que quede el primero, pero m¨¢s all¨¢ es imposible aventurar cu¨¢l de los otros contendientes, a menos de dos puntos por debajo del ex teniente coronel golpista, y con una diferencia entre s¨ª de s¨®lo unas d¨¦cimas, ser¨¢ quien lo acompa?e para dirimir la elecci¨®n.

La fotograf¨ªa electoral, por tanto, es hoy la de un pa¨ªs electoralmente fracturado en partes casi aritm¨¦ticamente iguales, entre las que las combinaciones para la segunda vuelta se presentan complejas. Si pasan el ex militar que se dice quechua y Lourdes Flores, Alan Garc¨ªa, aunque siempre dentro de lo que sus electores consientan, tiene un cierto margen de maniobra para ver a quien apoya; por ideolog¨ªa estar¨ªa m¨¢s cerca, como l¨ªder que es del APRA, de la presunta izquierda indigenista, pero socialmente est¨¢ mucho m¨¢s integrado en el mundo de la se?ora Flores. Y si quien pasa, siempre con Humala, es Alan Garc¨ªa, parece imposible que Lourdes Flores pida el voto para el candidato en cabeza, al tiempo que tampoco le entusiasmar¨ªa sugerir a sus seguidores que favorecieran al pol¨ªtico profesional, que ya fue presidente en 1985 con resultados nada menos que apocal¨ªpticos. Por eso, parece hoy como si Per¨² hubiera tenido la m¨¢s extrema reticencia en votar a nadie.