Los papiros del olvido

Vivir otra vida, en otro mundo es el lema con el que Bethesda impregna a sus juegos de rol desde 1994. Pero no ha sido hasta nuestros d¨ªas, con la llegada de Oblivion, cuando esta m¨¢xima se ha podido aplicar y al mismo tiempo ganarse el reconocimiento de todo el p¨²blico gracias a las capacidades t¨¦cnicas y gr¨¢ficas de los ordenadores y las consolas de la nueva generaci¨®n, como la Xbox 360 de Microsoft.

Los primeros t¨ªtulos, especialmente Daggerfall, con sus m¨¢s de 750.000 personajes con los que interactuar, y Morrowind, por sus herramientas para crear aventuras partiendo del original, est¨¢n considerados como joyas del g¨¦nero. Sin embargo, no consiguieron salir del reducido c¨ªrculo de los expertos de esta complicada forma de divertirse llamada rol. Oblivion no es s¨®lo un t¨ªtulo de culto antes de ser lanzado, sino que adem¨¢s ha despertado el inter¨¦s de todo tipo de jugadores y se ha convertido en un ¨¦xito comercial por primera vez en la historia de la saga.

En el juego de rol no puede existir una l¨ªnea predefinida que marque las futuras acciones; se debe permitir tomar cualquier decisi¨®n, sea cual sea, y la aventura se adapta a esos hechos. Obviamente existe un contexto, un territorio, unos hechos hist¨®ricos donde se van a desarrollar toda estas andanzas y que en cierta manera las condicionan.

En Oblivion, la muerte del emperador Uriel Septim y la obtenci¨®n por parte del protagonista del Amuleto de los Reyes marcan el punto de salida. Acaba de escapar de la prisi¨®n y lo primero que deber¨¢ hacer es construir su aspecto f¨ªsico. Hasta 10 razas a elegir, de elfo oscuro a argoniano, pasando por los conocidos orcos o los m¨¢s humanos seres imperiales o n¨®rdicos, todos ellos en ambos sexos.

Est¨¦tica al gusto

Todo es modificable, ya sea la distancia entre cejas como la amplitud o prominencia de los p¨®mulos. Se podr¨ªa crear un retrato robot de uno mismo en orco. A lo largo de pasadizos y alcantarillas que conducen al exterior de la prisi¨®n, se produce una tarea de formaci¨®n del jugador para que se habit¨²e y aprenda a luchar, lanzar hechizos y, de paso, elegir la clase a la que desea pertenecer para potenciar sus habilidades m¨¢gicas, de sigilo o combate, entre otras. Aunque una vez que se ha avanzado algo m¨¢s en la historia, es posible cambiar de clase e incluso de nombre.

La fara¨®nica construcci¨®n circular de Imperial City emerge ante los ojos del jugador en una clara noche primaveral. En el cielo brillan millones de estrellas y una suave brisa mece las ramas de los ¨¢rboles.

A lo lejos, reflejadas en las claras aguas del lago Rumare, se elevan las monta?as lim¨ªtrofes de la provincia de Cyrodiil. Es deseo del emperador que el Amuleto de los Reyes sea entregado a su heredero secreto Jauffre, pero el destino del reinado est¨¢ en manos del aventurero.

El uso de la primera persona para ver el entorno ayuda a sentir como propias las acciones del protagonista. El motor Havok aporta credibilidad a la inte- racci¨®n con los objetos y permite, por ejemplo, matar a unos goblins dejando caer unos troncos por una pendiente.

Otra ayuda externa con la que ha contado Bethesda es el motor de inteligencia artificial Radiant AI con el que enemigos, animales y personajes no jugadores, m¨¢s de 2.000, adquieren un comportamiento muy cre¨ªble. Hay m¨¢s de 25 kil¨®metros cuadrados para explorar, 200 mazmorras, dragones, magos, clanes a los que unirse para llegar a ser maestro de la facci¨®n y m¨¢s de 300 horas de juego si se sigue la historia principal. Un trabajo de cuatro a?os de desarrollo ha culminado en este colosal t¨ªtulo.