La Guardia Civil busca a m¨¢s c¨®mplices de los nazis presuntos agresores de un guineano
Los imputados golpearon antes a otro joven, que ha denunciado el caso
Abraham Fern¨¢ndez, de 22 a?os, y Carlos H. M., de 24, ambos nazis, no fueron los ¨²nicos que, presuntamente, golpearon hasta dejar inconsciente a Fernando Ujiguilete, de 42 a?os. Este ciudadano portugu¨¦s de origen guineano declar¨® a la Guardia Civil que hab¨ªan sido tres sus agresores. Ujiguilete pudo dar la descripci¨®n del tercer atacante. Por ello, los agentes policiales buscan a esta tercera persona y no descartan que haya m¨¢s c¨®mplices. Adem¨¢s antes de apalear brutalmente a Fernando Ujiguilete, golpearon a otro joven, que ha denunciado la agresi¨®n.
Unos rasgos f¨ªsicos de la tercera persona que particip¨® en la agresi¨®n del hombre guineano coincid¨ªan con los de un joven que en otras ocasiones se hab¨ªa visto involucrado en otras agresiones racistas. Pero la Guardia Civil ha descartado su participaci¨®n en los hechos porque cuando le fueron a buscar a su casa lo hallaron con la pierna escayolada desde hac¨ªa d¨ªas.
Las pesquisas continuaban ayer por la tarde y la Guardia Civil no descartaba m¨¢s de una detenci¨®n por las dos agresiones. La mayor¨ªa de estos j¨®venes, cuya diversi¨®n es pegar a los que son distintos, son ya viejos conocidos por la polic¨ªa por otras agresiones, siempre de car¨¢cter xen¨®fobo.
El letrado del Ayuntamiento de Castellar del Vall¨¨s, Joaquim Escuder, present¨® ayer el anunciado recurso contra la resoluci¨®n judicial del titular del Juzgado de Instrucci¨®n n¨²mero 3 de Sabadell, Luis Durban Sicilia, de dejar en libertad con cargos y sin fianza a los dos detenidos por el apaleamiento de Ujiguilete.
Escuder cree que, en el caso de Abraham Fern¨¢ndez -acumula 14 antecedentes policiales por agresiones xen¨®fobas y delitos contra la propiedad- , la reiteraci¨®n y la alarma social que provoca su libertad entre la ciudadan¨ªa de Castellar son motivos suficientes para decretar su prisi¨®n provisional.
Impunidad
Ujiguilete fue la segunda v¨ªctima de la tarde del s¨¢bado, seg¨²n el letrado del consistorio de Castellar. Pocas horas antes, uno de los detenidos golpe¨® a otra persona, un joven. "Existe una denuncia", asegura Escuder, pero las lesiones no fueron lo suficientemente graves como para que la v¨ªctima recibiera tratamiento m¨¦dico.
Hasta ahora, Abraham Fern¨¢ndez no ha ido a la prisi¨®n porque todos "sus antecedentes eran faltas", precisa el abogado de Castellar del Vall¨¨s. Su ¨²ltima agresi¨®n-la del ciudadno portugu¨¦s-, sin embargo, puede acabar en una acusaci¨®n por delito, ya que en esta ocasi¨®n la v¨ªctima s¨ª ha precisado de intervenci¨®n m¨¦dica (recibir o no tratamiento m¨¦dico es lo que determina si una agresi¨®n se califica como falta o como delito).
Fernando Ujiguilete, ayer, mientras esperaba entrar en un quir¨®fano del hospital Parc Taul¨ª de Sabadell para ser intervenido -uno de los golpes que le dieron sus agresores le fractur¨® los huesos de la zona orbital izquierda y ni tan siquiera pod¨ªa abrir el ojo-, ni tan s¨®lo se cuestionaba la posibilidad de abandonar Castellar del Vall¨¨s. Necesita volver a subirse a la furgoneta que cada d¨ªa le lleva a la obra. "Tengo que comer", precisa. Est¨¢ ansioso por salir del centro sanitario y poder volver a trabajar. En Portugal tiene un hijo y un hermano, el ¨²nico familiar con el que ha hablado a trav¨¦s del m¨®vil -del que no se separa- tras la brutal paliza. En Espa?a s¨®lo tiene los compa?eros con los que comparte el alquiler de un piso en Castellar del Vall¨¨s.
Fernando no habla el espa?ol; se expresa, casi susurrando, en portugu¨¦s. Est¨¢ cansado y desorientado, y asegura que, tras la agresi¨®n, no sabe qu¨¦ hacer. "No conozco este pa¨ªs ni c¨®mo funciona todo aqu¨ª", exclama. No tiene a ning¨²n abogado que lo represente. De sus agresores s¨®lo puede decir que lo que hicieron "est¨¢ mal". Tampoco le parece bien la decisi¨®n judicial de dejarlos libres. Pero de su boca no salen ni insultos ni reproches, s¨®lo el deseo de volver a la normalidad.
Aquel fat¨ªdico s¨¢bado por la tarde fue a comprar el pan cuando se top¨® con sus agresores. "Quer¨ªa irme a casa y descansar", asegura. Pero se tropez¨® con tres neonazis con ganas de bronca. "No les conoc¨ªa de nada. Me dijeron que no pod¨ªa pasar y les pregunte por qu¨¦. Despu¨¦s empec¨¦ a correr". Ledieron alcance y lo ¨²nico que pudo hacer fue intentar protegerse la cabeza con ambas manos. "Me dieron patadas en las piernas, la espalda y la cabeza", recuerda. Despu¨¦s perdi¨® el conocimiento. "Ahora", explica, "tengo miedo". Pero reitera que tiene que volver al trabajo cuanto antes. No tiene demasiadas opciones: necesita el dinero para ¨¦l y para su hijo.
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